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No fue Louis quien abrió la puerta. 

Tampoco el padre del omega. 

Menos la madre. 

Un empleado. 

No. Nada de eso. 

La persona que abrió la enorme puerta de caoba oscura fue el alfa de prominente barba. 

Los hermanos se erizaron y a la defensiva estiraron sus cuerpos. 

"Buscamos a Louis." Edward habló. Mandíbula fuertemente apretada. Ojos firmes y duros enfocados en el hombre de cabello azabache, tratando de ignorar a la pequeñita omega que llevaba en brazos, la niña, de hecho, se había metido en el cuello del alfa en cuanto había percibido el aroma potente del par. 

Vio como el alfa estiró los dedos en la espalda de la niña, otorgándole caricias tranquilizadoras, en lo que la mirada miel se movía de arriba abajo sobre ellos. Evaluándolos. "No está aquí." Fue lo que dijo después de unos instantes en silencio. Su hermano dio un gruñido demasiado bajo. Uno que solamente retumbó en su pecho y la niña dio un respingo al sentirlo. "Váyanse. Louis no vive aquí." Ordenó seriamente, no llegando a soltar un gruñido o algo similar, manteniendo un tono bajo y casi calmo, Edward podría jurar que era por la pequeña que llevaba en brazos. 

No lo pudo evitar.

"Ella..."

"No es de su incumbencia." Tajó de forma dura. "Abandonen el lugar si no quieren que llame a seguridad."

Edward apretó la mandíbula y contuvo un gruñido de exasperación, su hermano si dejó libre un resoplido. "¿Dónde lo hallamos?" Harry dijo 

"Ya fuimos a la casa de su padre, nos dio ésta dirección." Él completó intentando ignorar el enojo de su hermano y el suyo propio. La niña parecía querer fusionarse contra la piel del alfa. Ella verdaderamente estaba nerviosa con la presencia de él y su hermano. 

Sin embargo ellos no iban a claudicar hasta obtener algo de ese hombre. 

Ése maldito hombre. 

Jodido alfa. 

Era el mismo que ese día había hallado en la habitación de la clínica con Louis. Con esa niña. La niña que dijo papá y se dirigía a Louis. 

Él sencillamente no podía solo contenerse o ser amable. Se trataba de su omega. 

Ellos no iban a soportar lo que el alfa de cabello negro tuviera que decir. Se iban a plantar firmes e iban a hacer lo que fuera necesario para obtener información acerca de su omega, habían investigado y tenían formadas las ideas de todo lo que dirían a Louis, cómo iban a plantear las cosas y claro, dentro de todo había un ruego impreso porque el omega les escuchara y les perdonara.

Así que tras días de abstenerse de buscarlo se pusieron de acuerdo y salieron en busca de su pareja. Ellos en realidad ya no podían soportar estar más tiempo en la lejanía. 

Se completaría un mes la próxima semana. Iban a enloquecer. 

"Tienen que largarse." Dijo el alfa envolviendo con su aroma a la pequeña omega, intuyó que hacía ello para tranquilizarla. "Él probablemente esté con su madre. Ella trabaja en una cafetería en el centro comercial del centro. Diviértanse buscando." Fue veloz cerrando la puerta y dejándolos fuera. 

Él parpadeó un par de veces, giró lentamente la cabeza hacia su hermano y se lamió los labios. Los dos dieron media vuelta y caminaron rápido por el pasillo del edificio. 

Styles ~LS- A-B-O~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora