Habían pasado ya 2 semanas desde el accidente, mi hermano me estaba ayudando a guardar mis cosas.
-¿De verdad estas bien?- me miró de una manera en la que un perrito pide comida en un puesto.
-Me siento mucho mejor, además, ya descanse mucho, necesito hacer cosas, proyectos, tareas, y muchísimo más.
-Bien, pero cualquier cosa aquí estoy, puedes marcarme a cualquier hora, si te sientes mal iré por ti...
-Hey, basta, estaré bien.- río con levedad.- ya no te preocupes hombre, es más, Llévame tu, verás que todo estará bien.
El asiente y carga mi pequeña mochila donde estaba adentro la bolsa de mis medicamentos.
Le puso alimento al gato y al perro y salimos de la casa, subí a la moto y el atrás de mi, para no caerme. Después de pocos minutos estábamos en la escuela, baje y el también, en la entrada estaba Noah, sólo, mirándome fijamente, en un dos por tres el estaba frente a mi, algo agotado por correr con tanta velocidad, pero me miraba, no desviaba para nada los ojos, me sonrió y se acercó a mi más, ya faltaba poco para rodar sus labios...-Estos son sus medicamentos.- mi hermano puso la mochila frente de el y de mi.
Nos separamos y el la tomó, me sonrió.
-vendré por ti al sonar al dar las 3:00.-sonrió y agarró el casco.
-No será necesario, yo la llevaré.- Noah le dio una mirada retadora...
-Bueno, ya es tarde, debo preguntar la tarea- me entrometi para que dejarán de verse de esa manera tan incómoda.
Comenzamos a caminar a la entrada de la escuela, la mayoría me miraba y Emily no estaba como siempre, era realmente extraño no verla, pero también era tranquilizante, miré mi casillero, saqué la llave de mi bolsillo del pantalón y lo habrí.
Sentía la mirada de Noah, tomé las pocas fuerzas que tenía.
-¿Por que me miras?- al abrir el casillero calleron bastantes cartas, todas en un sobre de distinto color.
Las tomé y las guarde en la mochila.
-Te extrañe.- esa palabra había alegrado mi día, totalmente.
Le sonreí.-Debemos ir a clases...- no sabía que hacer o que responder, por primera vez, me sentía viva, todo iba realmente bien.
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Cuando llegó la hora de irnos Noah me ayudó con algunos libros que los profesores me pidieron para poder pasar.
Dejamos las cosas en los asientos y subí enfrente, él prendio el auto y comenzó a manejar.
-Noah, la calle es por acá...
-Quiero llevarte a un lugar...
Estuvo como una hora manejando, hasta que se detuvo en un bosque.
Abrió la puerta y la cerró, abrió la mía y me miró.-es aquí, baja.- tuve un poco de temor, estaba en una son a la cual no conocía.
Baje y agarró mi mano, comenzó a caminar y yo lo seguí.
El paro en una pequeña parte de esta, tenía un lago y una manta en el suelo para tomar asiento.
-¿Qué te parece?- me miró mi y yo sonreí.
-Me parece fantástico.- solté su mano para correr al lago, toque el agua y miré los peces que se encontraban ahí, era hermoso.