Prólogo

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Taehyung POV

A pesar de que la flojera por comenzar mi penúltimo año en el colegio me invadía me levanté de un salto cuando mi alarma resonó en el silencio de la fría mañana que parecía olvidarse que estábamos en verano.

La emoción por ver a mi novio de hace un año vestido con el uniforme de último año me embargaba, se había esforzado tanto para llegar a este punto que no podía dejar de sentirme orgulloso por él.

Dando pequeños saltos me metí al baño y tomé una relajante ducha, con extrema lentitud esparcí mi gel de baño con aroma a chocolate por todo mi cuerpo, permitiendo a mis sentidos deleitarse cuando el olor invadió el baño entero. Luego de lavar ( con mi shampoo de frutilla obviamente) y enjuagar mi cabello, cerré el grifo de agua y envolví una toalla alrededor de mi cadera, con pasos seguros entré a mi habitación y me preparé para el nuevo día.

Sequé mi cuerpo con esmero y deslicé mis piernas en el pantalón azul marino de mi uniforme, abotoné la camisa blanca y me puse la chompa blanca encima, mis zapatos negros y brillantes esperaban por mí junto a la puerta de calle.

Una vez vestido me senté frente a mi espejo, apliqué un poco de maquillaje a mi rostro y delineé mis ojos, si bien mi novio me había dicho en reiteradas ocasiones que no necesitaba toda esa "basura" para verme hermoso yo seguía utilizándola porque siempre quería verme lo mejor posible para mí chico sonrisas.

- Taehyung el desayuno está listo -llamó mamá desde la planta baja.
- ¡¡Voy!! -respondí terminando de acomodar mi cabello castaño, di una última repasada a mi figura en el espejo de cuerpo entero y apresuré el paso escaleras abajo -Buen día mamá -saludé sonriente.
- Alguien está de muy buen humor para ser el primer día de clases -bromeó papá que ya estaba sentado a la mesa con su típico uniforme de policía.
- Apuesto que cierto muchacho de sonrisa brillante tiene algo que ver -comentó mamá con una sonrisa burlona en su rostro.
- Sólo desperté feliz -respondí, levemente ruborizado.

Si bien a mis padres les había costado un poco aceptar mi inclinación sexual, en poco tiempo se vieron tan cautivados por mi novio como yo. Él se había encargado de ganarse su corazón y confianza a base de trabajo duro y ahora simplemente no dejaban de repetir que éste muchacho era lo mejor que podía haberme pasado y yo concordaba con ellos...ya no podía concebir una vida sin mi chico sonrisas.

Tomé asiento en mi respectivo lugar frente a mi padre y entre conversaciones amenas y relajadas terminé mi desayuno.

A las siete de la mañana estaba ya recibiendo el frío azote del viento mientras mis pies se movían por el conocido camino rodeado de jardines y casas rurales que tan bien conocía...me encantaba vivir a las afueras de la ciudad, la tranquilidad y pureza del aire, las noches estrellados...definitivamente no cambiaría nada por todo lo que tenía, yo había sido bendecido con una familia perfecta y llena de amor, una casa de ensueño, un novio perfecto y una vida feliz...y el año recién estaba comenzando.

A las siete y media llegó el autobús y yo me monté alegre, el sonido de los miles de dedos tecleando con fiereza en los celulares llenaba el ambiente, miré a mi alrededor a toda esa gente metida de cabeza en la tecnología e ignorando su alrededor ¿Sabrían que se estaban perdiendo de la magia de vivir por no levantar la vista?, soltando un suspiro clavé mi mirada en la ventana y deleité mis ojos con el paisaje que poco a poco cambiaba de rural a citadino a medida que nos aproximábamos más y más a Seoul.

Cuando el bus se detuvo en la conocida esquina llena de restaurantes me bajé del bus y comencé a caminar hacia mi colegio, mis ojos curiosos miraban alrededor tratando de identificar la más mínima diferencia en el lugar desde la última vez que había pasado por aquí hace exactamente tres meses atrás.

- La casa de empeños ha desaparecido -dijo una suave y melodiosa voz detrás mío.
- ¡Jiminie! -grité abalanzándome contra él y envolviéndolo en un fuerte abrazo.
- No es como si no nos hubiéramos visto hace dos días -se burló devolviendo mi efusivo saludo.
- Muchas cosas pueden ocurrir en dos días -aseguré retomando mi camino al colegio.
- Cierto -asintió -pero no cuando te recluyes en tu habitación con videojuegos.

Me limité a chocar nuestros hombros cariñosamente.

- ¿Tu perfecto novio va a esperarte en la puerta del colegio como siempre? -preguntó mi amigo.
- Obvio porque es perfecto -dije con simpleza.
- Realmente no puedo evitar el sentir envidia -se quejó Jimin -ustedes son...es como si estuvieran hechos el uno para el otro.

Observé en silencio a mi amigo por unos minutos, tenía tez blanca, cabello teñido de rubio, labios carnosos y rojos como cerezas, ojos marrones y esas mejillas...tan achuchables y tiernas.

- Vas a encontrar a alguien pronto -aseguré envolviendo un brazo alrededor de sus hombros -eres perfecto Jimin sólo no te desesperes...llegará cuando tenga que llegar.
- Espero que llegue pronto -asintió.
- ¿Sigues hablando con ese muchacho de Busan que conocimos en el arcade?
- ¿Jungkook? -asintió sonrojándose -este año viene a estudiar a Seoul.
- Esas son buenas noticias -animé doblando la última esquina que nos separaba del colegio.

Jimin se limitó a asentir y señalar hacia delante, seguí con la mirada a donde él señalaba y mi corazón se detuvo, su cabello negro brillando, sus ojos color chocolate atrapando a los míos, su sonrisa...esa divina y brillante sonrisa de dientes blancos, se veía simplemente perfecto con el pantalón y blazer negros, el cuello cadete lo hacía ver extremadamente sexy.

- Hola bebé -saludó atrapando mis labios apenas me tuvo a su alcance -te extrañé demasiado.
- Yo te extrañé más amor -dije correspondiendo su  beso inmediatamente.
- Claro que no -aseguró él tomando mi mochila y colgándola de su hombro libre -fueron las ocho horas más largas de mi vida.
- Te amo Hoseok -dije tomando su mano y entrelazando nuestros dedos -te ves muy bien con el uniforme de último año.
- Uhm -asintió dándome una repasada derritiéndome al instante -mi bebé tan bien luce genial, aunque no necesitas esa basura en tu perfecto rostro para lucir bien, tu belleza es natural nene.
- Gracias pero quiero verme bien para ti -aseguré.
- Gracias a ti por eso -asintió.
- Por Dios quiero alguien así en mi vida -pidió Jimin sonriendo abiertamente ante nuestro intercambio de palabras.

Mi novio se limitó a guiñar el ojo y nos acompañó a nuestra aula, luego de dejar mi mochila sobre mi asiento juntó nuestros labios brevemente y acarició mi mejilla con suavidad.

- Te veo en el descanso bebé.
- Voy a extrañarte -asentí arreglando su cabello.
- No más que yo.
-Te amo Hoseok -repetí
- Te amo Taehyung ¿y sabes qué? -preguntó.
- Qué
- Cuando éste año termine voy a comprar una casa cerca de mi universidad y el colegio, para que tú y yo podamos vivir juntos de una vez por todas -aseguró.
- ¿En serio? -mi corazón latía rápidamente y mis mejillas se tiñeron de un fuerte carmesí al escuchar su propuesta.
- Lo prometo -asintió.
- Y yo te creo.

Luego de otro cortó y casto beso mi perfecto novio salió de mi curso mientras varias muchachas suspiraban a su paso.

- ¿Cómo es que dos de los más series y perfectos hombres del  colegio son gays? -se quejó una muchacha.
- Amo verlos juntos -aseguró su amiga -cuando los ves no te caben dudas de que nacieron para estar juntos.

Sonreí y me senté junto a Jimin...era cierto, cuando estábamos juntos el universo parecía girar a nuestro favor...amaba mi perfecta vida y según lo que mi novio había dicho...éste año lo cerraríamos con broche de oro...ya no puedo esperar.

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