capitulo 3

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El movimiento del cuerpo de Sasuke la despertó lentamente, sintió como sus dedos juguetearon con su cabello disperso por toda la extensión de la cama. La suave respiración cargada de un olor que no supo identificar en ese momento, el roce de sus labios contra la piel de su cuello, gimoteó levemente quejándose por la interrupción de su sueño.

Él deslizó su mano por la pierna esbelta de ella y la acomodó sobre su cadera, Sakura abrió los ojos lentamente y observó las orbes oscuras frente a ella

Algunas velas se habían apagado y aun se escuchaba afuera el sonido de la tormenta ¿Cuánto tiempo pudo haber pasado? Él ladeó un poco la cabeza y bajó la mirada hasta su boca. - Sa... – El demandante beso de él la hizo callar

Sasuke olía extraño y sabía extraño, algo caliente y duro le golpeó la parte interna del muslo y su interior se contrajo, las manos de él amasaron su piel, desde sus muslos hasta la nuca, la tumbó bajo de sí y su cabeza se perdió bajo las cobijas, lo siguiente que sintió fue como con la lengua acariciaba la tensa piel de sus pechos, su aliento estaba caliente y un sonido ronco escapó de su interior. ¿Ese sonido lo había hecho ella? Giró los ojos a un lado y observó una botella de ron. Extendió la mano y la olisqueó. A eso era lo que olía. El movimiento de la lengua de él la hizo gemir y soltar la botella que un segundo después se empezó a derramarse en las cobijas. Sakura la tomó nuevamente y lo sintió bajar un poco más hacia su abdomen.

Has estado bebiendo... – Gimoteó Él se detuvo por un momento y asintió bajo las sabanas.

¿Por qué? – - Tenía frío – - No creo que el alcohol pueda dar calor –

Sasuke se movió nuevamente sacando la cabeza de bajo las sábanas y la observó con la botella en la mano. - Bebe – Ordenó Ella negó con la cabeza. - Tienes los pies congelados Sakura – - No necesito... –

Él tomó la botella y le dio un sorbo alzándole la barbilla para un momento después vaciarla dentro de la boca de ella. Sakura se sonrojó y sintió sus pechos más pesados, el caliente líquido le recorrió la garganta quemándosela y sintió las manos de él sobre ellos masajeándolos lentamente.

- B... Basta – Volvió la vista a un lado

Te sentirás mejor en un momento – Afirmó él de forma ronca contra la piel de su cuello.

- Sasu...ke... – Le sujetó los hombros - Abre la boca

Ella lo hizo y sintió nuevamente el líquido caliente quemarle la garganta, ahora su cuerpo empezó a sentirse cálido y relajado, aunque el movimiento del barco se le hizo más notorio al igual que las caricias de Sasuke más placenteras

Él había vuelto a perderse bajo las sábanas y besaba la parte interna de sus muslos sosteniéndoselos con sus manos, el interior de ella palpitaba, cálido, torpe y con una sensación que jamás había sentido, el calor en medio de sus piernas se derramó notoriamente haciéndola consciente de que eso había salido de su cuerpo, él presionó la lengua justo en medio de esta humedad y ella se contorneó.

- No... No quiero... – Se puso de rodillas apoyando las manos en el cabecero de la cama tratando de levantarse.

Sasuke se puso de rodillas detrás de ella recorriéndole las formas con las manos, apretó la carne de sus pechos y ella gimió haciéndose hacia atrás inconscientemente, la presión del miembro erecto de Sasuke la hizo volverse adelante y él se movió volviendo a presionarla, rozándose lentamente en ella, humedeciéndose con lentitud.

- No. Sasuke. No – Repitió moviéndose a un lado.

Él la sujetó de la cadera y la presionó hacia atrás penetrándola en una estocada mientras contenía un gemido, el grito de ella invadió el camarote. Su interior se contrajo una y otra vez por la intrusión no deseada, él gruñó contra la piel de su espalda y deslizó una mano entre sus muslos, acariciándole el contorno húmedo de su entrepierna con los dedos, dibujando círculos invisibles en la húmeda y cálida carne palpitante de ella.

Sakura jadeó negando con la cabeza mientras bajaba los brazos intentando torpemente separarse de él. El movimiento pareció excitarlo más, él gimió y ella volvió a apoyar una mano en el cabecero, lo sintió moverse lentamente hacia afuera, el movimiento la hizo pensar que lo iba a dejar pero un momento después volvió a penetrarla.

El cuerpo de ella se estremeció y la piel se le puso china.

- Me... Me duele – Gimoteó entre lágrimas Sasuke se detuvo apoyando la cabeza en el hombro de ella – Si no me muevo no dejará de dolerte – - No quiero... No... – Negó con la cabeza gimoteando más fuerte.

Sasuke apretó los labios y salió lentamente de su interior, el siguiente movimiento fue más placentero, la carne caliente de su miembro rozó el contorno de su entrepierna lentamente, él volvió a gemir y esta vez ella lo acompañó.

Sakura empezó a moverse lentamente al ritmo de él, rozándose sexo contra sexo, suave, contra duro, él la sujetó de las caderas presionándola completamente contra sí mientras jugaba con su sensible clítoris, ella hundió las uñas contra la madera del cabecero y se contrajo una y otra vez alcanzando su primer clímax.

Él se movió un poco más, se presionó fuerte contra ella y Sakura gimió, Sasuke se enderezó mezclando sus fluidos con los de ella para un momento después empaparla con su orgasmo y un ronco gemido contra la piel de su hombro.

El sonido de otro trueno la hizo dar un respingo. - ¿Tienes frío aún? – Preguntó con dificultad Él negó – Estoy bien –

Sakura se volvió lentamente y él se dejó caer a un costado de la cama, su interior estaba extrañamente relajado y aunque aún tenía frío en los pies el resto de su cuerpo estaba cálido, lo observó tomar otro sorbo de ron y ver hacia el techo. Sabía que aún no habían consumado el matrimonio. Aunque se había sentido bien, eso no había sido lo que debió ser. - ¿Me obligarás a caminar desnuda por cubierta? – Él sonrió levemente – Lo estoy pensando

Sakura bajó la mirada y sintió el brazo de él presionarla contra su pecho, era una locura pero se sintió protegida, y con una falta de pudor impropia de ella se acomodó sobre el cuerpo caliente y oloroso a ron de él, sus formas se acoplaron a las de él y la cascada de rizos rosa lo entretuvo durante mucho rato hasta que ella se adormeció nuevamente. - Te esperé... Durante cuatro años... – Susurró ella Sasuke abrió los ojos nuevamente sin moverse y la escuchó gimotear. - Nunca viniste por mí... Nunca... – - Ahora fui por ti – - ¿Por qué esperaste tanto? – Se levantó frunciendo el ceño - ¿Por qué hasta que me estaba casando? – - Porque según Itachi era más... Impactante... Que te raptara el día de tu boda – Se burló – ya sabes, por esa parte en la de "Que hable ahora, o calle para siempre" –

Ella se puso más ceñuda. Sasuke recordó las regordetas mejillas que sujetó la primera vez que la había besado - ¿Por qué me esperabas? Pensé que me odiabas – Sakura rodó los ojos – Te odio – Él sonrió – No es cierto – - Si, te odio – Volvió a afirmar – Ahora más que nunca – Se movió para separarse de él y sintió como volvía a tumbarla en su pecho.

Haré que cambies de opinión nuevamente – - Dijiste que... Era tu esposa... Pero nunca fuiste a buscarme... – Murmuró con desdén – Eres un maldito pirata mentiroso... – Sasuke le alzó la barbilla - ¿Me hubieses seguido a todas partes como mi mujer? – - Por supuesto – Afirmó ella Él frunció el ceño - Eras una niña – - Tú también – Él bufó rodando los ojos - ¿Me seguirás ahora? – - No voy a seguirte a ninguna parte – - Tendré que arrastrarte conmigo entonces – Sakura volvió a rodar los ojos – Te odio – - ¿Por qué soy pirata?

- Porque eres un mentiroso sin honor – - Los piratas no conocemos eso – - ¡Pues vete mucho al demonio! – - Tendrás que seguirme – - Ni siquiera me has dado un asqueroso anillo robado – Bufó – No tengo la intención de seguirte ahora – Él se carcajeó bajito y la presionó contra su pecho suspirando

Jamás pensó que la afirmación que había dicho hace dieciséis años, más para él que para ella, la hubiesen afectado tanto.

<< Eres mi esposa ahora >>

Aun recordaba la forma en que ella había asentido, tal vez si estaba segura de lo que había hecho, o de cierta forma se había hecho una ilusión con ello.

Lo cierto era, que fue mejor la separación, jamás hubiese podido llevarla consigo a todas partes, sobre todo porque su padre obsesionado con ello la hubiese hecho odiarlo de todas formas, aunque al fin y al cabo eso era lo que acabaría sucediendo.

Su padre... Kizashi Haruno lo pagaría. Por Dios que iba a pagarlo.

la esposa del pirataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora