8- Ciencias Juntas

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KyungSoo se pasó el día en su consultorio, escuchando los problemas de sus clientes como música de fondo y dando los consejos que tan bien tenía aprendidos por inercia. Llamó a SeHun a media mañana para agradecerle que el día anterior se hubiera molestado en coger su agenda para llamar a los clientes citados la mañana anterior para avisarles de que KyungSoo, su terapeuta, se encontraba indispuesto ese día. No dejó que le interrogase acerca de su salida con JongIn, poniendo de excusa que tenía que pasar la siguiente consulta.

Al llegar a casa, se dispuso a ducharse y a arreglarse para que su aspecto fuera arrebatador. Agradeció que SeHun trabajase en el turno de tarde en aquella empresa de telefonía móvil, así podía pasearse por casa con cada uno de sus modelitos sin escuchar los suspiros burlones de su mejor amigo.

Cuando ya eran las ocho, se dio cuenta, golpeándose mentalmente, de que no sabía a qué hora había quedado con JongIn ni dónde. Aquello le entristeció, puede que el moreno solo estuviera jugando con él; ese pensamiento le enfadó, nadie jugaba con él, se lo había prometido a sí mismo hacía ya mucho tiempo y la razón había sido justamente JongIn. Se echó en el sofá, estropeando la parte de atrás de su peinado -con sus cabellos perfectamente alisados cayendo sobre uno de sus maquillados ojos.

Encendió el televisor, recriminándose internamente por ser tan estúpido. Pasaba los canales a toda velocidad, sin detenerse en ninguno de ellos. A las nueve, su nivel de ansiedad solo se comparaba a la desazón que sentía; definitivamente, JongIn se había reído de él. Se levantó y se dirigió a su cuarto, agarrando su película favorita de uno de sus rebosantes armarios. Puso el DVD en el Blue-ray y escogió la opción de versión original con subtítulos en coreano. Cuando llevaba solo quince minutos de película, el timbre sonó. Una emoción extraña le embargó y se sintió débil y algo tonto al desear con tanta fuerza que fuese JongIn quien llamaba. Sus deseos se cumplieron al abrir la puerta.

- Se nos olvidó acordar una hora. No quería venir muy pronto ya que no sé qué horario tienes de trabajo –se excusó el moreno, rascándose la nuca con una sonrisa.

KyungSoo se contuvo para no saltar a abrazar al mayor, le invitó a pasar mientras él cogía el bolso y el abrigo.

- Estás guapo –le halagó JongIn y el pequeño se alegró de estar dándole la espalda, así pudo ocultar su sonrojo.

- Tardo un minuto –se disculpó, dirigiéndose a su cuarto para coger el bolso que previamente había elegido.

Cuando regresó al salón, JongIn miraba la pantalla con las cejas enarcadas. KyungSoo se apresuró a pulsar el "Stop" del mando a distancia, pero no fue lo suficientemente rápido como para ocultar la carátula de la película.

- ¿Dirty Dancing? –JongIn estalló en carcajadas al leer el título.

- ¿Algún problema? –contestó KyungSoo, desafiante, apegando la caja del DVD a su pecho.

- No me puedo creer que te guste una película así –el mayor trataba de dejar de reír, pues se daba cuenta de que estaba ofendiendo a su acompañante. Pero no podía parar, era tan raro que a KyungSoo le gustase una película tan tópica y romanticona, siendo él como era.

- Pues es mi película favorita –el menor se sonrojó, sabiendo lo estúpido que sonaba eso. El otro se lo confirmó cuando volvió a estallar en carcajadas – Seguro que la tuya es una de esas cutres de acción donde siempre sale el mismo calvo musculoso.

JongIn dejó de reír en el acto, maldiciéndose por ser tan obvio: KyungSoo había dado en el clavo.

- ¿Nunca has visto Dirty Dancing? –interrogó el menor, ya en el coche.

Tenias que ser tú! ♦KaiSoo/HunHan♦Where stories live. Discover now