Mi Tentación (EN EDICIÓN)

09| ¿Intento de secuestro?

Meto todo los documentos que necesitaré en un portafolio de cuero negro y las carpetas en una maleta de mano, la cierro y salgo de la oficina. Camila me espera con una sonrisa junto con los directivos.

—    Que tenga un buen camino —me desean todos.

—    Gracias.

Cuando ya he metido todo al auto Camila suspira a mis espaldas.

—    ¿Segura que no puedes quedarte un poco más?

Niego con tristeza.

—    Tengo ya varios compromisos en Nueva York.

—    Que lastima, me hubiera gustado pasar otro día como el de ayer.

—    Dentro de una semana será el aniversario de la empresa, espero verte ahí.

—    ¿De verdad?

—    Por supuesto, todos los directores de las sedes están invitados —frunzo el ceño —se supone que se enviaron los avisos hace un mes.

Ella me mira confundida.

—    Aquí no llegó nada o al menos no que yo sepa.

—    Se debió de haber perdido la carta.

—    Lo más probable.

Cuando llegué necesitaré hablar con Logan, él me aseguró que todos ya habían confirmado su asistencia.

Y no quiero, pero ya comienzo a tener sospechas que algo no anda bien.

—    Bueno es hora de irme.

—    Que tengas un buen viaje.

—    Gracias por todo Camila, te agradezco por la atenciones que has tenido conmigo.

—    No es nada, me divertí mucho saliendo contigo.

Nos despedimos de beso y subo al auto.

...

Cierro la puerta de la casa con mucho cuidado, Steven está sacando las maletas del auto así que tardará unos minutos en entrar.

Me descalzo las zapatillas y de puntitas voy hacia la cocina. Beth esta de espaldas lavando algo en el fregadero, esta tan concentrada que no se ha dado cuenta que me he acercado tanto hasta que pongo mi cara en su hombro.

—    Beth —susurro.

Ella pega un brinco y deja salir un pequeño grito mientras se lleva la mano al pecho y voltea. No puedo evitarlo y termino por echarme a reír.

—    ¡Sofia! —me regaña —casi me mata del susto.

—    Perdóname Beth solo quería sorprenderte.

—    Y vaya que lo hizo —se abanica la cara.

—    No era mi intención.

—    Si claro —bufa —a la siguiente tendrá la culpa si termino tiesa.

Me vuelvo a reír ante sus cara enojada.

—    No digas eso ¿quién nos alimentaría si no estuvieras aquí?

—    Nadie, se la pasarían comiendo comida a domicilio.

Niego divertida.

—    Con mayor razón no puedes quedarte tiesa.

—    Pensé que iría directo a la compañía.

—    Oh no, vengo muerta del viaje.

Me mira algo sorprendida.