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Todo el cuerpo de Louis estaba temblando. Las manos le sudaban y se estaban sacudiendo casi con violencia con cada intento de secar lo mojado de las palmas contra su ropa. 

Él realmente podría caer como sus piernas continuaran moviéndose y sintiéndose tan debiluchas. Parecían incapaces de sostener su cuerpo en vertical. De hecho, casi se sentía acariciar el césped con su rostro. 

Su estómago estaba revuelto de una horrible manera. Las náuseas siendo severas. Iba a vomitar. De verdad iba a hacerlo. 

Sin embargo sus débiles piernas se encargaron, de alguna forma que él no podía explicar, de dejarlo frente a la puerta blanca y grande. 

Fue toda una travesía conseguir elevar la mano y presionar el botón del timbre. Quizá sucedió cuando horas habían transcurrido. Él no estaba seguro y realmente no importaba el tiempo porque su estado nervioso aún estaba totalmente acelerado, así que bien podrían haber transcurrido minutos, horas, un siglo, joder. Realmente daba igual. 

Para su infortunio la puerta no fue abierta, dudando de su grandísima hazaña con el timbre hizo una mueca, inspirando profundamente y preparándose nuevamente para levantar el brazo y presionar el botón, tuvo que cerrar los ojos y casi lanzó una plegaria al cielo. Louis no podía comprender por qué sufría un caso tan severo de nervios y ansiedad cuando él solamente iba a buscar a los gemelos y hablar con ellos, era tan sencillo. 

Solo ir y hablar con los Styles.  

Contarles sus razones. Extrapolar lo que había sido de su vida y las malas acciones que había cometido en la plena flor de su juventud. 

Rogar porque no reaccionaran como él lo había hecho. 

¿Los alfas lo rechazarían?  

¿Serían capaces de soportar la mancha de su vida y aceptarlo?

Sí. Era sencillo ir y hablar. Claro. Lo que era absolutamente complicado era esperar resultados. Detestaba eso. 

Los detestables y horripilantes escenarios carcomiendo su cabeza. Maldita sea. Existían infinitas  formas en las cuales podrían mandarlo al carajo. Eliminarlo como a la suciedad. 

No fue plenamente consciente del momento en el que su dedo presionó el botón del timbre sino hasta que escuchó el sonido repiquetear en el fondo de la casa, la vibración del sonido generándole mas temblequeos. Bien. Él aún tenía tiempo para girar y echar a correr. ¿Verdad?

Hacer eso no lo iba a convertir en un cobarde. De ninguna manera. Todo lo que iba a hacer sería correr y tratar de tranquilizarse. 

En serio. 

Nada más que eso. 

Seguro. 

Pero, él había preparado todo un discurso para explicar la situación, tratar al menos. Y no era capaz de recordar ni siquiera una palabra. 

Louis era un desastre. De todas las maneras posibles. 

El plan de huida se vio truncado cuando la puerta se abrió. La boca del castaño se abrió y la confusión plena llenó su cuerpo. 

Puede decir que imaginó que mil personas podrían estar en esa casa, exactamente imaginó que por ello las cosas se podrían complicar y él, de una forma u otra, iba a obtener un poco más de tiempo. No obstante, por su cabeza jamás cruzó la idea de que ese omega iba a estar ahí. Tampoco que sería él quien le abriera la puerta. La puerta de la casa donde vivían los gemelos. Maldita sea. ¿Había tardado demasiado en venir a buscarlos? 

No consiguió evitar la inundación que se formó en sus cuencas visuales. Pero, haciendo amago de la ligera pizca de dignidad que le podría quedar apretó los labios y parpadeó varias veces, intentando ahuyentar las lágrimas. ¿Podía ejecutar el plan 'girar, correr y esconderse' ahora y no lucir patético? 

Styles ~LS- A-B-O~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora