14 - Epílogo

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24 años

Los años habían pasado y el tiempo, como siempre, ponía todo en su lugar.

Tanto Alec como Magnus se habían titulado de sus respectivas carreras y cada uno había iniciado a trabajar en sus propios proyectos de vida.

Había sido duro seguir adelante.

La separación había dolido, mucho. Rompió el corazón de Magnus pero no había nada qué hacer, las cosas las había buscado así su padre.

Sin embargo, su vida siguió estando feliz, haciendo lo que quería y con quien quería. Porque sí, amaba a la persona con la que estaba en su presente.

Alec también era muy feliz; a pesar del suceso en su pasado, siguió adelante, con una espina de dolor en su corazón por aquella separación.

Estando sentado en la arena, sobre su toalla, el moreno se asoleaba gustosamente, haciendo que su tono de piel se oscureciera un poco más.

Esperaba a su pareja, que seguramente le veía desde lejos mientras compraba helados para ambos.

Todo había sido tan rápido, la separación de dos grandes amores, el distanciamiento de una gran amistad, las graduaciones y el compromiso que pronto se cumpliría.

– Hey, amor, toma.

– Genial ya sabes cual es mí preferido. Te ves muy sexy sin playera – Magnus tomó el helado de menta.

– Y tú te ves muy sexy con ese anillo. – Dijo Alec haciendo una tímida sonrisa.

El menor había comprado una joya hermosa, estaba grabado y le resaltaba los pequeños diamantes jade y zafiro.

Le había prometido que él quería preguntar eso en su momento y cuando llegó, Magnus había llorado de la felicidad.

El mayor le dio un beso apasionado a su pareja para después ayudarlo a levantarse e ir a su hotel, mientras se comían su helado.

Maryse les había regalado un viaje a Miami, pagando el avión y Lilith les había abierto una cuenta con una gran cantidad de dinero para sus gastos.

"Los mejores regalos para los mejores niños", habían dicho.

A pesar de lo que había pasado con sus padres, todo se solucionó, aunque claro, la ruptura tuvo que pasar.

Lilith y Asmodeus, se habían divorciado.

Cuando él había presentado a la inocente chica Dot, todos se habían sorprendido. Llegar a ese extremo fue un shock para la pareja de chicos.

Se supo después, que Dot no sabía ni de la situación, solo había sido invitada sin ninguna razón.

Asmodeus nunca aceptó a su hijo como era, según él, quería al hombre de la casa y Magnus nunca lo iba a hacer.

Cuando trató de decir lo mismo de Alec, Robert salió en su defensa, porque él amaba a su hijo, trató de hacerlo entrar en razón, pero el hombre no quiso escuchar.

La separación de los padres de Magnus y la amistad rota de Robert, les había dolido a todos, pero las decisiones fueron tomadas.

Fue lo correcto.

Los helados se derritieron o se acabaron en algún momento, pero cuando entraron a su habitación, éstos ya no obstrurían sus manos.

Eran unas vacaciones perfectas y cuando regresaran, iba a ser todavía mejor. Por supuesto que sus madres iban a organizar una boda que les iba a estar esperando.

UNA VIDA JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora