Capítulo 4

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∆ La vida Continúa ∆

Siento que han pasado años, años después de que mis padres hayan fallecido.

Lo acepto, en un principio creí no salir nunca adelante, pero Mérida y Punzi me han ayudado bastante en todo.

Últimamente no eh tenido tiempo de escribir las cartas, por lo que me pongo mis auriculares, me siento en la silla de mi escritorio y saco mis lápices.

"Aunque no te eh visto en una semana, te extraño, extraño verte en los recesos, o en la clase de Inglés...Lo que tú nunca sabrás el motivo por el cual falté o por lo que me pasa, y desearía que lo supieras, para ver si me apoyarias a mí o te burlarías de mí, por lo cobarde que soy"

Seguía con está loca idea de mandar cartas, y aunque nadie las leía me servían para declarar todo lo que siento.

Hoy se cumplía un mes de la muerte de mis padres, había faltado bastante al colegio, y mañana sería el primer día después del accidente.

-¡Elsa!- grita mi abuela desde abajo

Salgo de la habitación y veo que están algunos compañeros de mi clase.

-Como tus compañeros te venimos a dar el apoyo que necesitas en representación de toda la escuela-dicen con una sonrisa, no necesito me lo digan, no están aquí por qué quieren, algunos están simplemente por lástima, otros por obligación del director.

-Gracias- le respondo lo más cortés que puedo.

Me entregan una canasta con flores, mientras se sientan en la mesa a compartir de la comida que habían traído.

Me siento en la mesa y todos me miran con lástima.

Ariel, Marinette,Chloe, Hipo, Kristoff, todos me miraban con lástima, y sus miradas son peores que las palabras.

Miro hasta la entrada, reconozco ese cabello, es Jack, por lo menos espero que no me mire como todos lo hacen.

-Hola- dice, y lo hace, me mira, como si el fuera el culpable del accidente, como queriéndome decir que lo siente, pero no siente la muerte de mis padres, si no que siente tener que verme así, por que en este último mes eh bajado mucho de peso, no eh dormido bien, y a causa de eso me veo perfectamente como una demente.

-Hola- le digo.

Nos sentamos a comprartir todo, luego ellos se van.

-Que simpáticos tus amigos Elsa, tienes demasiado, todos te aman muchísimo- dice mi abuela

Quisiera que eso fuera cierto, pero solo tengo unas amigas Mérida y Punzi, y con ellas me basta para ser feliz.

Subo a mi habitación y enciendo mi Laptop.

-¡Hola!- grita Punzi por la videollamada grupal.

-Punzi si te escuchamos, no grites- le dice Mérida

-¡Yo grito cuando quiera!- dice para molestar a Mérida, cuando pelean se hace muy chistoso.

Y luego seguimos hablando hasta dormirnos.

Y así eran todos los días, ellas son unas verdaderas buenas amigas.

Lo que tú nunca sabrás (Jelsa) |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora