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Meses despues.

- Se a acabado la Universidad, pasaremos al siguiente semestre ¿Como te a hido esta última semana? - pregunta Vivi, sentándose en la banca del parque al lado de Zoro.

- Como la mierda, sinceramente. - responde el mayor.

- ¿Sigues queriendo a Luffy, sabiendo que aún sigue con Nami?

- .... - se quedó callado, mirando como la nieve caia en sus botas color Enebro y las cubría con su frío manto blanco. Juntó sus manos llevándolas a su boca para calentarlas. - No...

- Es... Encerio? - se preocupó mucho, no podía crecer la palabra que acabo de salir de la boca del ojos verdes. Él siempre le había presumido lo fantástico que era Luffy, lo amaba con todo su corazón, no había día donde no hablará del chico, estas últimas semanas hubo un cambio repentino.

- Bueno.. No lo se... Solo que no siento el mismo amor que antes...

- ¿Aun viven juntos? Y si es así....¿No les da un poco de incomodidad? O.. — - fue interrumpida.

- ¿Que es esto? ¿Un maldito interrogatorio? - pregunto fastidiado, quería que la peliazul le dejara de hacer tantas preguntas - No creo que a ti te importe mucho de lo que yo haga o de lo que Luffy haga, te pido que mejor te metas en tu asuntos - se levantó y dejó a la chica sola en el parque.

- Mr. Bushido...

︵‿︵(´ ͡༎ຶ ͜ʖ ͡༎ຶ ')︵‿︵

Recorriendo la cera cubierta de nieve, pateando alguna que otra pequeña piedra.

Su mente no dejaba de resonar el nombre "Luffy", se estaba haciendo daño asi mismo, le dolía tanto, que ya no lo podia soportar, a veces quería que se fuera, pero a veces quería que se quedará, no tenía al pelinegro a su lado, caminando juntos, como los años pasados, Nami solo le había causado problemas a su relación, no la quería ver, no podía soportar ni un pelo de su cabellera naranja, tenía miedo, decían que ella era la más popular y la más guapa de todas, los hombres enloquecian, tenia pánico de que su pequeño novio terminara enamoradose de tal belleza.

Con su cabeza baja, totalmente extrañado, solo tubo la opción de regresar a casa.

- ¿Porque tenía que ser así? - preguntó Zoro a si mismo.

Abrió la puerta de su apartamento, se quitó sus botas y las dejó en la entrada, se encaminó hacia la cocina, cogiendo las sobras del almuerzo y las recalentó en el microondas, mientras esperaba que dicho aparato activará la alarma, fue a su alcoba, saco una camisetilla y una pantaloneta del armario, se sentó en la cama para cambiarse, cuando se retiro su chaqueta, del bolsillo salió dos boletos. Roronoa se dio cuenta, los recogió, leyó de que eran... Sus ojos volvieron a grises.

- Maldita sea... - susurro el muchacho, los apretó con fuerza y los arrojó a la basura.

Aquellos dos boletos eran para un Show de Piratas, Zoro hiba a invitar a Luffy ya que este tenía una gran fanatismo con esos fuertes guerreros del mar, pero por lo sucedido, el peliverde se dejó llevar por su orgullo, ahora se arrepiente de no haberlo hecho.

Escucho que el microondas había soltado la alarma, diciendo que la comida ya estaba lista, el joven fue, agarro el plato y se sentó en la mesa, observando como la silla que estaba frente a él, estaba completamente vacía.

Se sentía tan solo, extrañaba las idioteces que decía su novio siempre cuando cenaban, su sonrisa tan grande, sus ojos, a pesar de que eran oscuros, brillaban. Estaba en la mierda, siempre se peguntaba que estaría haciendo su novio, queria revisar sus redes sociales, para solo no más, ver las fotos de Luffy, pero la pelirosa no lo dejaba, decía que era mejor, no sentiría más dolor...

- Ya llegue!

- Bienvenida...

- Otra vez con las sombras del almuerzo?! Te dije que me esperaras que yo te cocinaria - dijo la muchacha.

-.... - miro su plato, se percató de lo que estaba comiendo, las sombras no eran de hoy, si no de ayer - Que asco...

- Que idiota eres! - lo señalo - recuerda que hoy fuimos a comer a un restaurante. - Suspiro- bueno, ¿que quieres comer?.

- Onigiris - lo dijo sin ninguna expresión en su rostro.

- Esta bien, los voy a preparar - se dirigió a la cocina, agarrando una taza y el arroz japonés blanco - ¿Donde carajos consigues este arroz? - pregunta la chica.

- Watashi wa sore o onrain de motometa - murmura el joven, apoyando su mentón sobre la mesa.

- Habla bien, sabes que cuando murmuras y hablas japonés no te entiendo. - lo regaño, eran como madre e hijo.

- Lo pedí en línea...

Después de un tiempo la chica término de hacer la comida preferida de su compañero, lo dejó en la mesa, se sentó al frente de él, pero Zoro no mostraba felicidad, tenía la misma mirada de siempre.

- Oye.. ¿Lo sigues queriendo? - pregunto la joven.

- No lo se...

- Roronoa... - se levanta y le da un abrazo al muchacho.

Zoro solo quería los abrazos de Luffy...  De nadie más...  Solo de su pequeño azabache....

Ella o ¿Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora