7 - Química

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JongIn sufrió una leve desconexión neuronal, acompañada por un zumbido en sus oídos y un intenso calor dentro de sus pantalones. KyungSoo, el maldito enano narcisista de metro y medio -mal medido-, había sido el activo con Kris; Kris, un espectacular rubio de casi dos metros que había dejado a JongIn sin poder andar durante dos días... Su mundo acababa de trastocarse, ya nada tenía sentido, al menos respecto a lo que creía saber acerca de KyungSoo.

Volvió a la mesa, sin haber ido al baño -aunque solo había sido una excusa para alejarse de aquella incómoda situación- y se sentó mirando a KyungSoo como si le hubieran salido cuernos y rabo. El menor tenía un claro gesto de enfado, con los labios fruncidos y los brazos cruzados con fuerza sobre su pecho.

- Quiero irme –exclamó.

- ¿Por qué? –preguntó JongIn, tratando de sacarse de la cabeza la imagen de KyungSoo follándose a Kris.

- Está claro que ninguno de los dos estamos disfrutando de esto, no hay ninguna química entre nosotros, ambos odiamos las citas o las no-citas –aclaró al ver que JongIn iba a replicar – Y, además, nadie me había hecho sentir tan rastrero.

- ¿Qué? –el moreno no comprendía nada.

- No sabré mucho de invitar a cenar a alguien, pero sé que es de muy mal gusto huir de la mesa para besuquearse con el camarero aunque sea un antiguo ligue –le recriminó KyungSoo, con los mofletes colorados de rabia.

- No nos hemos besa...

- ¡los he visto! –todo el restaurante se giró al escuchar el grito de aquel pelinegro.

- Mira, estoy harto. No tengo por qué darte explicaciones, tienes toda la razón: no estoy disfrutando esto y no hay ningún tipo de conexión entre nosotros. Vámonos – JongIn arrojó unos cuantos billetes sobre la mesa y se levantó, saliendo de allí a grandes zancadas.

"Lo que mal empieza, mal acaba", susurró KyungSoo para sí mismo. Salió por la puerta, ignorando las miradas extrañadas del resto de los clientes, y se dirigió en busca de un taxi.

- ¿Qué haces? –preguntó el mayor de ambos al percatarse de que iba en dirección contraria a donde habían aparcado.

- Volveré en taxi –dijo al aire, haciendo una floritura con la mano.

JongIn se tragó el orgullo, deseando espetarle algo como "Pues que te vaya bonito", pero después recordó -por enésima vez en la noche- la promesa que le había hecho a LuHan y supo que tendría problemas si KyungSoo llegaba a su casa sin él.

- Vamos, no seas idiota. Yo te llevaré –se ofreció tratando de ser caballeroso.

- No, gracias –JongIn apretó los puños, con todo su cuerpo temblando de rabia.

- Siento lo del restaurante –se disculpó, con los ácidos del estómago subiéndole a la garganta.

- Me da igual, lárgate –KyungSoo seguía andando y el moreno se estaba hartando de perseguirle.

- No parecía que te diese igual cuando has montado toda esa escena de celos en el restaurante –el menor se volteó como si le hubieran mordido en el culo.

- ¿Celos? –su voz salió algo aguda por la ira – ¡¿Celos?! ¿De ti? ¡Já! No tendrás tanta suerte, bonito –y reanudó su marcha.

- Ya me he hartado. Va por ti, LuHan, ésta me la pagas! –susurró para sí mismo, corriendo tras el molesto pelinegro y agarrándole por la muñeca con algo de fuerza, obligándole a que se voltease.

- Suéltam... mmm –KyungSoo trató de separarse cuando el otro le besó de improvisto, creyó que sería un contacto violento pero lo cierto es que solo fue un choque de labios.

Tenias que ser tú! ♦KaiSoo/HunHan♦Where stories live. Discover now