- Zoro! -grito el joven entrando a la Oficina de Akainu.
- Muguiwara Luffy ¿usted que hace aquí? - pregunta Akainu.
- Rector no puede suspender a Zoro en dos semanas!
- Acaso tienes una excusa valida donde yo no pueda hacer eso?
- Bueno... Yo... - Luffy no sabía que decir, no encontraba una buena razón para que su novio no se fuera, su mente no daba mucho para por lo menos inventarse alguna que otra mentira.
- ¿No, verdad? Entonces fuera de mi Oficina, me estas haciendo perder el tiempo.
- ¿Donde esta Zoro? - pregunta angustiado.
- Lo mande a la Psicología, ahora fuera de aquí.
El Azabache salió de aquel lugar llendo a la Sala de Psicología, viendo que la puerta estaba cerrada solo espero a que su novio saliera de ahí, apoyó su espalda contra la pared y se sentó, esperando totalmente impaciente, sentía que era su culpa, sabía que si hubiera estado en el aula nada hubiera pasado.
- ¿Luffy que haces? - pregunta Nami que se acercó.
- Estoy esperando a Zoro - señalo la puerta cerrada.
- ¿Porque esta con la psicóloga?
- No lo se, el rector lo mando a que fuera - entristecido bajo su mirada abrazando su sombrero de paja.
- No te sientas mal Luffy - Nami ruborizada abrazo a al pequeño con toda su fuerza.
En ese momento... Salió Zoro de aquella Sala. Luffy alzó su cabeza viendo como su amado lo miraba con desprecio, totalmente enojado. El Mayor se quitó la pañoleta que tenía en su brazo y se la aventó a Luffy en la cara, con paso firme se fue del lugar.
- Zo... ro... - susurra el muchacho, la chica lo soltó, se percató de que el rostro del azabache caían pequeñas lágrimas.
- Oye.. Estas bien? - Pregunta la joven.
- Esta.. Pañoleta.. Era la favorita de Zoro.. Nunca se la quitaba...
- Y eso que tiene que ver?
- Yo se la había... Regalado...
(X﹏X)↷
- Ne Zoro... ¿Porque te la quitaste? Me prometiste de que nunca te la hibas a quitar. - se sentó en la cama habitación al lado del peliverde que estaba acostado ocultándose entre la sabanas. - Oe... Zoro... - El menor soltó unos pequeños sollozos que Roronoa podía escuchar a la perfección.
- Luffy ¿me podrías dejar en paz? - gruñe el mayor.
- ¿No quieres estar conmigo? - limpia sus lágrimas, intentando no mostrar una cara de tristeza para demostrarle a Roronoa que no le estaba afectando la frase apenas hecha, aunque fue en vano, el peliverde ya se había percatado.
- Ya me di cuenta de lo que quieres, vete con Nami, no quiero ser un idiota estorbando tu camino. - murmura, ocultando su cabeza entre las almohadas.
- No es.... — - fue interrumpido por el suspiro de Zoro que se había levantado y agarro su cobija y almohada.
- Dormiré en el sofá... La cama es toda tuya - salió de la habitación hacia la Sala, lo le dirigió ni la más insignificante de la miradas.
- Zoro...
