03| Cruda realidad

10.5K 456 47
                                    

En mi juventud era fan de la saga de Harry Potter y una de las frases más significativas para mí fue: "Quien te deja una cicatriz tan profunda no debe de ser nombrado", pero no creí comprobarlo en carne propia o al menos no de esta manera.

La garganta me arde y no me deja ni siquiera pronunciar su nombre, como si intentarlo me quemara los labios. Aprieto el agarre sobre el iPad y mantengo el ritmo para evitar que se note mi nerviosismo.

Volteo hacia Bianca sin importarme la mirada intrigante de aquel hombre tratando de parecer despreocupada. Mi asistente con las mejillas sonrojadas se acerca a mí con una libreta en mano viendo de reojo al despreciable ser humano que le estaba coqueteando apenas hace unos segundos como si fuera lo más natural.

—    Discúlpeme, pero traté de decirle quién la estaba esperando.

—    Solo tráeme un café muy cargado en lo que atiendo al "Señor" —pronuncio la última palabra con cierto sarcasmo.

Se va enseguida a la sala de descanso dándole una última mirada a Matt.

Camino hacia mi oficina y cuando paso a un lado suyo intenta tomar mi brazo con familiaridad, pero lo esquivo a tiempo antes de que me llegue a rozar. De solo pensar en su toque unas inmensas náuseas invaden mi estómago.

Abro la puerta y me hago un lado dándole el permiso de entrar.

—    Pasa y se rápido porque tengo mucho trabajo y no dispongo de mucho tiempo como para desperdiciarlo contigo.

—    ¿Ya ni siquiera me saludarás?

Le hago una señal de que entre y lo hace, no quiero dar ningún espectáculo. Al entrar voltea curioso viendo todo el lugar de arriba abajo.

—    Veo que te ha ido muy bien.

Aprieto los labios con fuerza y me siento detrás de mi escritorio sintiéndome a salvo con algo interponiéndose entre los dos.

—    No somos amigos y mucho menos conocidos así que evita todo este teatro y habla de una vez, ¿qué es lo que quieres?

—    Creo que somos más que eso Sofía, antes había un nosotros.

—    No me desgastaré en explicarte que no hay un "nosotros", solo dime que quieres y márchate de aquí.

Toma asiento en el sofá que estaba cerca y se queda un momento viendo la vista panorámica que ofrece mi oficina.

—    Quiero ver a Zachary —admite.

Mi cuerpo entero se tensa al escuchar el nombre de mi hijo en sus malditos labios.

—    Si es por lo único que estás aquí ya puedes irte, no permitiré que estés cerca de él.

Voltea en mi dirección con el ceño fruncido.  Me alucina su falta de memoria ante todo lo que nos hizo vivir en el pasado.

—    Te recuerdo que, aunque no tenga derechos legales sobre él me sigue considerando como una figura paterna.

Me río por el cinismo que presenta.

—    ¿Figura paterna dices? Déjame recordarte ciertos puntos que parece haberse borrado de tu memoria: el primero es que cuando tú te fuiste mi hijo tenía solo 4 años y a estas alturas apenas si te recuerda, segundo no has estado presente en su vida como para que ahora te necesite y última si tanto quieres verlo ¡¿por qué no regresaste hace años después de lo que tu provocaste?! —termino perdiendo el control y me levanto furiosa.

Su cara pierde todo el color y termina lívido cuando Bianca entra con una taza de café en sus manos y la deja sobre mi escritorio.

Sale apenas termina captando la tensión en el aire.

Mi Tentación (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora