Capítulo 13.

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Cuando llegaron a la entrada del parque de diversiones, vieron que ya los estaban esperando Chan Yeol, Baek Hyun, Yi Xing, Kyung Soo... ¡¿Y Jong In?! Eso sí que era extraño, no entendían por qué él estaba ahí, pues solía juntarse con los bravucones, no con los chicos amables que ellos conocían.

Lu Han tembló un poco y, aunque fue un movimiento involuntario, Se Hun frunció el ceño y empezó a caminar delante del más bajo inmediatamente, dejándolo atrás de su cuerpo como si estuviera preparado para saltar a defenderlo en cualquier momento.

—¿Se puede saber qué está haciendo este tipo aquí? —Preguntó el rubio.

—A mí también me da gusto verte otra vez, Se Hun —habló Jong In con sarcasmo, poniendo ojos en blanco.

—Basta, no quiero problemas. Yo lo invité —Kyung Soo se metió a la conversación para no dejar la pregunta de Se Hun sin una respuesta y para evitar una discusión absurda—. Y espero que no haga algo estúpido que me haga arrepentirme —agregó, volteando a ver a Jong In como si le estuviera dando una advertencia.

—Sí, yo también espero que no haga algo que me obligue a romperle la cara —bufó Se Hun.

—¿Entramos ya? —Sugirió Baek Hyun, haciendo todo lo posible por cambiar a una atmósfera más agradable.

Como Kyung Soo ya tenía una entrada para cada uno, tardaron unos cuantos minutos en entrar al parque. Se Hun tomó la mano de Lu Han una vez que estuvieron dentro, caminando así y viendo todo a su alrededor. Poco a poco, el más bajo se iba relajando y se veía más emocionado.

—¡No puedo creerlo! ¡Hay una casa del terror! —Exclamó Chan Yeol, señalando un punto en el mapa del parque—. Hace años que no voy a una... Entrarán conmigo, ¿cierto? ¿O son un montón de gallinas?

—Yo entraré —dijo Jong In—. Esas cosas no me asustan para nada.

—Yo también quiero entrar —se sumó Kyung Soo—. Suena divertido.

—Ah... Supongo que yo también lo intentaré —Baek Hyun soltó una risa un tanto nerviosa, pero se acercó a los demás.

—Si me prometen que no vamos a separarnos por nada cuando estemos adentro, entonces también voy —contestó Yi Xing.

Lu Han soltó la mano de Se Hun sólo para poder rodear su brazo con fuerza, negando un par de veces mientras miraba a Chan Yeol. Jamás entraría a una casa de ese tipo. La idea de no poder escuchar nada en un lugar oscuro ya era lo suficientemente aterradora, después de todo.

—Vayan ustedes. Lu Han y yo los esperaremos en otro sitio —habló Se Hun.

—Está bien —Chan Yeol se encogió de hombros—. Nos vemos en un rato, entonces.

—Te enviaré un mensaje cuando salgamos, Se Hun —le avisó Kyung Soo antes de alejarse con los demás hacia donde estaba la casa del terror.

Se Hun volteó a ver a Lu Han cuando se quedaron solos y le sonrió para transmitirle algo de calma, sabiendo que estaba preocupado porque pensaba que tal vez a él le habría gustado ir con el resto a ver aquella atracción y que él sólo lo había detenido, pero en realidad no era así. De hecho, no podía negar que, hasta cierto punto, era bueno que los demás hubieran querido ir a la casa del terror, pues ahora tenía un poco de tiempo a solas con Lu Han en un lugar divertido.

No tenía ni idea de cuánto tardarían sus amigos en salir de la casa del terror, pero estaba seguro de que iba a aprovechar cada segundo.

Alcanzaron a recorrer el laberinto de espejos y a dar una vuelta en una montaña rusa que no tenía demasiada fila para subir. Se Hun revisó su teléfono celular después de eso y, al ver que no le había llegado ningún mensaje por parte de Kyung Soo, llevó a Lu Han a un juego más.

Sin palabras [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora