Capítulo 11.

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Correr en las escaleras era peligroso, pero a Kyung Soo no parecía importarle ni en lo más mínimo en esos momentos. Después de haberle preguntado a unas quince personas si habían visto a Chan Yeol, finalmente sabía que lo podría encontrar en la azotea, por lo que se dirigía hacia allá tan rápido como sus piernas se lo permitían.

El día anterior, Chan Yeol había invitado a Lu Han a salir, y por supuesto, Kyung Soo tenía algo que decir al respecto.

—¡Ahí estás! —Exclamó al abrir la puerta y ver a su mejor amigo.

—Ah, Soo, creí que ya te habías ido a tu casa...

—¡Tonto! —Se acercó a él y le dio un golpe sin fuerza en el brazo—. ¿Qué demonios ibas a hacer si Lu Han aceptaba salir contigo, eh?

—Relájate, Soo, desde el inicio supe que me rechazaría —respondió Chan Yeol, riendo un poco—. A él le gusta Se Hun, tanto como a Se Hun le gusta él. Es obvio.

—¿Y? —Suspiró—. Parece que tu idea no sirvió para nada. Se Hun y Lu Han llegaron juntos esta mañana, pero se veían como siempre... No parece que ahora sean novios o algo así.

—Yo creo que mi plan sí ayudó —le sonrió al más bajo—. Aún no están saliendo, pero puede ser que ahora Se Hun tenga más claro qué es lo que siente por Lu Han.

—Sigo pensando que fue un plan algo arriesgado.

—Ya pasó —Chan Yeol se encogió de hombros—. Si todo sale bien, entonces Se Hun no esperará mucho tiempo antes de declararse. Hice algo bueno, Soo.

—Si tú lo dices... —Sonrió de lado.

—Mejor cuéntame cómo te va con tu plan.

—¿Mi plan?

—Sí, el de convertir a Kim Jong In en una persona mejor —explicó—. Dime, ¿todavía crees que es posible?

—No lo sé —miró hacia el cielo y dejó salir un suspiro más—. Se supone que tendré una cita con ese tonto sólo si logra aparecer entre los primeros cincuenta mejores promedios al final del siguiente periodo de exámenes. Si en verdad le interesa salir conmigo, me imagino que estudiará mucho y por fin dejará de saltarse las clases.

—Tienes razón.

Una semana después de que Chan Yeol le pidiera una cita a Lu Han con toda la intención de ser rechazado, Se Hun descansaba en su habitación, hojeando el álbum de fotografías que el sordomudo le había enseñado tiempo atrás.

Lu Han estaba recuperando su sonrisa poco a poco gracias a las nuevas amistades que había hecho y a cómo las mismas mostraban interés en acercarse a él y aprender el lenguaje de señas para comunicarse mejor. Por esa misma razón, Se Hun estaba contento. A pesar de que adoraba a Lu Han fuera como fuera, no podía negar que había echado de menos verlo sonreír y ver cómo sus ojos brillaban ante ciertas cosas, tal y como hacían antes.

Seguía dando vueltas por su cabeza el hecho de que a Lu Han le gustaba alguien, pero trataba de tranquilizarse o distraerse, a veces con cómics y videojuegos. No siempre funcionaba, pero era mejor que no hacer ni un intento.

Se levantó de la cama, revolviendo un poco su cabello, ahora rubio, y salió de su dormitorio cuando su estómago le recordó que ya era hora de cenar algo. Fue a la cocina, encontrando ahí a Lu Han, quien miraba el interior de la nevera como si esperara que la comida saliera y se preparara sola por arte de magia.

—Oh, veo que nuestros niveles de hambre y de flojera están iguales —comentó el más alto, riendo suavemente.

Lu Han había visto a Se Hun entrar a la cocina, pero no había alcanzado a leer del todo lo que había dicho, por lo que sólo se le quedó viendo algo confundido.

—¿Te gustaría que pidiera sushi? —Preguntó Se Hun después de medio minuto en silencio.

El más bajo asintió y dejó que Se Hun se hiciera cargo de pedir la cena.

Mientras esperaban en la sala, a Se Hun se le ocurrió hacerle cosquillas a Lu Han en un costado sólo por diversión. Le gustaba escucharlo reír o simplemente producir algún sonido. Muchas veces se había preguntado cómo serían las cosas para Lu Han si éste pudiera escuchar o cuál sería su reacción a su voz... ¿Lu Han también sentiría curiosidad por ese tipo de cosas de vez en vez?

—Lu... —Ya no le estaba haciendo cosquillas, pero aún lo rodeaba con sus brazos y lo tenía bastante cerca de su cuerpo.

Lu Han no hizo más que observar el rostro del contrario, formando una leve sonrisa, pero logrando derretir el corazón de Se Hun por completo con ese gesto. Se quedaron perdidos en la mirada del otro durante unos instantes.

—¿Quieres saber quién es la persona que me gusta? —Dejó que leyera sus labios.

La expresión facial del castaño cambió, adoptando una mezcla de curiosidad y seriedad, pero terminó por asentir.

Se Hun abrió la boca una vez más, sintiendo que su corazón saldría de su pecho si no decía lo que sentía en ese preciso momento, preparado para agarrar todo el valor que pudiera, ansioso por finalmente soltar el nombre del más bajo... Pero el sonido del timbre lo echó todo a perder.

El rubio se apartó de Lu Han y soltó un suspiro.

—Parece que nuestra cena ya está aquí —se levantó del sofá y fue a abrir la puerta sin saber si debía estar agradecido con el repartidor o detestarlo por arruinar semejante momento.

Continuará.

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¿Y ustedes qué dicen? ¿Odiar al repartidor? ¿O perdonarlo? (?)

¡Sigo enferma! Pero me siento mejor que ayer, así que veré si puedo actualizar "De nosotros". Que por cierto, sólo hasta hace unos momentos me pregunté si habrá personas que vean la portada de ese fanfic y piensen que contiene M-Preg y decidan no leerlo por eso. ¡Sepan que yo no escribo M-Preg!

En fin, buscaré algo para cenar y luego veré si puedo actualizar ese fanfic.

¡Hasta luego!

Sin palabras [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora