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Jace estaba como loco buscando por todos lados a su mejor amigo y compañero de cuarto, mientras que Ragnor estaba que echaba humo por las orejas del coraje.

Todos se habían enterado que Camille había hecho de las suyas y cuando trataron de evitar que los rumores llegaran a la pareja, ya era demasiado tarde.

Alec se había perdido por alguna parte de la escuela y Magnus solo lloraba en su cuarto.

¿Qué había pasado?

Simple. Camille quería joder lo que ella nunca tendría.

Era claro que la escuela se iba enterar de la hermosa pareja que se había formado recientemente. Muchos lo habían esperado porque se sabía que los "mejores amigos" iban a llegar a más que eso y otros se sorprendieron poco o mucho, como en el caso de la ex novia de Magnus.

Al día siguiente de hacer el amor, hicieron enterar a todos que se amaban y que estaban más unidos que nunca y así fue por un par de semanas.

Ragnor y Jace estaban felices, por fin estaban juntos. Pero una cierta ex estaba despechada porque era claro que Magnus no estaba ni cerca de estar triste por lo que le hizo.

Su plan era simple. Camille se acercaría a Magnus para supuestamente disculparse por lo que le había hecho. El moreno siempre era noble, él creía en darle a las personas el derecho de una sincera disculpa.

Inocentemente se había ido con ella a hablar, cuando la loca vio a su cómplice Imasu, fue el momento para jalar de la playera del moreno para estrellar su labios por unos segundos.

Segundos que fueron suficientes para que Imasu tomara una foto que después sería publicada a la brevedad. Mensajes llegaron como la lluvia, con la imagen del "beso de reconciliación".

Ragnor y Jace corrieron por los pasillos con tal de hablar con la pareja; ya que, un compañero había estado presente en la actuada escena y supieron de qué se había tratado ese montaje.

Pero cuando llegaron a la habitación del asitático, había sido tarde.

Vieron como un Alec había estallado en lágrimas cuando el mayor trató de explicarle que el mensaje era una mentira.

Vieron como el mayor se enojó porque no podía creer que su novio no confiaba en él, Alec se derrumbó cuando Magnus paró de hablar para darle explicaciones y solo le corrió de su cuarto.

Jace había corrido gran parte de la Universidad con tal de alcanzarlo, pero eventualmente lo había perdido de vista. Ragnor solo mentaba madres porque vamos, la pareja estaba exagerando.

No podían terminar las cosas por un estúpido beso forzado. Ellos se encargarían de eso.

– ¡¿Dónde carajos estás?! – Medio preguntó y gritó Jace cuando su amigo se dignó a contestar su celular.

Estoy en un café. – Su voz se escuchab mal. Esa no era la voz del chico enamorado y feliz de las pasadas semanas.

– Iré para allá. No te muevas, en serio Alec. – Sentenció el rubio.

Relájate, no tengo dinero para irme. Aquí estaré. – Dijo antes de colgar.

Ragnor recibió un mensaje del rubio diciéndole la ubicación de donde se encontraba Alec. Era claro que Jace no iría por él, Ragnor debía mandar al enojón de su compañero por su novio.

– Ya levántate Magnus, deja de engrandecer las cosas y arréglalas. – Así le diera de patadas, lo levantaría de su maldita cama.

– No iré, déjame en paz. – Se veía el enojo que el moreno se cargaba; sin embargo, los ojos hinchados de tanto llorar, lo delataban.

UNA VIDA JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora