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Los días habían pasado, las cosas entre los amigos seguía normal, habían recuperado la confianza a como era antes, siempre se les veía juntos por los pasillos, jugando o platicando.

Los rumores de que Magnus se acostaba con media escuela seguían llegando a los oídos de Alec, era triste el solo pensar en eso pero no quería herirlo de nuevo alejándose por los cotilleos.

– ¿Cuál es tu siguiente clase? – Preguntó Alec. Estaba a punto de aprenderse todo el horario de su mejor amigo. Solo por curiosidad, obviamente.

– Tengo taller de moda. – Contestó con entusiasmo el mayor.

– Veo que te gusta esa carrera, me alegro por ti Mags.

– ¿Y a ti en serio te gusta eso de las Empresas?

– Sí, sabes que siempre me han gustado los números y administrar todo. – El moreno veía el brillo que destellaba en los ojos del menor, dándole la razón por el gusto de esa carrera.

Estuvieron platicando por unos minutos más, a veces disfrutaban de esos pequeños momentos donde sus horarios no se cruzaban para hablar y seguir conociéndose.

Ambos reían por burradas y solo entre ellos se sentían ellos mismos, tenían otros amigos cercanos pero nadie más los conocía a la perfección que ellos.

Pero a veces ese momentos eran interrumpidos, y no accidentalmente, como ahora.

– Hola Magnus. – El mencionado alzó la mirada sobre la cabeza de Alec poniéndose serio en un segundo.

– Hola Imasu.

– Veo que a mí no me aceptaste pero a alguien como él, sí. – Dijo mientras veía con desprecio a su amigo.

– Creo que no te debo explicaciones así que piérdete ¿sí?

Después de decirles a sus mamás sus gustos, habían decidido también hacerlo en la escuela, aunque Magnus aclaró que era bisexual. No les afectó en lo absoluto hacerlo aunque a veces venía gente estúpida a molestar.

Alec se había mantenido callado y dándole la espalda al tipo, no quería problemas, él prefería ignorar, le afectaba más a la gente cuando le hacían eso.

– ¿Y al menos tu novio ya sabe que te acostaste con medio salón? – Dijo burlonamente.

– Vámonos Alexander. – Magnus levantó a su amigo tomándolo del brazo.

El moreno sabía a la perfección que Alec era muy tranquilo, siempre se contenía cuando le molestaban pero ahora se veía bastante enojado y lastimado, aunque lo último no sabía muy bien por qué.

– Oh vamos Mags, tienes que ser sincero y decirle que eres una verdadera puta. – Y ahí explotó todo.

Quitando suavemente el agarre de Magnus, Alec dio la media vuelta dejando caer su mochila al piso, caminó tranquilamente hasta estar a unos pasos de Imasu, y sonrió con superioridad, haciendo fruncir el ceño del otro.

Dos minutos después, todos los estudiantes que estaban en los pasillos, se aglomeraron alrededor de los chicos que estaban en el piso golpeándose.

Se escuchaba golpe tras golpe estrellándose, sobre todo en la cara del ofensor y balbuceos como "nunca le vuelvas a decir así maldito" o "solo yo puedo decirle Mags", de parte del otro.

El asiático había tratado de separarlos pero su amigo definitivamente había crecido más que él y tenía más fuerza que antes.

Se habían necesitado a dos maestros para jalar a un Alexander muy enojado y casi llorando de coraje. Imasu tuvo que ser levantado por otros dos maestros para llevarlo a la enfermería.

– Lightwood, a la oficina del director ¡ahora! – La voz del maestro le hizo calmarse y esperar un muy buen castigo por lo que hizo.

Aunque era un hecho que no se arrepentía.

– Nos vemos al rato Mags. – Le susurró, mientras tomaba sus cosas antes de seguir al maestro.

Sin decir nada, Magnus se quedó estático al ver una sonrisa de satisfacción en su mejor amigo antes de que se fuera; era claro que si algo así volvería a pasar, lo haría de nuevo.

En las clases, el moreno no se podía concentrar en ningún momento, y menos cuando todos hablaban del "tímido Lightwood golpeando al imponente Morales".

Estaba preocupado por el posible castigo que recibiría. ¿Y si le hablaban a sus papás? ¿Y sí lo suspendían o peor, si lo expulsaban?

Inmediatamente se quitó pensamientos tan negativos de la cabeza pero eran las 8:30 y todavía no se aparecía en su cuarto como de costumbre.

– Ya para eso hombre, va a venir. – Dijo un Ragnor mareado de ver a su compañero de cuarto caminar de un lado a otro.

– Es que ya pasó mucho, ni siquiera me ha mandado un mensaje y todos hablan de que lo van a expulsar. – Las uñas iban a desaparecer de nuevo por tantos nervios.

– Cálmate, no porque Imasu sea el sobrino del director significa que le dará la razón. – Ragnor se dio cuenta que la había cagado por decir eso cuando vio a su compañero ponerse más pálido de lo normal.

– ¡¿So-sobrino?! No, no, no, ya valió, lo van correr, ¿qué va a pasar? ¿Qué será de él? ¿Lo seguiré si se va a otra Universidad? Sí, claro que sí. No seas tonto Magnus.

Ragnor no sabía si reírse del conflicto que se generaba en la cabeza su amigo o solo decirle que se tranquilizara por quinta vez.

Cuando estuvo a punto de decirle algo para calmarlo, la puerta del cuarto fue abierta pausadamente, para después ver como Alec metía la cabeza con duda.

– ¡Alexander! ¡Maldito loco! ¿Qué ha pasado o qué pasará? – Sabiendo que sobraba ahí, el compañero de Magnus se salió de la habitación sin ser notado.

– Pues nada, me reprendieron por varias horas y estuve en clases hasta ahora. – Dijo alzando los hombros mientras se sentaba en la cama de su amigo.

– P-pero ¿no te van a expulsar o suspender? – Preguntó nervioso, se sentía muy culpable de por sí.

– Para nada, escucharon la razón del por qué lo hice y solo me dieron una advertencia de no volverlo a hacer porque en general, soy un buen estudiante y me provocaron.

– Eres un tonto Alexander. – Magnus se relajó notablemente y se sentó a su lado.

– ¿Por qué? Nadie te puede decir "Mags", ¿recuerdas?

– Ah no me digas, entonces solo por eso enloqueciste y le pegaste. Entiendo. – Dijo sarcásticamente.

– Magnus, yo no sé si los rumores sean ciertos o no, pero nadie puede llamarte así, nunca. – La cara de Alec se había endurecido, era claro que le valdría la advertencia si pasaba algo similar de nuevo.

– Gracias Alexander pero me sé defender solo. – Se sentía feliz por alguna razón.

– Lo sé pero les dejé claro a todos, que mientras estés conmigo, te respetan.

– Tonto. – Magnus abrazó a su amigo rápidamente en forma de agradecimiento, sintiendo su corazón casi por explotar. – Quiero ver otra película y mañana no vayamos a clases.

– Hecho pero veremos solo de terror. – Aclaró el menor con complicidad provocando que su amigo se pusiera nervioso por esa condición.

– M-me parece bien. Serás tú el que no podrá dormir por mi culpa así que no me importa. – Le contestó infantilmente provocándole ternura a Alec.

Tal vez no era tan mala idea que vieran películas de ese estilo, de todas formas, querían estar todo el tiempo cerca del otro... Muy cerca.


Gracias por leer mis historias, cada vez son más :D

Espero que les esté gustando cada capítulo jiji O.O


UNA VIDA JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora