13

1K 112 17
                                    

A lo mejor la fiesta no había sido tan alegre al final, el viaje solo había valido la pena porque los chicos pudieron ver a sus madres sonreír.

No hubieron despedidas de parte de los padres.

Maryse había tratado de hablar con Robert, pero éste hacía como si no hubiera pasado nada. No se le veía enojado pero sí distante.

Lilith habló con Asmodeus y fue claro, él no quería saber nada de su hijo y como buena madre había optado por irse a vivir temporalmente con su mejor amiga.

Todo habia pasado tan rápido en solo dos días que era mucho que sopesar.

Iban desanimados en el camino de regreso; sin embargo, sus manos no se había separado en ningún momento.

Se sentían seguros de sí mismos, se amaban, su relación era en serio así como sus preferencias, no tenían miedo de decirlo. No más.

– Verán que todo se arreglará chicos. – Dijo Ragnor en cuanto platicaron cómo les había ido.

– Tu padre está enojado pero se le pasará, al final eres su hijo Magnus, todo estará bien. – Pero Jace vio más decaído al moreno. – Vamos a beber caballeros.

El cuarteto de amigos salieron en domingo hacía un bar cercano a la escuela. Porque eso hacían los amigos, animarse de alguna forma cuando algo iba mal.

Se divirtieron, rieron, bromearon y bailaron para bajar el alcohol; fue como debieron haber pasado ambos cumpleaños en realidad.

– ¿Estás bien Mags? – Alec había llevado a Magnus a su mesa mientras el otro par se había quedado bailando.

– Lo estoy con ustedes... Contigo a mi lado. – Dijo seguro pero con la mirada triste.

– Verás que todo es momentáneo amor, no te dejaré.

– Mi mamá se alejó de mi padre por mí, él no quiere saber de mí. – Los ojos de Magnus se llenaron de lágrimas.

– Nuestras mamás son las mejores, nos apoyan en todo momento y si tú papá no quiere hacer eso, él se perdará la oportunidad de tenerte.

– Pero ¿y sí haber dicho lo que sentimos fue malo? – La pregunta impactó un poco a Alec.

¿Se había arrepntido?

– Yo... – Las palabras no salían ¿en serio habrá estado mal?

Viendo como la mirada segura de su novio cambió a una de asombro y trizteza, Magnus se apresuró a hablar.

– No, no Alexander. No es eso, no me arrepiento de ti ni de lo que siento, ni haberles dicho. Nunca lo haría.

– Pero...

– Me refería a que tal vez no haya sido el momento pero aun así iba a llegar el día que lo hablaramos ¿cierto? Pero créeme que no lamento haber confesado mi amor por ti.

Alec se relajó notablemente.

– Las cosas ya están hechas Mags, estaremos juntos sin importar lo que pase, nos apoyaremos y además, adivina qué.

– ¿Qué? – Preguntó divertido el mayor por la cómplice mirada de su novio.

– Tenemos a unas madres que ya planearon nuestras vidas futuras, no tenemos más remedio que estar juntos.

Ambos sonrieron, sus madres eran las mejores claramente.

– Pues yo tengo planeado algo para un futuro muy, muy cercano. – Alec supo a lo que se refería su Mags con aquella voz pícara.

UNA VIDA JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora