Prefacio

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Rodeada, me siento rodeada. Estoy sentada en una mesa redonda, que ya podía ser la del Rey Arturo, porque también estamos doce. Creo que de los once restantes, solamente conozco a mi hermana y a una amiga nuestra, Samantha, sentada a mi lado. Wendy está situada enfrente de mí, hablando con las niñas pijas que tiene a los lados sobre algo de lo que no entiendo. A cada lado de cada niña, hay otras dos escuchando lo que dicen. Entre una de las pavas que escucha a mi hermana y yo, están los dos únicos ocupantes. Uno de ellos debe de rondar los quince años, y mira al grupo de niñas con fastidio, casi atreviéndome a decir que sus voces chillonas lo irritan. Pero por lo menos con el móvil se entretiene. El otro chico, hijo de uno de los socios de mi padre, creo que tiene dos años más que yo y está igual que yo, aburrido como una ostra mientras come la sopa del menú infantil de ésta noche. Samantha no es muy habladora, como yo, pero esto supera mis límites. Si lo llego a saber, me traigo un libro, aunque sea la fiesta de los veinte años de mi cuñada.

Por fin mi hermano se decide a darnos algo de espectáculo, subiendo al escenario y arrastrando a Scarlett. Cuando llega al micrófono, carraspea para llamar la atención de todo el mundo, aunque la mayoría ya lo estábamos mirando.

-Buenas noches, señores y señoras.-empieza su discurso.- Queríamos agradecerles a todos ustedes que estén aquí, en la fiesta de cumpleaños de mi novia. Como muchos saben, hace cuatro años le pedí compromiso; pero al poco rompimos. Más tarde, decidimos volver a intentarlo... y aquí estamos.-todos empezamos a aplaudir, mientras que Scarlett lo mira sin saber qué está haciendo.

Scarlett le susurra algo y él le responde, para luego volver a dirigirse a nosotros.

-Los he reunido aquí a todos para que sean testigos de la promesa más importante de mi vida.

Se escapa un suspiro general, antes de que se ponga de rodillas ante ella y saque de su bolsillo un pequeño cofre con el anillo que elegí. Sí, yo-como nuestra familia, la de Scarlett y sus amigos-sabía de los planes de mi hermano y me pidió a mí que lo ayudara a elegir la alianza. Que ella en este aspecto sea un poco despistada, no se lo quita nadie. Prácticamente todos vamos vestidos como aquella noche, incluso ella.

-Scarlett Rose, ¿me harías el favor de casarte conmigo?- le pregunta, esperando un "sí" como respuesta.

Pero lo que recibe no es nada más ni nada menos que una carrera fuera del enorme salón. Enseguida la gente se escandaliza y empiezan a hablar a gritos.

Las migrañas vienen a mi cabeza como si una orquesta de monos estuviera tocando los platillos en su interior. Soltando un suspiro, me la cojo y apoyo mis codos en la mesa.

-Cheryl...yo me voy...mi madre me llama. ..Adiós.-me dice Samantha.

-Adiós.

Pasan unos minutos y el salón se despeja, dejando todo en silencio. Me siento agobiada, necesito aire.

Alguien toca mi hombro repetidas veces para llamar la atención. Levanto la vista y es el hijo del socio de mi padre.

-Eh...No parece que te encuentres bien, ¿quieres salir?

Sin pensar siquiera acepto.

-Por favor.

Bajo la atenta mirada de mi hermana, cruzo el salón con él a mi lado y abro la puerta que deja salir al parque que hay alrededor.

Paseamos en silencio, sin pronunciar palabra, cada uno en sus pensamientos; pero nos hacemos compañía y por lo menos noto que no estoy sola. Me siento segura aunque no sé ni su nombre.

-¿Qué crees que dirá tu cuñada?-dice de repente.

-¿Mi cuñada?

-Sí, a la proposición de tu hermano.

La Vida de Cheryl (#2 Serie Harrison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora