Capítulo 5

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No dejaba de repetirse sobre las bondades de romper la rutina. De hecho, parecía ser su tópico favorito pues, aunque no lo comentaba, era lo que le ocupaba la mente durante todo el camino al lago secreto. Totty tuvo una grandiosa idea al final en lo que respectaba al vestido blanco. Se sentía tan fresco y cómodo, e incluso un par de aldeanos al verlos caminar por la calle los detuvieron para dejarle a Ichigo un cumplido. Por lo menos eran comprensivos, y no esperaban verle de hábito todos los días por el resto de su vida. Definitivamente había amanecido un buen día en todos los aspectos, y debía dar gracias por ello.

Llegaron al lago poco después. La diosa no parecía estar presente, pues los alrededores estaban vacíos, ni un alma a la vista. Ni siquiera el cantar de las aves se escuchaba.

Así, en plena tranquilidad, fueron preparando las cosas del día de campo. Después de que Totty extendía el mantel donde iban a sentarse, Ichi y Karamatsu arreglaban y colocaban la comida. Esta vez no había cosas fritas o al horno para comer. Debido a la naturaleza del evento, había sólo comida "al momento". Frutas, ensalada, cosas que eran de preparación fría y que eran más prácticas para comer en ese momento sin preocupación a que se enfríen y pierdan su sabor.

Fue cuando el Padre quiso hacer un comentario.

—Ichimatsu ha mejorado su aspecto en este tiempo.

— ¿A qué se refiere? —el aludido no pudo evitar detener lo que fuera que hacía para mirar al clérigo, con las mejillas rojas de repente por el comentario.

—Has ganado peso, ya no estás hasta los huesos como cuando llegaste aquí. Eso es muy bueno, significa que te estás alimentando correctamente. Mírate, has aumentado de peso de forma correcta, pues no tienes excesos de grasa por ningún lado.

—Y, supongo que eso es bueno...

—Claro, porque te vuelves cada vez más saludable.

Ichimatsu pudo haber gritado de la gran pena que le causaba recibir dichos cumplidos, y como si no fuera suficiente que el Padre los dijera, el pequeño monaguillo siempre lo secundaba. Aun así, daba las gracias, pues si bien su pasado seguía borroso, y sus noches se atormentaban con sueños raros e incomprensibles, no podía dejar de agradecer la amabilidad del clérigo para con él.

De repente, un sonido curioso provino del lago. Voltearon a ver al mismo, se iluminaba de una gentil luz blanca, y al poco del agua emergía la diosa del lugar.

—Mi querida diosa —dijo el clérigo, haciendo una reverencia para saludarla, y luego obligar a Ichi y Totty a que reverenciaran también, sujetando sus cabezas y haciéndolos agacharse.

—Karamatsu, muy buenos días. Oh, con que éste es el joven que me comentaste la otra vez —dijo la diosa del lago, sonriendo gentilmente a los tres, observando al chico del vestido.

Ichimatsu, al notar que se refería a él, quiso hacerse hacia atrás, buscando esconderse detrás de Karamatsu, pero éste le hizo acercarse, abrazándole por encima de los hombros, hasta quedar en frente de la deidad.

¿Por qué se siente como si esto ya lo hubiera vivido?

—Así es, mi diosa. Le presento a Ichimatsu, el pobre sigue sin recordar su pasado. Oh, ¿cree usted que pueda hacer algo por él? —Karamatsu preguntó a la deidad, tras dejar a Ichi en frente, literalmente entre él y la diosa, sudando terriblemente de la vergüenza.

—Bueno, tal vez pueda hacer algo por él. Por lo que Karamatsu habla de ti, es obvio que eres una muy buena persona —con esa sonrisa cálida y amigable, extendió sus manos hacia el de vestido blanco, quien avanzó hacia ella, tomando sus manos. Al parecer, iba a revisar su alma.

Era simple, según las instrucciones de la diosa. Simplemente cerraba los ojos, dejando su mente en blanco. Todomatsu y Karamatsu observaban curiosos, guardando ante todo el respeto al extraño rito que iban a presenciar.

Nuevamente ese resplandor de color blanco se hizo presente, solamente que alrededor de la diosa del lago y de Ichimatsu. Se veía por parte de la deidad la dedicación y empeño que ponía al hacer aquello, con los ojos cerrados también y una expresión de concentración. Todo parecía ir bien hasta que la luz blanca empezó a convertirse en una especie de carga eléctrica. Algo no parecía andar bien.

Lo confirmaron cuando de repente, la luz se extinguió de golpe, y tanto Ichi como la diosa se separaron violentamente. Y como no podía faltar, las expresiones entre ambos eran de sorpresa y escepticismo.

— ¿Pasó algo? Mi diosa, ¿qué fue lo que ocurrió? —preguntó Karamatsu, asustado al ver las reacciones de ambos.

—Ichimatsu... tú... —fue lo único que pudo balbucear la diosa, antes de apurarse a volver a su recinto bajo el agua del lago. Se quedaron entonces el monaguillo y el Padre extrañados. Había sido un evento insólito, y querían explicaciones. Lamentablemente, Ichimatsu estaba en un shock tal, que no era capaz de hablar del tema sin quedarse en blanco de repente.

El día de campo, por ende, fue cancelado.

Volvieron a la iglesia, e Ichimatsu corrió apenas poner un pie ahí a su habitación. Se encerró en el cuarto, impidiendo que cualquiera entrara. Inmediatamente fue a bañarse con el agua tan helada como pudiera estar. Era como su método de castigo personal. Y ahora merecía un fuerte castigo por cada pecado cometido. Había visto todo lo que hizo, y él mismo no podría perdonarse aquello.

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Hola amiguitos (?) Siento que este capítulo fuera tan corto, pero es que mi tiempo últimamente se ha ido a escribir una novela para un concurso en la página de Litnet (el link está en mi perfil, en mis comentarios). Pero, estoy viendo para sacar aunque sea unas cuantas palabras diarias (en el mejor de los casos) para seguir este fanfic.

Es todo lo que les podría mandar a decir por ahora. Siento haberlos hecho esperar.

[Iromatsu] VocaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora