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—¡YoonGi! —el pelirrosa zarandeó de un lado a otro el cuerpo del pálido, qué dormido se quejaba entre pequeños murmullos qué morían contra la almohada.

La cosa más difícil esas últimas semanas era despertar al mayor, ya qué éste siempre había sido de sueño pesado, nunca hubo la necesidad de levantarlo a menos qué fuera para trabajar, pero ni siquiera aplicaba en el ámbito laboral, ya qué hasta su horario era flexible al ir a la empresa. Aunque el mal horario de su sueño de su pareja en ese momento no podía ser impedimento, menos para una emergencia cómo la qué se estaba viviendo.

—¡Mi pequeña tiene hambre, Yonnie! —había soltado diversos alaridos, y el último grito por fin tuvo una reacción significativa.

—JiMin, son las cuatro de la mañana... —el mayor qué portaba la voz adormecida, apenas pudo mirar el despertador para contradecir la exigencia qué ni siquiera había captado, bostezando y tratando de recuperar un sueño qué aunque no lo supiera ya estaba perdido.

El gestante cruzó sus brazos y frunció el ceño, de repente se hallaba furioso, y quería qué de todas las maneras Yoon cumpliera con los insufribles antojos qué ya padecía. —¡Queremos de esas bolitas de arroz!

—Pero-

El mayor con fatiga y pereza intentó decir algo, ya llevaban dos semanas desde que JiMin tenía antojos, muy... raros. Mientras él estaba sufriendo por aquello, apenas podía dormir de largo ya qué quizás en lo largo de su relación había sobre consentido a JiMin y nunca pensó qué eso le pasaría factura alguna vez.

—Tú me pusiste a éste bebé, tú te encargas. —antes qué dijese algo más, el menor ya tenía cerrado el tema de conversación y junto con ello también cualquier posibilidad para negarse.

Así qué en cuestión de minutos YoonGi estaba vistiendo un abrigo junto a unas pantuflas y aunque JiMin había insistido en qué cambiase su calzado, vestir glamuroso era en lo que menos podía pensar.

—Uh, también fresas del puesto de la señora Kim esas que son grandes y frescas.

Bueno tampoco hubiese pensado qué las exigencias del menor se pusieran a ese nivel, menos cuándo era de madrugada y era impensable qué la longeva señora estuviera abriendo.

—Pero JiMinnie, la señora Kim no atiende hasta las nueve.

—¡YoonGi!

.

—Buenos... ¿días? —el pelinegro no estaba seguro de cómo saludar, el amanecer aún no tenía pinta de querer hacer su gran aparición, pero tampoco era indicado dar las buenas noches luego de ya haberse ido a dormir, ese limbo de tiempo confuso para el cuál no tenía cabeza.

—¿YoonGi? —la misma señora no podía salir de su sorpresa, más cuando aquel frecuente cliente estaba parado fuera de su puerta. —¿cómo conseguiste la dirección de mi casa?

—Tres palabras señora, Min FBI YoonGi.

Se perdieron algunos comentarios qué más amaba de ustedes hablando de los antojos de sus mamis, lloro mucho T-T

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Se perdieron algunos comentarios qué más amaba de ustedes hablando de los antojos de sus mamis, lloro mucho T-T

Bolita De Arroz 🍙 YoonMin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora