-Flasback-
Se vio a sí mismo, asqueado frente al espejo, observando aquel rostro amoratado fruto de una pelea con sus compañeros. Todos le tachaban de afeminado por jugar con las niñas a las muñecas en vez de encontrarse en el campo de fútbol con los de su mismo sexo. Ni él mismo comprendía por qué se sentía más a gusto con sus compañeritas, charlaba acerca de mil cosas con ellas mientras los brutos de sus compañeros se le hacían extraños y excesivamente estúpidos. Comenzó a preocuparse cuando, a sus quince años, todas sus amigas empezaron a salir con esos idiotas que ellas criticaban y que a él le habían hecho la vida imposible. No se sentía atraído por ninguna de sus compañeras e intuía que había algo malo en él, algo distinto al resto. Un día, viendo un programa de televisión con su madre, un hombre hizo referencia a un chico con el que había coincidido en el ascensor, alegando que era "de esos" mientras hacía un gesto afeminado con su mano; el joven SeHun no lo comprendió y le preguntó a su madre qué significaba. La dulce mujer no le dio explicación, le besó en la frente y le susurró que ya lo descubriría por sí mismo. Lo único que ocurría era que SeHun jamás había conocido a otro homosexual ni había oído hablar acerca de ellos, por tanto, no fue hasta los diecisiete cuando no soportó por más tiempo la estigmatización y el acoso de los idiotas cerrados de su pequeño pueblo natal que tomó la decisión de emigrar -huir- a la ciudad. Comenzó a trabajar en un pequeño restaurante donde descubrió su pasión por la cocina aunque nunca llegó a dedicarse profesionalmente a ella. Aun así, seguía sin sentirse cómodo, seguía sin pertenecer a ningún lugar. Escuchó hablar de esos bares de ambiente pero no tuvo el valor de acercarse a ninguno de ellos, él no encajaría allí, él no quería ser "de esos".
A los diecinueve años, la frustración hizo verdadera mella en él, preparó una carta de suicidio anotando la dirección de su madre y preparó un bote de pastillas junto a una botella de alcohol. Se duchó, se vistió con sus mejores galas y lloró durante toda la tarde, despidiéndose de ese mundo ingrato que nunca le había aceptado ni puesto las cosas fáciles. Decidió hacer una última cosa: rebelarse contra todos sus miedos y prejuicios. Sin olvidar que en casa le esperaba una muerte buscada y deseada, salió en busca de aquella calle donde había oído que había hombres que satisfacían a otros hombres por dinero. No tenía nada que perder, solo quería saber si en verdad podría haber vivido una vida plena si sus circunstancias hubieran sido de otra manera; apretaba con fuerza el fajo de billetes en su bolsillo, era el sueldo del restaurante de ese mes. Ya no necesitaría el dinero después de esa noche, así que no le importaba gastarlo todo. Llegó a esa calle del pecado, una cualquiera, sin nada en especial, tal vez menos iluminada que las que había ido dejando atrás en su penoso paseo. Se horrorizó al ver a todos esos chicos, la mayoría de su misma edad o más jóvenes, ofreciéndosele con contoneos y palabras obscenas. No sintió que aquel fuera su lugar, mientras trataba de huir de esas manos traviesas que acariciaban su cuerpo al pasar. Con lágrimas en los ojos, el hundido y joven SeHun se dispuso a marcharse de allí pero, entonces, una mano se asió a su muñeca y una mirada triste del color de la miel le atrapó.
- ¿Te has perdido? –preguntó aquel chico delgado y algo encorvado de facciones marcadas suavizadas por el maquillaje.
El asustado SeHun no podía hablar, movía sus labios como pez fuera del agua y todo lo que se le ocurrió fue sacar el fajo de billetes agitándolo frente a la bonita cara del prostituto.
- Por Dios, guarda eso si no quieres que todas esas guarras se te echen encima –se alarmó el desconocido, mirando hacia todos lados para ver si sus compañeros de profesión habían visto el dinero. Tuvieron algo de suerte ya que nadie les molestó. – Anda, ven –el joven de ojos miel y labios hermosos guió a un asustado SeHun a la parte trasera de un coche estratégicamente aparcado en la acera de enfrente.
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Tenias que ser tú! ♦KaiSoo/HunHan♦
Fiksi Penggemar¿Qué tanto problema puede haber en conocer a esa persona que es tan valorada por quien amas? Ninguno.... o... muchos? La Historia no me pertenece, yo solo la adapto para satisfacer nuestra necesidad de HunHan y KaiSoo Subida originalmente en https:...