Antes de la Tormenta

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Sorey

Todo lo que no debería pasar o no quieres que pase sucede sin que puedas detenerlo, es obvio que la situación en mi casa ya estaba fuera de control, aun así y a pesar de que yo deseaba que todo acabase, tenia miedo

De qué?

De que aun si yo no era culpable de la situación de mis padres, si siento que soy culpable por dejar que todo avance y no haya hecho nada para evitarlo

Madre me dice que él no es tan malo, que solo tiene una mala racha, una mala racha de ya más de 10 años, e hablado con ella, pero por más que intente razonar con ella no me escucha, e gritado, e llorado, e suplicado, pero no conseguí nada, solo una triste sonrisa

Dicen que el amor nos vuelve ciegos, sordos y mudos, pero en caso de mi madre no veo una mirada de amor, más bien yo diría que su mirada esta llena de resignación, cómo si él fuese lo único que se mereciera, y eso no es verdad

Antes cuando él no estaba sus sonrisas eran radiantes, todos decían que era una buena madre, que tenía un aura tan gentil, que era una mujer fuerte, que orgulloso me sentía cuando hablaban así de ella, que orgulloso de ser su hijo

Que ganas tenía de crecer para demostrar que era digno de llamarme hijo suyo.

Cuando él volvió solo deseaba crecer para poder ser más fuerte y salvarla a ella, estaba tan asustado en las noches, ansioso de oír cualquier sonido, pensaba que si cerraba los ojos talvez no la volvería a ver, así pase muchos años de mi vida entre la vigilia nocturna rezando que nada malo ocurriese.

Cuando apareció Mikleo en mi vida esa ansiedad no se fue, aún estaba alerta pero su presencia hacia que valiese la pena enfrentar otro día más, aunque sentía que algo muy malo podría pasar

-Sorey, estas otra vez en otro mundo? - su voz calló mi angustia, otra vez, el sonido de su voz parece espantar mis demonios internos

Siempre inmaculado debajo de su inseparable paraguas, me mira esperando que conteste pero siempre se me esfuman las palabras cuando veo la preocupación en sus ojos, no quiero preocuparle

Mis problemas son míos

-Lo siento Mikleo creo que me distraje- respondí mientras rascaba mi cabeza

-Eso pasa mucho últimamente... - siguió mirándome como si pudiese descifrar con su mirada todos mis secretos - pasa algo malo?

-Eh?! No, no pasa nada - esa pregunta me descolocó un poco - solo pienso que hoy parece que no para de llover y yo tenía que recoger la ropa, supongo que me meteré en problemas - intento sonar casual para que no se de cuenta, para que no sepa de lo aterrado que estoy últimamente

-Sorey, sabes que puedes decirme lo que quieras, yo no voy a...

- No, no pasa nada, en serio - sonrió de nuevo para que no siga interrogándome, más parece que hoy algo no le convence

- Se que algo te pasa Sorey y estoy muy preocupado por ti - me mira con dolor parándose delante de mi interrumpiendo nuestra caminata a mi casa

Tanto por guardar las apariencias, el simplemente puede ver más allá de mi, soy tan transparente para el que aveces me asusta, no quiero que el se envuelva en esto

- Mikleo - respondo con resignación - las cosas aveces no son fáciles - agachando la mirada intento explicarle sin decir todo, sin tener que contarle algo que mi madre no desea - solo es un mal día, la lluvia me deprime un poco y

- Tu padre está en casa hoy no es así?

Y ahí está mi querido Mikleo, que ve más allá de mi y que sabe que cada vez que estoy nervioso es por una razón

- Ayer estaba tranquilo, dice que pronto tendrá que ir a hacer unos trabajos y luego volverá y yo

- Tu no quieres enfadarlo por ninguna razón, Sorey si quieres hablar del porqué yo...

- No, en serio solo me deje la ropa sin recoger y me angustia que me castigue, aun tenemos que hacer el proyecto de ciencias

-Sorey

-Mikleo se que te preocupas por mi, pero en serio estoy bien

Se que no le he convencido pero lo deja pasar, es como si supiera que el solo preguntar me angustia, ¿tan mal estoy?

- Después de la Tormenta viene la calma dicen - aún si moverse levanta su mirada y ve arriba, a algún sitio que parece lejano, cuando hace eso otro tipo de angustia me llena, aveces pienso que el es un ángel que bajo del cielo en un día soleado y que pronto abrirá sus alas y volará lejos de mí...

- o eso dicen - pero mis angustias se apagan cuando voltea verme con esa sonrisa de resignación, no puedo evitar comparar esa sonrisa con las de mi madre, aunque la de Mikleo se mezcla con la esperanza ambas se parecen, acaso me e vuelto como mi padre y ya estoy lastimando a Mikleo?

- Baka, deja de verte tan angustiado, si quieres te ayudo a recoger la ropa, no es el fin del mundo - me reprocha con algo de molestia. No, no soy como mi padre, Mikleo es fuerte y no veo el dolor que veo en mi madre

- Esta bien, pero en serio no debes preocuparte, mi padre solo tiene algunos días malos - me irrita pensar que ahora sueno cómo madre

- Unos días?, más bien años... - susurra molesto - Vamos que se hace tarde y no quiero ver la cara agria de tu padre

Me sorprende sus cambios de humor, pero supongo que soy culpable de ellos, a lo menos por el momento hay calma

- el no está hasta las 9 de la noche - si hay algo de calma en casa es hasta la noche más cuando tiene esas llamadas de trabajo

- Bueno mientras el león no está - Me sonríe otra vez y el mundo vuelve a estar en paz

- si mientras no esté - le devuelvo la sonrisa y seguimos el camino

Mikleo es siempre mi calma, mi soplo de aire cuando puedo alejarme de casa y su aire cargado de angustia

Si alguien me a mandado a Mikleo estoy muy agradecido, no sé qué haría sin el

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Mientras ambos jóvenes siguen su camino dos sombras les ven marcharse: una con una sonrisa llena de victoria y otra llena de angustia

- No dejes que el agua te ahogue Meebo..





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