14 Hermanos en el Muro

133 2 0
                                    

Niko

Un dolor totalmente estremecedor se esparció desde mi pierna hacia el resto de mi cuerpo. Caí de boca al suelo repleto de pasto y flores, escuchando disparos mientras sentía a Rachel hacercarse a mí. Sentí como sus manos dieron vuelta a mi ser dejándolo boca arriba. Dolió. Ella tenía la cara llena de lágrimas y movía su boca, así como diciendo algo, pero yo no escuchaba, en ese momento era sordo.

Unas cuantas gotas saladas me cayeron en la cara. Dolieron. Sé que son lágrimas, pero con este dolor estremecedor invadiendo mi cuerpo hasta las cosas más mínimas dulen.

Rachel sostenía mi cara con ambas manos. Dolía. Poco a poco fuí recuperando el oído.

-¡Niko! ¡Niko! ¡Responde!

Sonó otro disparo a lo lejos.

-¡NIKO POR FAVOR RESPONDE!

-Estoy vivo... tranquila, solo... me duele la pierna.

Sonó otro disparo, pero éste rozó la cabeza de Rachel. Sus pelos saltaron y una gota de sangre le empezó a correr por la mejilla.

-¡AHHH! ¡Mi cabeza!- Dijo llevándose una mano a la parte superior de su cráneo.

-¡Agachate!

Le puse la mano en la espalda y la jalé contra mí. Dolió tanto como si me hubiera puesto un jarro de cinco toneladas, con espinas venenosas que disparan aceite hirviendo mientras un oso golpea con sus garras mis testículos. Todo eso sin exagerar.

Los disparos cesaron.

Permanecimos en silencio. Mucho tiempo.

Comenzaron a escucharse pasos próximos a nosotros, se oía a la hierba ser pisada.

Rachel y yo estábamos abrazados. Un viejo junto con un chico salieron de detrás de unos árboles a paso lento. El viejo llevaba un rifle como el que llevamos para cazar el otro día. Y el chico, que se notaba que era mayor que nosotros, llevaba una pistola. El viejo se me acercó con paso un poco más rápido que antes pero seguía siendo lento y me puso el rifle en la frente. El chico, que también se había acercado, se agachó y le puso la pistola en el vientre a Rachel.

-¿Quiénes son?- Dijo el viejo en tono agresivo.

-Unos niños ¿Crees que somos conejos?- Dijo Rachel con la mano todavía en la cabeza gracias al roze de la bala.

-Muy graciosa pequeña «putita» ¿Quieres que te vuele el puto útero?- Respondió el chico.

La situación estaba tensa.

-Disculpa pero... nos incómoda estar con cañones apuntandonos, aparte no queramos problemas- Intervení.

-Así que aquí tenemos a un caballero blanco.

-En serio no quiero problemas. Si quieres puedo darte alguna cosa- Dije intentando negociar.

-¿Qué nos puedes dar enano?- Dijo el chico.

-Veamos...- Abrí mi bolso y les pasé una bola de lana.

Cuando la saqué ni la miró, no tenía por qué ya que era algo bastante insignificante, pero se quedó viendo el bolso.

-¿De dónde sacaste el bolso ese?

-¿Eh? es mío.

-¡MENTIROSO!- Gritó el viejo.

-Ese bolso es de mi hermana...   ¿¡QUÉ LE HICISTE!? ¿¡DÓNDE ESTÁ!?- Gritó el chico.

Me quedé en silencio. ¿El era el hermano de Steph?

TransmutaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora