06 La palanca para el Muro

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Rachel

¿Dónde estará la palanca? llevo casi media hora en el garaje.

No está en la caja de las herramientas ni en el mueble de los respuestos, tampoco en la bodega. No me quedan más opciones. Iré al comedor.

-Papá.

-¡Ah! Rachel ¿Dónde has es-

-¿Dónde está la palanca que usas para abrir la puerta del sótano?- Le intrrumpí.

-¿Para qué la quieres? Ya sabes que las herramientas solo las puden ocupar los adultos.

-Quiero entrar al sótano.

-No puedes.

-¿Por qué?- Le respondí con un tono más elevado de lo normal, y parece que lo notó ya que se puso bastante molesto.

-No me hables en ese tono.

-Entonces dime donde está la palanca.

-Entonces dime para que la necesitas.

-Para sacar algo del sótano.

-Yo lo saco por ti.

-No gracias.

-Soy tú padre, sé que no lo quieres para algo como eso.

-Entonces dime para que lo quiero.

-Para ayudar a Niko ¿Me equivoco?

Me impresionaba lo tanto que me conocía mi padre a pesar de que no pasaba mucho tiempo con él.

Agaché la cabeza en forma de derrota.

-No, no te equivicas.

-¿En que problema se metió ese imbécil esta vez?

-Me prometes que no te enfadarás.

-Yo no prometo.

-Hay un hoyo en el muro, Niko metió su cabeza en él y ya no la puede sacar.

-No me jodas.

-Yo no jodo.

Mi papá se levantó de la silla con furia. Corrió a la cocina y metió la mano debajo del refrigerador. Volvió con la palanca de color rojo oxidado que tanto había estado buscando.

-Te juro que sí es una broma soy capaz de dejarlos sin comida a los dos por todo un mes.

Lo dijo con su cara completamente roja. Era del mismo color oxidado que el de la palanca para el muro.

TransmutaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora