Capítulo 15: "La dichosa preguntita"

5 4 0
                                    

Nada más asearme y desayunar, pregunto a Sky por mi hermano. Ella responde que está en el salón, ultimando detalles sobre un informe que tiene que presentar en un rato. Al llegar a la puerta, lo veo de espaldas, su pelo rubio ceniza siendo acariciado por su mano derecha mientras que con la izquierda toma notas de lo que hay en el ordenador, que parece ser un Power Point. Todo esto con la camisa puesta y la corbata azul zafiro alrededor del cuello.

—¿Podemos hablar?— pregunto, sobresaltándolo. Liam asiente con la cabeza y me señala la silla que tiene a su lado para que pose mi trasero en ella.

—Tú dirás. —dice, esperando que empiece a hablar.

—Lo primero es disculparme por mi comportamiento de anoche. Por mucho que tuviéramos que hablar de eso en aquel momento, no creo que tuviera ni la mejor de las reacciones ni la mejor de las contestaciones. Yo sólo quería que entendieras que soy más madura de lo que alguien de dieciséis años suele ser, y tú lo sabes. Por eso, no creo que haya inconveniente de que empiece a salir con Noah, un chico que conoces, dedicado a sus estudios, que ha pasado por mucho y muy maduro. Encima, nos entendemos a la perfección y, por primera vez, me puedo visualizar junto a alguien, como pareja.

—Yo también me pasé, y estoy de acuerdo con todo lo que acabas de decir. Sé lo que eres y cómo eres y me alegra que hayas topado con Noah, que aunque me cueste reconocerlo es un buen chico, que se nota que se preocupa por ti. De todas formas, perdón y gracias por venir a aclararlo.

—¿Me das un abrazo? —cuestiono, como una niña pequeña. Él suelta una ligera carcajada y se gira, haciendo que me esconda en sus brazos, apoyando mi cara en su pecho —. Aunque no te lo diga, te quiero mucho, Liam.

—Y yo a ti, enana. Por cierto, ¿estás ya lista? —le contesto que únicamente me falta coger el abrigo y avisar a Wendy, por lo que dice que él también se va a terminar de preparar para salir en menos de diez minutos.

Y así es, en aproximadamente la mitad de tiempo estamos los tres subidos en el coche camino al instituto.

—¿Entonces me vas a poder llevar al entrenamiento o me voy andando con Kristen? —pregunta mi hermana, colando su cabeza por el hueco que hay entre el asiento de Liam y el mío, porque soy yo la que va en el lugar del copiloto.

—¿Es a las cinco como siempre? —tras un sonido nasalizado que suena como afirmación, prosigue—. Te puedo llevar, y dile a Kristen que podemos recogerla.

Asiente de nuevo, y Liam se aparta de la vía para aparcar delante de la puerta del centro. Después de desearnos un buen día y recibir un beso de nuestra parte, nos bajamos y caminamos hacia nuestro encierro durante las seis siguientes horas.

En el hall están la mayoría de las amigas de mi hermana que no compartimos, por lo que únicamente recibo un débil saludo antes de irme a mi clase. Por supuesto que en el pasillo están los de segundo, fijándose en todo aquel que pasa; así que meto el turbo y camino lo más rápido que puedo hasta que una mano me detiene agarrando la mía en la puerta de mi refugio, mi clase. Estoy a punto de preguntar que qué le pasa en la cabeza para agarrarme así, como si me conociera, cuando veo quien es y mi cara de mala leche se transforma en una en la que mi sonrisa es más que notable.

—Buenos días. —saluda, dándome un beso en la mejilla—. ¿Cómo va?

—He seguido tu consejo y he hablado con Liam esta mañana, cuando ya todo estaba más tranquilo. Lo hemos arreglado y aclarado cosas que malinterpretamos anoche.

—Me alegro un montón, ya lo sabes.— le indico que me espere un segundo, que dejo las cosas en mi sitio y nos vamos a un sitio en el que podamos estar tranquilamente, sin cuarenta pares de ojos puestos en nosotros.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 19, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Vida de Cheryl (#2 Serie Harrison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora