No podía creerlo. Sasuke estaba allí, su cabello había sido sujeto en una clineja corta y se le hizo muy similar a Itachi en ese momento, iba vestido de plebeyo, uno con el aura oscura, se había lavado el rostro y su mirada destellaba ira y ella sabía que se dirigía a ella. Trató de moverse, pero no pudo hacerlo, solo se quedó allí, paralizada, en shock de que pudiera llegar hasta su alcoba sin ser descubierto, la última vez que Sasuke había ido a Konoha había causado grandes desastres. ¿Estaría pasando eso mismo ahora en la ciudad? No podría soportarlo. La ciudad no se recuperaría.
Balbuceó algo entre dientes y él alzó una ceja aún cruzado de brazos. - Habla claramente – - La ciudad... Sasuke la ciudad... – Él frunció el ceño gruñendo.
En ese momento se dio cuenta de su error, Sasuke no sería capaz de atacar la ciudad nuevamente, no, él era más sutil, ahora que lo pensaba mejor, cuando la raptó él mencionó que había sido plan de había sido plan de Itachi, verlo allí después de tantos meses vestido como un plebeyo casi no se veía tan fiero como de capitán pirata.
Él dio unos pasos hasta ella y la acorraló entre la peinadora y su enorme cuerpo, Sakura admiró cada prenda y deslizó los dedos por la tela. - Me encanta ese atuendo – Afirmó ignorando la mirada centellante de su marido.
Estas intentando ablandarme – Ella sonrió alzando la mirada hincándose sobre sus pies – Avísame si está funcionando... - Murmuró uniendo sus labios
Lo sintió temblar levemente para un segundo después corresponderle lentamente llevando el ritmo que ella había marcado, con una libertad impropia de ella le soltó el cabello deslizando los dedos por su cabello azabache, Sasuke la sujetó de las nalgas y la alzó sentándola en la peinadora presionándola contra su cuerpo. La rigidez bajo su pantalón se le hizo familiar y su cuerpo respondió al estímulo con deseo.
Los dedos de su marido soltaron el vestido, bajó la cabeza y un segundo después su lengua se deslizó sobre los pequeños pechos blanquecinos de su mujer, Sakura gimió con timidez y él subió la mirada mientras con lentitud mordía uno de ellos, Sakura lo tomó del rostro con manos temblorosas y al contrario de lo que él pudiera pensar lo acercó más a ella, Sasuke la mordisqueó suavemente deslizando su mano por debajo del vestido gruñendo.
Odio esta ropa tan pomposa... ¿Realmente tienes que usar tantas cosas debajo del vestido? – Volvió a gruñir. Sakura se carcajeó bajito atrayendo su atención. Se veía hermosa con ese rio de rizos rosa y mejillas sonrojadas, su piel estaba un poco sudorosa aunque estaba helada y le sonreía, como si de verdad estuviese encantada de que hubiese vuelto. - ¿Por qué no volviste? – - Mi padre aún no se siente bien del todo... Quería acompañarlo hasta que estuviera bien – Sasuke rodó los ojos y ella volvió a sujetarle el rostro mirándolo a los ojos – Iba a volver lo juro – Oyó algo rasgarse y lo sintió entre sus muslos, con asombro miró abajo y notó las enaguas y las medias rotas, él volvió a besarla esta vez marcando su propio ritmo, más apasionado y candente, le tomó la mano y le hizo tocarlo, Sakura lo hizo sin pudor, contorneando su forma y su tamaño, un momento después abrió el pantalón y dejó en libertad el miembro de su marido, volvió a tomarlo en su mano y la movió lentamente, su lengua acarició la de ella y la hizo gemir contrayendo su cuerpo, el miembro de Sasuke estaba rígido y listo para ella, le separó las piernas y la atrajo hacia sí mismo penetrándola de una sola estocada.
Sakura gritó de placer sintiéndolo dentro suyo, las manos de él viajaron por su espalda presionándola con suavidad mientras movía las caderas, un ronco gemido escapó de su garganta y se curvó entrando completamente dentro de ella nuevamente, la sensación turbó a Sakura y se abrazó al cuello de Sasuke mordiendo levemente su hombro, él continuó moviéndose cada vez más rápido haciéndola gemir de placer, con fuerza la levantó de la peinadora y la echó sobre el colchón rasgando completamente la enagua deslizó su oscura mirada por la figura de su bruja marina y le hundió la cabeza en el mar de almohadones, la cama de Sakura era suave y deliciosa pero él sabía que había algo más delicioso.
Le contorneó los labios con su lengua y atrapó sus pechos en sus palmas apretándolos con suavidad mientras la observaba gemir y contraer su espalda anhelándolo sentirlo dentro suyo nuevamente. - Sasuke... Sasuke... – Él se sonrió levemente presionando los pulgares en la cima de sus pechos - ¿Qué? – - Quiero sentirte nuevamente en mí... – La voz de Sakura sonó como un maullido y esto solo sirvió para excitarlo más. Con rapidez volvió a penetrarla hundiéndose en la aterciopelada sensación de su interior húmedo y caliente.
Los ojos de Sakura se achicaron y su boca se abrió considerablemente emitiendo gemidos descontrolados mientras se sujetaba a sus brazos con fuerza. - Eres tan... Deliciosa – Afirmó con dificultad el pelinegro apretando los dientes con fuerza mientras la penetraba una y otra vez. Ella enroscó las piernas en sus caderas sintiéndolo más dentro de ella. Sasuke se encorvó completamente y la penetró una última vez con fuerza y sintió como ella lo recibió llegando al clímax con fiereza sacudiéndolos y dejándolos exhaustos. Sakura lo sujetó apretándolo contra su pecho mientras recuperaba el aliento para un momento después repartirle cortos besos por todo el rostro terminando en sus labios con un lento beso que la estremeció. - Creo que sabes que vine por ti... Tienes que venir conmigo
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la esposa del pirata
Novela JuvenilUna boda de hacía dieciséis años la había marcado, no más que el beso que había recibido de su esposo pirata, Sakura creció odiando a este, aunque soñaba con la aventura y el salvaje mundo del mar, jamás se imaginó que volvería a encontrarse con él...