Parte: V

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81.     El romanticismo parece haber desplazado la razón: “No importa como es la persona que amamos, todo es subsanable si nos casamos.” Al parecer cubrirnos con el manto del amor matrimonial, todo se diluye y desaparece.

82.     En la mayoría de los varones que tienen sexo sin amor, la eyaculación viene acompañada de un efecto de rebote. La atracción incontenible, que un rato antes cegaba su mente y alertaba sus genitales, se convierte de repente en desaliento y profundo fastidio. El sujeto sale despedido como alma que lleva el diablo.

83.     Una buena autoestima nos hace inmunes a muchas enfermedades de la mente, mejora la autoeficacia y disminuye la probabilidad de ser infiel.

84.     Las personas que no se quieren a sí mismas son altamente vulnerables a la seducción. El halago las embelesa, y tarde que temprano sucumben a la tentación de sentirse amada.

85.     El que se quiere a si mismo se “crece”, se vuelve escurridizo, difícil, exigente y un poco antipático, obviamente todo en un buen sentido.

86.     Elige bien y entrégate al mejor postor, porque sencillamente no estás en venta

87.     Si pones la felicidad afuera y te ofreces como un producto consumible, tu mundo interior estará automáticamente en decadencia.

88.     Una pareja donde ambos son infieles y deciden ocultar sus respectivas aventuras, es el sueño de cualquier amante.

89.     Cuando el péndulo se tranquiliza y las ansias se apaciguan. El tiempo real nos enseña lo evidente: la mejor edad es la que tenemos. Ni un minuto más ni un segundo menos.

90.  Si el amor que se siente por la pareja es desbordante y arrebatador, el esfuerzo se hace imperceptible: es mucho más fácil ser fiel.

91.  No se llega a la fidelidad dejando de ser infiel, sino fortaleciendo los aspectos que mantienen unidos a la pareja: los factores de protección.

92.  La infidelidad es un problema multivariable y las causas se traslapan unas con otras. Se puede haber recibido un mal ejemplo, estar mal casados, carecer de autocontrol, poseer una autoestima pobre y tropezar con el primer amor.

93.  No hay que subestimar el amor y creerse invulnerable

94.  No creer que existe la persona ideal que se acomode exactamente a nuestras necesidades

95.  Utilizar la venganza como una forma de retaliación e intentar salvar equivocadamente la dignidad personal mediante el revanchismo y la reparación tardía.

96.  Se puede tener una herencia biológica y/o una educación complaciente y tolerante con el engaño

97.  Al ser incapaz de afrontar adecuadamente  un problema de pareja y creer que la infidelidad es una opción validad para sostener un mal matrimonio

98.  No se puede pensar que la promiscuidad y la seducción son maneras aceptables de mejorar la propia autoestima

99.  Sentir que en el pasado afectivo quedo alguna relación inacabada, y por lo tanto debe completarse, o idealizar tanto al primer amor que nadie alcanza la medida.

100.  No estar psicológicamente y afectivamente preparados para cuando los hijos se vayan o cuando se llegue a determinada edad.

Extractos de Walter RisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora