1- Quiero conocerlo!

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- Quiero conocer a tu persona especial –susurró, besando la sien de quien descansaba en su pecho.

- Tú eres mi persona especial –los cabellos de un brillante color chocolate se agitaron en el aire cuando su dueño, mimoso, restregó su rostro por aquel amplio pecho en el que reposaba.

- LuHan, en serio, quiero conocer a ese chico con el que vives, a tu mejor amigo – insistió el otro, cesando sus caricias.

- Es algo arisco con los desconocidos, no quiero que te lleves una mala de impresión de él, y aún no le he hablado de ti. No hay prisa, le acabarás conociendo –LuHan intentaba salirse por la tangente.

- Llevamos cinco meses juntos, esto ya no es una simple aventura, ¿o lo es para ti? –el aludido se levantó con violencia, ofendido, buscó sus calzoncillos por la estancia y se los puso de cualquier manera cuando los halló. – No hagas eso, no te vayas enfadado en vez de contestarme –le avisó SeHun, y sus advertencias siempre iban en serio.

- Si aún te cabe duda de si esto es una aventura o no para mí, tú y yo no tenemos nada que hablar –le espetó LuHan, comenzando a abotonarse la camisa.

- Entonces, ¿qué explicación busco para justificar que me ocultes ante tu amigo? –su voz sonó dolida y su rostro reflejó aflicción. LuHan, como siempre, se ablandó al percatarse de que aquello era realmente importante para su amante.

- Está bien, esta noche nos vemos en el "EX'ACT" –rezongó LuHan, terminando de ponerse las botas.

- ¿No podría ser en un restaurante o en un bar? ¿Tiene que ser en una jodida discoteca donde no podremos ni escucharnos por encima de la música? –replicó el menor de ambos, levantándose de la cama, embravecido.

- Lo tomas o lo dejas, te estás poniendo muy caprichoso hoy y sabes que lo que más odio es a la gente caprichosa –le reclamó LuHan, enarcando una ceja.

SeHun calló, no porque las palabras de su chico le hubieran ofendido, sino porque le habían dado mucho en qué pensar. "Está bien", fue la respuesta en un murmullo y, por desgracia, también la despedida, pues LuHan salió por la puerta de aquella habitación de hotel sin siquiera darle un beso. SeHun se dejó caer de espaldas en la cama, sintiéndose estúpido y algo abandonado. ¿Cómo podía querer tanto a aquel hombre y, después, actuar de una manera tan estúpida? ¿De verdad importaba tanto conocer al maldito amigo misterioso de LuHan? Suspiró con cansancio, encendiéndose un cigarro; claro que era importante conocer al "otro", debía saber a quién se enfrentaba, debía comprobar cómo era la relación de su chico con el desconocido amigo del alma. Frunció los labios, frustrado.

"Lo que más odio es a la gente caprichosa", otro quebradero de cabeza más. Él también tenía una persona especial, su mejor amigo, su hermano -aunque no de sangre pero sí de corazón-, su querido KyungSoo. SeHun se estremeció de solo pensar que esa noche juntaría a LuHan con KyungSoo, definitivamente iba a ser un auténtico desastre.

Un pelinegro, cuya estatura no llegaba con creces al promedio, acompañaba a un jovencísimo y sonriente chico hasta la puerta del apartamento, justo cuando ésta se abría dando paso a SeHun.

- Por Dios, KyungSoo, cúbrete –fue el saludo matutino del recién llegado.

- Estoy en mi casa, me gusta estar cómodo. Bueno, bebé –se giró y le dedicó una traviesa sonrisa a su acompañante de aspecto adolescente – ha sido un placer.

- El placer ha sido mío, te he dejado mi número en la mesilla –el muchachito se sonrojó hasta la raíz, pero su juventud le dio alas para besar fugazmente los labios del de menor estatura y salir zumbando de allí con una risilla nerviosa.

Tenias que ser tú! ♦KaiSoo/HunHan♦Where stories live. Discover now