Capítulo 4.

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Mientras que a Se Hun le iba muy bien en los estudios, las calificaciones de Lu Han eran cada vez más bajas. Por supuesto, todos estaban preocupados por ello en la casa de la familia Oh, mas no sabían cómo ayudar. Lu Han era muy inteligente, no necesitaba la ayuda de un tutor ni nada parecido, simplemente se distraía en clases y no siempre tenía la energía o ganas necesarias para hacer las tareas, cosa que también afectaba. Al menos no había tenido que cursar nuevamente ni una sola de las materias que llevaba.

Se Hun, a pesar de ser buen estudiante, seguía metiéndose en problemas cada vez que intentaba defender a Lu Han de los bravucones que lo molestaban. No obstante, cada día los acercaba más al final de sus estudios de preparatoria, por lo que el castaño más alto seguía pensando que todo era cuestión de resistir un poco más.

Estaba acostado en su cama, mirando hacia el techo, perdiéndose en sus pensamientos. Acababa de cenar, por lo que no quería irse a dormir aún. Regresó a la realidad tras escuchar a alguien golpeando su puerta suavemente.

—See... See un... —Lu Han intentó llamar al contrario, pero no podía pronunciar su nombre correctamente, no era capaz de reproducir un sonido el cual sólo podía imaginar cómo se escuchaba.

Se Hun sonrió. Le gustaba cuando el más bajo hacía el esfuerzo por hablar con él y su familia, incluso le parecía lindo, aunque no lo admitiera en voz alta ni por error. Sin decir nada, se levantó y caminó hacia la puerta, abriendo al instante.

—Hola —dijo sin darse cuenta de que seguía sonriendo—. ¿Qué pasa?

Lu Han le enseñó lo que llevaba entre sus manos: un álbum de fotografías algo viejo y grueso. Caminaron hasta la cama y se sentaron ahí para después empezar a ver los recuerdos que se encontraban en esas páginas.

Fue después de un rato que Se Hun notó algo... El tiempo avanzaba y Lu Han se veía cada vez más triste, parecía ser que cada vez le era más difícil sonreír con sinceridad. Frunció el ceño y volteó a ver al más bajo, pero éste seguía atento a las fotografías.

De repente Se Hun sintió que debía hacer algo para que Lu Han volviera a ser auténticamente feliz y sonreír como antes, como en las primeras fotografías de ese álbum. Quería recuperar esa expresión en el rostro ajeno.

Tras la primera mitad del último año de preparatoria, Se Hun tomó la decisión de mudarse a un apartamento rentado junto con Lu Han. La verdad era que el plan pertenecía a ambos, pues habían ahorrado desde los doce años para alcanzar ese objetivo.

—No puedo creer que estén mudándose, hijo —la señora Oh sonrió con ternura—. Aún falta medio año para que terminen la preparatoria y ustedes ya se van a un lugar que les quede cerca de la universidad. Es tan... increíble —agregó, ahora volteando a ver a Lu Han, sonriendo también.

—No tanto, mamá —contestó Se Hun, terminando de cerrar una caja llena de sus pertenencias.

—Claro que sí —insistió—. ¿Saben? Estoy algo preocupada, pero también muy orgullosa —admitió, acercándose a abrazar a su hijo—. Sé que vivir solos será un gran cambio, se harán más independientes y responsables, cosa que es muy buena. Sin embargo, deben saber que tu padre y yo siempre estaremos dispuestos a echarles una mano con lo que necesiten. No olviden eso, por favor. ¿De acuerdo?

—Gracias, mamá. No lo olvidaremos.

Se Hun volteó a ver a Lu Han y le dedicó una sonrisa un tanto débil, pero honesta. Todo estaría bien a partir de ese momento, las cosas iban a mejorar... El mismo Se Hun se haría cargo de que así fuera.

Continuará.

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Lamento que sea un capítulo tan cortito, pero espero que les guste.

Sin palabras [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora