No Pressure | jb (2)

Prólogo

29 de Julio, 2015.

Justin's Point of View.

Miraba a través del cristal con la mirada perdida entre el tráfico de la ciudad de Los Ángeles. Los coches pasaban demasiado rápido, tanto que incluso no te daba tiempo a visualizar nada porque cuando pestañeabas, se habían alejado de tu campo de visión. Iba junto a Scooter y Mikey en el coche de camino a los estudios de radio On Air para ser entrevistado por Ryan Seacrest.

Hoy se revelaría el lanzamiento de What do you mean y los nervios crecían en mi estómago. El tiempo se había agotado y ya estaba de vuelta en el mundo de la música. Recuperado y con ilusión. Como nunca creí estarlo, finalmente lo había conseguido.

─ ¿Nervioso, Justin? –La voz de Scooter me sacó de mis pensamientos y le miré.

─ Estoy bien. –Dije encogiéndome de hombros.

─ Me alegra que estés totalmente recuperado, hace más de un año pensaba que no ibas a dejarte ayudar. –Sonrió─ Pero todo ha pasado y piensa que estás de vuelta haciendo lo que más te gusta.

─ Lo sé, Scooter. Yo también me alegro de haber recuperado mi vida. –Respondí volviendo a mirar por la ventana.

Un año y cinco meses. Había pasado más de un año desde aquel día en el que eché a Kayla de mi casa. De mi vida. Ese día en el que decidí romper su corazón y cortar de raíz todo tipo de contacto con ella. Ese día en el que mi mundo se desmoronó por completo. Desde entonces, el vacío llegó a mi corazón. Nadie lo había ocupado en todo este año, porque nadie había llenado ese vacío tan grande que dejó en él.

Scooter me hizo ver la luz al final del túnel cuando llegó a mi casa y me encontró en la peor de las situaciones. Él fue el que me ayudó a levantarme para empezar a salir adelante. Tragué saliva con dificultad evitando que los pensamientos llegaran a mi cabeza, pero fue prácticamente imposible.

─ Vamos al hospital.

Apenas podía escuchar su voz, solo sabía que estaba en casa. No distinguía con claridad, pero había alguien más con él.

No tenía fuerzas para nada, ni siquiera para ponerme en pie. Había pasado toda la noche solo. Acostado en aquel suelo de mi salón, queriendo hacer desaparecer todos esos pensamientos que me aterraban, queriendo buscar la salida pero sin obtener resultados.

Mi cuerpo se debilitó, no había ingerido ningún tipo de comida durante horas y la necesidad de querer droga seguía en mi interior. Pero no sucedió. Mi boca estaba seca y apenas podía abrir los ojos, todo mi cuerpo temblaba sin quererlo.

Aún inconsciente, no dejaba de culparme por lo que le había hecho a Kayla. La había echado de mi vida y no había marcha atrás. No podía arreglar todo lo que yo mismo había provocado. En cuestión de horas, me había arrepentido por completo de la decisión que había tomado respecto a ella.

─ Súbelo a mi coche, iremos lo más rápido posible. –Dijo abriendo la puerta y alguien me metió en aquel asiento trasero.

Scooter se quedó a mi lado y pude sentir sus manos palpando mi rostro en todo momento.

─ ¿Qué le ha pasado? –Volvió a preguntar, supe que era Fredo. Él había estado junto a Scooter. Y su voz estaba cargada de preocupación.

─ Kayla me llamó ayer varias veces, no pude contestar hasta esta mañana. –Dijo mi manager sosteniendo mi cabeza entre sus brazos─. Sentí miedo, Fredo. Por momentos sentí que lo perdía cuando me dijo que lo encontró muy mal cuando llegó de Londres; que la había echado de su vida y no quería que estuviera bajo su mismo techo.