3- ¿Quién ha sido?

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En el hospital, con un KyungSoo ya consciente pero poco hablador debido a las náuseas, le dieron seis puntos de sutura en el cuero cabelludo, descartaron un hematoma subdural y le enviaron a casa prescribiéndole analgésicos, hielo por veinte minutos cada dos horas y antieméticos para las náuseas.

Ya en casa, SeHun apretaba una bolsa de guisantes congelados contra la parte de atrás de la cabeza de KyungSoo, quien se hallaba tumbado de lado en la cama, arropado hasta el cuello con un edredón violeta.

- ¿Quién ha sido? –murmuró SeHun al ver que el otro no pensaba hablar.

- ¿Sabes quién fue el primer hombre que me gustó? –preguntó KyungSoo, ignorando adrede a su amigo.

- ¿Choi Siwon? –el castaño trataba de rebajar el cargado ambiente, un poco de humor no vendría mal, aunque después se pondrían serios.

KyungSoo rió bajito, con sus graves e infantiles carcajadas, después le sobrevino una arcada y tuvo que parar.

- El primer hombre a mi alcance, bobo –se quejó, tratando de respirar profundamente desde el abdomen.

- Creía que ningún hombre estaba fuera de tu alcance, tontito –SeHun le acarició el pelo con delicadeza.

- Tú y Choi Siwon son los únicos –ambos rieron. – En serio, SeHun, ¿sabes quién fue el primero en el que me fijé?

- ¿Taemin? –el aludido no estaba muy seguro, creía recordar que KyungSoo le había dicho que su primera vez con un hombre había sido con aquel moreno engreído, pero de aquello hacía ya más de ocho, diez años? así que no sabía a qué venía aquella pregunta de KyungSoo, ¿le estaba poniendo a prueba para ver si era un buen amigo?

- Taemin fue el primero con el que me acosté –suspiró el pequeño pelinegro, acurrucándose más para ver si controlaba así las náuseas.

- El primero de una interminable lista –apuntilló SeHun, riendo con suavidad.

- No tan interminable –se defendió KyungSoo, sonriendo a la pared. – Pero Taemin no fue el primer hombre en el que me fijé. Cuando estaba confundido, cuando aún no sabía qué era lo que me gustaba, fui al "EX'ACT", por aquel entonces no era el lugar de moda, más bien era un pequeño pub de ambiente donde servían buena cerveza y ponían la música un poco alta. Recuerdo que estaba cagado de miedo, pensaba qué haría si algún conocido me descubría allí, qué excusa pondría. Me adentré en el lugar, había mucha luz, pedí una cerveza y me fue servida a pesar de no tener la mayoría de edad; empezábamos bien, eso fue lo que pensé. Los hombres me miraban como lobos hambrientos y yo me sentía un cordero extraviado, temblaba y recuerdo que me atragantaba a cada poco con la cerveza, tosiendo como un idiota. Huí de allí, pero reuní valor y empecé a acudir con frecuencia, primero una vez al mes, luego dos veces, hasta que se convirtió en una costumbre semanal –KyungSoo tuvo que interrumpirse para vomitar. SeHun, previsor, había puesto la palangana a tiempo.

El más alto acariciaba la estrecha espalda de su amigo, éste temblaba por el esfuerzo que le suponía vomitar; separó con ternura un mechón pegado a la sudorosa frente de KyungSoo.

- Chsss, tranquilo.

- Brrr, odio vomitar. Creía que después de haber hecho tantas felaciones ya ni siquiera tendría ese reflejo –los dos amigos rieron, uno débil, el otro preocupado.

- Sigue con tu dramática historia, nunca me la habías contado –le instó SeHun, en parte por curiosidad, en parte para que KyungSoo olvidase su malestar.

- No es dramática, de hecho es de lo más típica y cotidiana para cualquier gay del planeta –KyungSoo le quitó hierro al asunto – Aún no estaba preparado para tener nada con ningún hombre, conservaba las esperanzas de encontrar a la mujer de mi vida. Así que aprendí a rechazarles sin herir su orgullo, fui adaptándome al ambiente, me percaté de cómo funcionaba la mente de los hombres y cuáles eran sus virtudes y defectos. No fue muy difícil, pues descubrí que, a grandes rasgos, actuaban igual a como yo lo haría si me sintiese atraído por alguien. Y ese alguien llegó, le vi al otro lado de la barra y no pude apartar mis ojos de él en toda la noche; por supuesto, no me atreví a acercarme a él ni mucho menos a hablarle. Así pasé unos meses, a veces mi hombre misterioso venía, otras no. Me estaba volviendo loco, pensaba constantemente en él, fantaseaba imaginando como se me declaraba, como tendríamos sexo y eso que, en aquella época, yo ni siquiera sabía cómo podrían tener sexo dos hombres –SeHun no pudo evitar reír ante aquello, KyungSoo sin saber nada de sexo, era algo impensable a día de hoy – Así que, por mi salud mental, decidí que debía confesarme con ese apuesto desconocido. No pretendía que me correspondiera, sería un niñato pero no era tan ingenuo como para pensar que viviría en un cuento de hadas y el primer hombre guapo y varonil del que me enamorase correría a mis brazos. Resumiré diciendo que, cuando al fin logré reunir el valor suficiente para acercarme a él y hablarle, todo lo que obtuve en respuesta fue "Cuando dejes de ser tan calientapollas y sepas si en verdad te gustan los hombres, entonces, vuelve a acercarte. Ah, y cuando sepas complacer a uno, por supuesto". Debe ser que el tipo me había visto merodear por allí rechazando a todos esos babosos que querían irse a la cama con un virgen de dieciocho años.

- ¡Qué tío tan desagradable! Pues él se lo perdió, el muy gilipollas –SeHun se sentía indignado, se imaginaba una versión tierna, débil y adolescente de KyungSoo-todo lo contrario a la actual- siendo rechazado impune y cruelmente por un desalmado de dentadura reluciente.

KyungSoo había finalizado su historia y un sueño inexplicable se apoderaba de él, imaginó que sería por el golpe porque no había bebido tanto aquella noche. Sabía que debía decirle algo importante a SeHun pero, en aquel momento en el que sus párpados pesaban tanto, se veía incapaz de recordarlo.

- Sí que fue desagradable, pero nunca imaginé que algún día llegaría a agredirme – murmuró el pequeño pelinegro, medio inconsciente.

- ¡¿Qué?! ¿KyungSoo, quién era ese hombre? –SeHun se dio cuenta de que la historia de KyungSoo tenía relación con la pregunta que él había formulado al principio, si KyungSoo le decía el nombre del tipo por el que había sentido aquel amor platónico en su adolescencia, SeHun sabría a quien tenía que partirle las piernas por haberle hecho una brecha a su amigo.

Le zarandeó con suavidad pero KyungSoo farfulló algo en sueños y decidió que por la mañana aclararían todos los asuntos pendientes. Se quedó un rato observando a su amigo, para asegurarse de que su sueño era tranquilo. Ya más relajado, se dio cuenta de que no sabía nada de LuHan desde el amago de pelea entre Taemin, KyungSoo y JongIn. Rebuscó en sus bolsillos y agarró el móvil marcando ese número que ya estaba grabado a fuego en su mente.

- ¿Cariño, estás bien? –lo primero que escuchó al otro lado de la línea fue un débil sollozo.

- Creo que es mejor dejarlo, SeHun –el aludido se quedó helado.

- ¿Có-Cómo? –fue todo lo que pudo articular.

- ¿No lo sabes? –el llanto de LuHan pareció remitir.

- ¿El qué? –SeHun no entendía nada.

- ¿Puedo ir ahora a tu casa? –el desconsolado castaño vio la oportunidad de explicarse, de contarle a su novio, antes de que KyungSoo lo hiciera. Tal vez, aunque era muy improbable, SeHun le perdonase y le aceptase si se enteraba de su enfermedad por él y no por terceros.

- Han agredido a KyungSoo en los baños del "EX'ACT". Tiene una brecha y un golpe muy feo en la cabeza, no sé si será el mejor momento –SeHun no se negó en rotundo, su novio nunca había querido ir a su casa, siempre se veían en habitaciones de hotel como si su relación fuese algo oculto y sucio.

- Es importante, por favor, SeHun. Dime tu dirección, te juro que solo será un momento y después me marcharé –LuHan ni siquiera tuvo el detalle de preguntar por el estado de KyungSoo y SeHun se empeñaba en creer que era por su despiste natural, pero aquello pasaba ya de castaño oscuro.

- No, LuHan, no es un buen momento –y, dicho esto, colgó.

Nunca le colgaba a su chico, nunca le negaba nada a su chico, él era sumiso a todos los caprichos de su chico, siempre; pero si se trataba de la salud de KyungSoo, si se trataba de su KyungSoo, se producía un conflicto en él, SeHun no tenía ninguna duda: si algo de KyungSoo era importante, podía venir el mismísimo Papa pero su amigo estaría por delante.



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Tenias que ser tú! ♦KaiSoo/HunHan♦Where stories live. Discover now