Capítulo 1

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∆ Donde todo comienza ∆
(Narración Normal)

La chica platinada estudiaba en su habitación, cansada y agobiada de leer tanto, mira por su ventana, era un día bonito, a pesar de haber algunas nubes ella sentía que desperdiciaba su tiempo leyendo en su cuarto. Salio de el y se dirigió hasta la cocina, donde su abuela le enseñaba a su hermana menor, Anna a cocinar.

-Te dije que lo sacaras del horno Anna- dice la abuela

-Pero "abu" , no lo dijiste- cuestiona Anna a la memoria de su abuela.

-Sh- la hace callar su abuela y la golpea en las manos con su chancla ,manos con las que Anna sacaba un trozo de pastel quemado- No cuestiones a tu abuela Anna

Elsa rió de su hermana, se acercó y saco un trozo de pastel.

-No sabe tan mal, está mejorando- dice la platinada haciendo que su abuela se dé cuenta de su presencia.

-Hija, te estaba esperando para ordenar el sótano- dice la abuela tomando la mano de su nieta guiandola por los pasillos de la casa.

Sacaron varias cajas, entre ellas había una muy especial, esta contenía todas aquellas cartas que su abuela había hecho para su esposo- ya fallecido- y que a Elsa le llamaron la atención.

Comenzó a leerlas muy intrigada,las cartas tenían una muy linda letra, un papel ya amarillo por los años, y estaba lleno de los sentimientos de su abuela.

-¿Y esto?- preguntó la nieta

-Cuando era pequeña no me permitían hablar con tu abuelo, pero él siempre me gustó, así que como no habían esos apartijos tecnológicos del diablo, decidí escribirle cartas- explicó la abuela causando una pequeña risa en su nieta

Ambas leían las cartas mientras comían el pastel quemado de Anna, ya habían terminado de ordenar, y a Elsa le interesaba bastante el tema de aquellas cartas de amor.

Ya se había hecho tarde, los padres de las dos jóvenes habían llegado, se fueron cada una a su habitación, dispuestas a dormir se recostaron en sus camas. Anna se durmió al instante, pero Elsa no lograba consolidar el sueño.

-¿Por qué hace tanto calor?-susurro mientras se quitaba las sábanas de encima.

Pronto el dió frío, se tapó acurrucándose con sus sábanas y saco uno de sus brazos para sentir algo de aire, lo consiguió, el clima perfecto para dormir.

Pero le dió miedo, sintió que algo le tomaría del brazo, por lo que se tapó de pies a cabeza.

Con mucho calor, se cansó y decidió levantarse.

Vió la hora en su reloj, las 4 de la madrugada.

Se sentó en su escritorio, prendió la lámpara que tenía ahí.

"Supongo que si mi abuela escribía cartas, también lo podía hacer yo- pensó mientras sacaba algunos lápices- así podría hablar con Jack sin titubear, y sin sonrojarse". 

Comenzó a escribir con toda su sinceridad, aquella carta iba expresando todos sus sentimientos, y le daría la carta a penas lo viera en su universidad.

Podría sonar bastante estúpido para algunos, pero esa chica enamorada poco le importaba lo que pensaran los demás de ella.

Solo le importaba lo que sentía o lo que pensaba Jack, el chico que la hacía sentir mariposas en su estómago, no por amor, si no por el nerviosismo que sentía al tenerlo cerca.

Espero que les guste
mi nueva historia :3

Lo que tú nunca sabrás (Jelsa) |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora