Mi Tentación (EN EDICIÓN)

01| Un pasado

Me quedo sentada un poco más contemplando la cara angelical de mi pequeño al dormir, suspira entre sueños y hace un mohín con sus labios que derrite mi corazón por la dulzura de su gesto.

Tapo nuevamente sus hombros cuando se mueve buscando con su mano el muñeco de felpa que le di cuando apenas era un recién nacido, desde entonces se convirtió en su mejor amigo y lo arrastra por donde quiera que va.

Solo tiene un par de meses que empezó a caminar y ahora no puedo detenerlo cuando le da por correr por el departamento riendo a gritos mientras lo persigo.

Sonrió embelesada dejando un suave beso sobre su frente y acaricio su mejilla con cuidado de no despertarlo.

Este ser tan pequeño ha sido mi fuerza y mi aliento cada que el mundo me dice que no puedo.

Cierro con sumo cuidado la puerta del dormitorio que alguna vez fue mía cuando vivía con mis padres. Martha quien fue mi nana desde que tengo memoria se acerca con un biberón en la mano.

—    ¿Ya se durmió? —pregunta en tono bajo.

—    Ya, supongo que tenía sueño desde que salimos de casa, pero con mi papá cerca no pudo quedarse quieto.

—    Entonces lo dejaré cerca por si se llega a despertar.

Asiento agradecida y la tomo de la mano.

—    Por favor si pasa cualquier cosa por mínima que sea házmelo saber.

—    No te preocupes, no es la primera vez que se queda aquí.

—    Eso lo sé, pero no tiene mucho que se enfermó de gripe y no quiero arriesgarme a que le vuelva la fiebre.

—    Vete tranquila, cualquier cosa te llamo.

Suspiro un poco más tranquila y me despido de ella para caminar hacia las escaleras. Si me demoro más de la cuenta mi madre no perderá la oportunidad de hacerme saber su opinión por mi tardanza y no quiero escuchar sus reproches durante toda la velada.

Ajusto la cinturilla de mi vestido mientras bajo por las escaleras y empiezo a escuchar a mis padres en la entrada de la casa.

—    Charles siempre traes el moño chueco —lo regaña con su característico tono irritado, mientras que trata de arreglar el desperfecto en el esmoquin de su marido que solo asiente con una sonrisa en el rostro.

Suspiro resignada ante su falta de respuesta, mi padre siempre ha sido complaciente en lo que respecta a cualquier queja o capricho de ella.

Ambos voltean en mi dirección ante el ligero ruido de mis tacones.

—    Sofía te ves encantadora —me elogia mi padre con alegría.

—    Pudo esforzarse más   —agrega mi madre frunciendo sus labios carmesí, escaneándome  de arriba abajo en busca de cualquier error queestoy segura, no encontrará.   

Elegí un vestido largo de color azul marino con algunos cristales adornando la parte del corsé y me recogí mi largo cabello rubio en un moño sencillo, y como último toque, un maquillaje ligero resaltando mi tez pálida. No me gusta ser el centro de atención, pero me había acostumbrado con los años que eso no cambiaría por más que lo deseará.

Decido guardar la calma reprimiendo las ganas de soltar alguna que otra mala palabra que la haría molestarse un poco más. Sé que no les he facilitado las cosas y que los últimos años no han sido nada fácil de sobrellevar, pero ciertamente creo que es hora de dar vuelta a la pagina y tratar de sobrellevar las cosas. Al fin y al cabo, hice lo que tanto quería, me involucré en el negocio familiar.