Las Consecuencias De La Corrupción (Steven Universe)

DESENCANTO

El clima estaba callado, hasta los artífices de aquellos gritos habían cedido su bullicio, el joven quedó petrificado, la gema y su amiga lo veían expectantes a cualquier reacción que tuviera el rizado; pero nada pasaba, solo una situación estática

Tras el largo silencio lograron escuchar nuevamente la "conversación" que existía en esa habitación

«¿Por qué?»

«Está claro que Rose estaba acorralada»

«No la justifiquen, el punto es que lo utilizó. Utilizó a Steven»

«El peso que debe cargar ese chico es demasiado»

«Lo sabemos doctora, de hecho creo que lo supimos desde el principio, por eso lo cuidamos y criamos de esa forma. Lo necesitaba»

Al fin el rizado cayó, ya no podía escuchar. No había motivo para seguir en ese lugar, solo se hacia daño, así que se fue con lágrimas, lágrimas bien gruesas y pesadas al igual que su existencia

La morena lo siguió sin dudarlo, en cambio la pelo azul lo pensaba, aún tenía rencor por el chico; pero no negaría que dentro de ella le dolía el verlo así. Sin embargo solo se quedó

— ¡Steven detente! — gritaba agitada la morena quien desde lejos veía huir al híbrido

El joven solo se detuvo al llegar al océano, veía inútil el seguir corriendo

La morena se apresuró en alcanzarlo, ni bien llegó donde el fue a abrazarlo, el rizado aceptó el tierno gesto; pero no le producía ningún aliento el sentirlo

— Lo escuché, lo escuché todo, entiendo lo que te sucede, está claro que es difícil de asimilar; pero creeme que no es tan importante

— ¿Cómo que no es importante? — cuestionó con molestia

— Es normal, casi ningún hijo es planeado. Somos accidentes

— Pues tal parece que yo soy una herramienta. Me utilizaron

— Y que importa, no es acaso más importante el que dejes de serlo. Deja de resolver sus problemas

— No es tan sencillo

— Lo sé, solo te pido que lo analices bien. No quiero verte decaído

«¡Connie!»

— Es mi madre, mira Steven, quiero que estés tranquilo, no te llenes de dolor, quiero que luches, está bien

— Sí — contestó decaído

«¡Connie!»

La chica quería quedarse; pero estaba claro que su madre estaba de mal humor. Debería irse rápidamente

En tanto dentro de la casa las cosas estaban turbias, todos estaban amargados y llenos de desilución, incluso la rubia estaba así, había perdido, no tuvo la razón. Ahora solo quedaba esperar, había esperanza, lo malo era que apesar de haber esperanza esta venía llena de dolor. Era una alegría agridulce. Veía decaídas a sus compañeras; pero no había nada que hacer, estar con ellas solo la pondría peor

Salió de la habitación, afuera la esperaba la pequeña Sipal quien tenía una mirada igual de deprimida

— ¿Qué sucede? Te veo triste — preguntó más tranquila la rubia mientras se sentaba en el sillón