Los devotos empezaban a notar su ausencia, y si bien no era tan indispensable para ellos, no podían evitar preguntar cuál era la razón de la ausencia de la monja. Debido a que Karamatsu evitaba hablar de ello, a quien le tocaba dar las explicaciones era a Totty. La hermana Ichigo se siente mal. La hermana Ichigo atrapó un resfriado, y no ha podido venir. La hermana Ichigo no se encuentra bien de salud.
Ichimatsu tiene algo, y no puedo comprender qué es.
Y sin la ayuda de Ichimatsu en la iglesia, las cosas se hacían más complicadas. No era solamente eso, sino que la falta repentina de preocupación del Padre empezaba a hacerse molesta. Todomatsu nunca había visto al mayor tan ajeno a algo que le ocurriera a alguien más, mucho menos algo que le ocurriera a Ichi. No era de extrañar entonces que las peleas entre el adulto y el niño empezaran de repente.
—Usted ha dejado de lado a Ichimatsu. ¿Qué tal si está enfermo de algo muy grave? ¿O si alguien le ha hecho un daño muy fuerte? —Todomatsu le alzó la voz repentinamente al clérigo, algo muy poco usual en él, siendo que era un niño tranquilo.
—Ichimatsu no está enfermo de nada, de eso estoy seguro... —a Karamatsu le molestaba la actitud del monaguillo, pero no pudo responder a la segunda pregunta. Sabía que él era la razón por la que Ichi se había puesto así.
—Entonces alguien lo ha lastimado, si no está enfermo. Pero ¿por qué no puede simplemente prestarle la atención debida al problema? ¿Tiene idea de que Ichimatsu ya no ha comido como debe? Ni siquiera sale de la habitación.
—Ichimatsu debería dejarse de tonterías. Mira que no comer solamente por algo tan tonto...
—Entonces, sabe lo que le ocurre.
Karamatsu guardó silencio. Ni siquiera estaba pensando bien en sus respuestas. Se encontraba sentado en a la ventana, en su habitación. Le había ofendido a Totty la respuesta de que lo que le pasaba a Ichi era una tontería. Más porque si seguía así, su vida podría peligrar.
—Sólo sé que no está enfermo. Pero nada más —le dijo, terminando por levantarse y salir de la habitación, a pesar de las protestas de Totty por seguir el tema.
¿Qué más daba si estaba por empezar a llover? El cielo se llenaba de enormes nubes grises, incluso los sonidos de los truenos empezaban a irrumpir en la paz del lugar. Y, aun así, el Padre fue al lago. No esperaba definitivamente encontrar a nadie, pero se alegró en cuanto vio al demonio en las cercanías. A pesar que habían quedado en no encontrarse en ese sitio nuevamente, estaba tan feliz que hubiera desobedecido a la recomendación.
Así mismo, Osomatsu sonrió al ver al clérigo llegar. Se acercó a él, yendo a abrazarle. Se había enterado de lo ocurrido con Ichi al haber estado espiando la iglesia la noche del incidente. No era que quisiera saber sobre lo que se confesara el chico, pues ni siquiera sabía que eso estaba haciendo. Sino que había entrado al lugar en busca de refugio, tras haber visto algunos pueblerinos haciendo una especie de guardia nocturna en su búsqueda. Por eso terminó escuchando la confesión del joven.
Y sí, había que admitir que Osomatsu se sentía dolido de todas las formas posibles. Le causaba dolor que Ichi también estuviera enamorado de Karamatsu, pues veía en peligro la fantasía de que el Padre le pudiera corresponder algún día. Pero a su vez le causaba tanta pena que no fuera correspondido por Karamatsu. Entendía su sentimiento, pero no podía hacer nada para ayudarle, ya que hacerlo era sacrificar su amor por él.
Dejó entonces que Kara le contara lo sucedido, aparentando que no sabía nada de lo ocurrido.
—Lo que más me duele es haberlo lastimado. Ichimatsu es bueno, muy bueno. Pero no es algo que pueda corresponder...
—...por tu vocación, ¿no? —Osomatsu dijo eso como si fuera rutinario. Suponía que era el peso del hábito lo que le impedía a Karamatsu corresponderle. Por ello temía que ese fuese el único obstáculo y que de hecho amara al chico monja.
—No es eso. La vocación no tiene que ver en esto —espetó el de ojos azules, ante la sorpresa del demonio—. Al corazón simplemente no se le puede pedir que ame o no ame a alguien... y el mío, para tristeza de Ichimatsu, ya tiene a alguien a quién amar.
Osomatsu se quedó callado por espacio de unos cinco o seis segundos, antes de tomarlo del cuello de su hábito, para exigirle que le revelara de quién estaba enamorado.
Todomatsu no podía permitir que algo malo le fuera a pasar a su amigo, por lo que una vez más irrumpió con cuidado en su habitación. Ichi se encontraba recostado en la cama, aun tendida. Al parecer por su ropa de cama aun puesta, no había entrado bajo las cobijas en la noche... o las noches anteriores. De hecho, su cuerpo seguía bastante fresco, a causa del frío nocturno ante el cual estaba desprotegido.
—Ichimatsu, vas a pescar un resfriado si sigues así —dijo Totty, yendo por una cobija cálida para cubrir el cuerpo del mayor. Éste no le respondió—. Por favor, tienes qué decirme qué es lo que te ocurre. Si quieres, te prometo que no le diré absolutamente a nadie, ni siquiera al Padre Karamatsu.
— ¿Ni siquiera a él? —preguntó Ichi, era bueno escucharlo hablar.
—No. No merece saber lo que te ocurre. Me sorprende, pero es que... está demasiado ausente cuando le hablo de ti últimamente.
—No me sorprende que no se interese...
Se sentó entonces, y lo primero que hizo fue abrazar al niño. Totty se sorprendió de ello, pues a pesar de estar sensible con sus sentimientos por la ausencia de recuerdos, no esperaba de Ichimatsu un acto tan vulnerable. Así pues, lo tuvo que abrazar de vuelta, en señal de apoyo.
—Yo... me enamoré de la persona equivocada... —empezó a contar su desgracia al niño. Sería demasiado pedir que Todomatsu empatizara con la historia, siendo que nunca había experimentado un sentimiento tan adulto como el amor. Que no dudaba que alguna vez alguien no le llamara la atención al niño. Pero lo que Ichi sentía era más serio.
Así, Totty fue escuchando, incluida la revelación de que, quien le tenía en ese deplorable estado, era el mismo Karamatsu. Terminó entonces la historia, notando que el monaguillo había empezado a llorar también. Ahora se explicaba también el por qué del llanto de Ichi en la misa, y el porqué sus atenciones especiales al Padre, aun cuando eran humildes y sencillas.
—Me parece cruel de parte del Padre el haberte rechazado así.
—No, no es culpa de él. Seguramente lo hizo por respetar su deber sagrado. Pero, eso no puede evitar que duela. No puede evitar que me afecte tanto su repentino rechazo.
Pactaron entonces algo los dos. En cuanto el Padre volviera, lo harían hablar con Ichimatsu para dejar las cosas en claro. Así doliera de nueva cuenta el rechazo, tenía que estar seguro que al menos no iba a perder el apoyo y comprensión del pastor.
Sin embargo, quién diría que sería el último día en que se verían.
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Aviso #3: Si eres fans (?), ya tienes nombre. Seremos las pelusitas.
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[Iromatsu] Vocación
FanfictionIchimatsu se ha dedicado a la prostitución gran parte de su vida, o al menos, eso es lo que le han dicho. Sin ningún recuerdo más que su propio nombre, se topa una noche con una iglesia, donde el sacerdote del lugar le da asilo. Ocultándose del mund...