Parte III

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41.     “Hay muy pocas probabilidades de que mi relación se dañe, remota si se quiere, pero la probabilidad siempre existe. Estaré vigilante”

42.     Para que haya apego debe haber algo que lo justifique: o evitamos el dolor o mantenemos la satisfacción.

43.     La mayoría de las personas apegadas  son emocionalmente  inmaduras y muy necesitadas de cuidados.

44.     Una persona puede apegarse a uno, varios o,  si esta de malas a todos. Los apegos del menú son los siguientes: apego a la seguridad/protección, a la estabilidad/confiabilidad, a las manifestaciones de afecto, a las manifestaciones de admiración y al bienestar/placer de toda buena relación (por ejemplo, sexo, mimos, tranquilidad y compañerismo)

45.     “No soy capaz de hacerme cargo de mí mismo”. Estas personas necesitan de alguien más fuerte, psicológicamente hablando, que se haga responsable de ella. Este tipo de apego es el de los más resistentes porque el sujeto lo experimenta como si fuera una cuestión de vida o muerte.

46.     El origen del apego anterior parece estar en la sobreprotección parental durante la niñez y en la creencia aprendida de que el mundo es peligroso y hostil.

47.     El resultado de ese apego es : “No soy capaz de ver por mí mismo” y “El mundo es terriblemente amenazante”

48.     Anhelar una vida de pareja estable no implica apego, pero volverse obsesivo ante la posibilidad de una ruptura, si.

49.     En ciertos individuos la búsqueda de estabilidad está asociada a un profundo temor al abandono y a una hipersensibilidad al rechazo afectivo

50.  La historia afectiva de las personas tratadas en el punto (49)  está marcada por despecho, infidelidades, rechazos, perdidas o renuncias amorosas que no han podido ser procesadas adecuadamente

51.  El apego a la estabilidad/confiabilidad “Prefiero un mal matrimonio, a una buena separación”. El problema no es de autoestima, sino de susceptibilidad al desprendimiento.

52.  “Prefiero una separación con amor, a un matrimonio sin afecto”.

53.  Estar pendiente de cuanto cariño nos prodigan para verificar que tan queribles somos, es tan agotador como para el dador como para el receptor.

54.  “¡Al fin alguien se ha dignado a amarme!” Lo que sigue es una vida de pareja donde el cariño, la ternura y otras manifestaciones de afecto serán vista por el apegado como señales de que el amor aun está presente

55.  Uno de los indicadores erróneos de cotización afectiva más utilizado por la gente apegada es la deseabilidad sexual. La aseveración: “Si soy deseable, soy querible”

56.  El sexo no está hecho para tasar valores afectivos, sino para consumirlos

57.  Hay personas que no se sienten admirables e intrínsecamente valiosas; por tal razón, si alguien les muestra admiración  y algo de fascinación, el apego no tarda en llegar

58.  Exaltarle el ego a una persona que se siente poca cosa, y que además ha sido descuidada por su pareja en este aspecto, puede ser el mejor de los afrodisiacos

59.  La admiración es la antesala al amor

60.  El apego sexual mueve montañas, derriba tronos, cuestiona vacaciones, quiebra empresas, destruye matrimonios, sataniza santos, enaltece beatos, humaniza frígidas y compite con el más valiente de los faquires.

Extractos de Walter RisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora