capitulo 4

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¡Quiero hilo y aguja ahora! – Sasuke rodó los ojos hacia la figura femenina que interrumpía su reunión con su hermano – Ahora no – - Dame algo de ropa entonces –

Ya te dije que no te daré otro atuendo hasta que cumplas con tu deber de esposa – Itachi alzó una ceja. Ella se sonrojó levemente - No pienso seguir atrapada en el camarote hasta que te decidas a darme algo de ropa – - Seguirás allí hasta que yo lo decida, ahora vuélvete, estoy ocupado – Las mejillas de su esposa se tiñeron de rojo intenso y dio vuelta saliendo del lugar mientras se sostenía el vestido. - Veo que es muy... Impetuosa – Susurró su hermano mayor - Sigue siendo una niña – Los ojos de Itachi se movieron hacia él – Ten cuidado Sasuke – - No necesitas advertirme – Volvió la vista al mapa Itachi suspiró y se concentró en la revisión que hacían en ese momento. - Necesito ir a Canarias, no tengo provisiones suficientes para cuatro meses – - Tengo suficiente en el barco –

- Prefiero ir preparado, sabes que detesto cuando se te ocurre saquear de repente – Sasuke sonrió levemente y apoyó la mano en la cadera – Te estás haciendo viejo – Itachi rodó los ojos – Tú eres un niño, quieres robar todo lo que se mueva sobre el agua – - ¿A Canarias entonces? – Sonrió el Uchiha menor

- A Canarias –

La reunión no tardó más de cuatro horas, necesitaban separarse por lo menos unos días, por si al padre de Sakura se le ocurría seguirles el rastro. Por ahora estaban a salvo, aunque debían ocultarse un par de semanas no tardarían mucho en volver a las andadas.

Itachi partió a Canarias, los hombres de Sasuke se decepcionaron por la noticia, para cualquier pirata la isla era el cielo, alcohol, mujeres complacientes, peleas, música en fin, todo lo que se pudiera desear. Al entrar al camarote notó algo, o más bien, la falta de algo. Su esposa. Sakura no se atrevería a pavonearse con medio cuerpo al desnudo frente a sus hombres, no sería tan insensata. Caminó de proa a popa sin éxito, bajó al camarote de los marineros y entonces a la bodega. Su esposa no estaba por ninguna parte. Subió nuevamente.

- Suigetsu – - ¿Si mi capitán? – - ¿Ha visto a mi esposa? –

El hombre contrajo los labios levemente y alzó la mano señalando. Sasuke cerró los ojos y encogió los hombros sintiendo un fuego interior, uno que ardía solo cuando su furia estaba contenida... Sabiendo a donde señalaba la mano el hombre se dirigió al timón con un humor de los infiernos lanzando improperios mientras ordenaba preparar todo para seguir el barco de su hermano.

Itachi casi se había ahogado con su trago de ron al notar la presencia de su cuñada en el barco, vestida con la ropa de su hermano, luego de casi matarlo, ella había pedido hilo y aguja, tomó el vestido desaliñado y se sentó en proa a coserlo como si nada estuviese pasando.

Sasuke estará molesto... –

Me importa muy poco... – Susurró mientras remendaba la prenda

Itachi rodó los ojos observando el mar, notó entonces la diminuta figura del barco de su hermano.

- Va a venir a buscarte – - Sería la primera vez que lo haga tan rápido – El Uchiha mayor se encogió de hombros. - ¿Lo estás provocando? – Ella subió la mirada con el ceño tan fruncido que sus cejas parecían una.

- Sasuke cree que tengo que hacer lo que él desee cuando lo quiera, pues puede irse al infierno ¡Estoy harta de estar encerrada en el camarote y quiero salir! Si él piensa que va a detenerme pues está muy equivocado, maldito pirata del demonio... – Farfulló volviendo a la tarea La mandíbula de Itachi se desencajó por las palabras de ella. Que lenguaje tan colorido tenía la esposa de su hermano. - Ese lenguaje no es propio de una dama – Ella subió la mirada nuevamente con fastidio, Itachi sonrió levemente y se encogió de hombros. - ¿Por qué te has separado del barco de Sasuke? – - Iré a Canarias, por provisiones... Y un poco de diversión para los marineros - Ella soltó un bufido – Y para ti –

la esposa del pirataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora