10.

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|Liam.

Sonreí victorioso cuando los guardias no me vieron salir. ¿A esto le llamaban seguridad? Cualquier niño podría entrar a la habitación de Zayn. Si se calculaba el momento preciso para entrar... era sencillo.

- ¡¿Que?! - Exclamó el Señor Clever ante mi comentario.

- Así es, sí Zayn ya no asiste a la preparatoria. Yo tampoco tengo necesidad de hacerlo. - Le dije sonriendo.

- ¿Cómo fue que entraste a su casa? - Me preguntó furioso.

- Brinqué por su balcón. - El anciano caminaba de un lado a otro mirándome con atención.

- Debiste ser muy hábil para que todos sus guardias no te vieran. - Parecía realmente sorprendido de que yo pudiera entrar.

- Supongo. - No se lo imagina, pensé con burla. - Puedo seguir viéndolo todas las noches.

Eso cambió la cara de mi jefe. Me felicitó de nuevo y me indicó todos los cambios que habría. Tenía que encontrar la manera de que Zayn saliera de su casa, entonces sería fácil capturarlo. Salí de la bodega cabizbajo. El resto del grupo estaba planeando una emboscada para un importante empresario de la ciudad. Había escuchado hablar de él, era un amigo de la infancia de mi padre. Y pronto moriría. El mundo a veces podía ser tan pequeño.

Tomé una ducha y después me aventé pensativo en la gran cama. Zayn de verdad está enamorado de mí. No podía dejar de pensar en esa frase y la repetía continuamente en mi mente desde que salí de su casa. Él me quería y yo solo jugaba con él. Había estado con tantas chicas y chicos, los había engañado y a veces me burlaba de eso, pero nunca había sentido ninguna culpa.

Recordé mi reacción al ver a Zayn casi desnudo, solo con ese pedazo de tela cubriendo la parte baja de su cuerpo. De seguro pensó que estaba desesperado y no estaba equivocado, de verdad estaba desesperado por besarlo. Si no fuera más pequeño que yo y si no hubiera estado temblando del miedo, probablemente hubiera aventado a algún lado esa estúpida toalla. Por suerte logré alejarme de él antes de hacerlo, fue cuando me di cuenta de lo débil que Zayn era frente a mí. Él pensaba que yo era tierno e ingenuo, cuando en realidad era un inteligente secuestrador que traía una pistola debajo de mi abrigo mientras lo besaba. Matar a alguien es el peor sentimiento que he sentido. Pero enamorar a alguien para poder matarlo... para mí no tenía nombre.

|Zayn

- Él es tu profesor particular. - Dijo mi padre sonriendo mientras señalaba al sujeto a lado de él.

- Soy Harry, pero puedes llamarme Hazz si prefieres. - Él extendió su mano hacia mí y yo no lo saludé. Miré su rostro intentando decirle con la mirada que no me agradaba su presencia. No funcionó.

Mi padre carraspeó al ver mi falta de respeto y me miró molesto.

- Disculpa Harry. Zayn aún no se acostumbra a la idea de que no irá más a la escuela, pero terminará aceptándolo. - Volvió a verme con una mirada de enojo.

Mi padre salió de la pequeña biblioteca que teníamos en casa, ahora convertida en un pequeño salón de clases dejándonos solos al profesor y a mí. Odiaba que mi padre me tratara como a una princesa encerrada en su torre, no lo era. Tenía mis 18 años, ya era un adulto, algo ingenuo, pero podía defenderme. ¿A caso mi padre piensa que soy más frágil porque soy gay?

- ¿No eres demasiado joven para ser maestro? – Le pregunté directo.

- Recién graduado. - Se justificó sonriendo. - Parezco más joven de lo que soy.

Eran las 8:30 de la mañana y ya me estaba enseñando matemáticas. El chico no perdía el tiempo. Era mejor un joven apuesto como profesor a un anciano amargado de más de 55 años. Me sorprendió que mi padre eligiera a un profesor tan joven.

..............

- ¿Mi padre te hizo muchas preguntas verdad? - Intentaba distraerlo un poco de la clase de historia.

- Algo así. Y tus guardias me revisaron antes de entrar a la casa. - Me dijo mirando mis apuntes. Cada vez me sorprendía más la obsesión por mi seguridad de parte de mi padre.

- Acostúmbrate... o si no te agrada el asunto de la seguridad, puedes decirle a mi padre que esto de las clases privadas no va a funcionar. Él entenderá. - Lo miré seriamente y vi como él soltaba una fuerte carcajada.

- Se lo que intentas hacer. Eres tal y como dijo tu padre. – Harry parecía realmente entretenido con mi manera de tratar de deshacerme de él.

- ¿Qué te dijo? - Cuestioné alarmado.

- Solo que intentarías hacer y decir de todo con tal de que me fuera, lo cual me parece inmaduro de tu parte. Tu papá solo quiere que estés bien. - Inmediatamente imaginé a mi padre diciendo lo mismo. Le habían lavado el cerebro al lindo profesor. - Ahora vuelve al trabajo.

................

Después de cenar con mi padre, corrí a mi habitación para esperar a Liam. Abrí la puerta de mi habitación y él ya estaba sentando en mi cama.

- ¡Liam! – Grité sofocadamente para que no me escucharan. - ¡Pudieron haberte visto! ¿Y si mi padre hubiera entrado en vez de mí?

- Sé lo que hago. - Contestó seriamente y se levantó para después mirarme con una sonrisa ladeada.

Avancé rápidamente para abrazarlo. Liam correspondió a mi abrazo suspirando, parecía diferente.

- ¿Todo está bien? - Le pregunté preocupado. Éll me besó cortamente.

- Ahora sí... - Después volvió a abrazarme tan fuertemente que supe que algo andaba mal.

No me dejó volver a hablar, otro de sus besos se adelantó, esta vez me besaba tan lenta y tiernamente que creí que solo lo hacía por torturarme. Necesitaba a Liam y quería creer que él a mí. Nos sentamos en mi cama y miré con más claridad sus ojos. Había cierta tristeza en ellos, me miraba atentamente, como si quisiera disculparse por algo.

- ¿Qué te pasa? – Le volví a preguntar más preocupado que antes. – Sé que hay algo que no quieres decirme.

- No pasa nada. -Sonrió. Noté el trabajo que le había costado fingir la sonrisa.

Él se acostó en mi cama, extendiendo uno de sus brazos para darme lugar y poder apoyar mi cabeza en su pecho. Lo hice inmediatamente.

- Solo estoy cansado... – Murmuró cerrando los ojos y me abrazándome por la cintura.

- ¿Cómo está todo en la escuela? - Pregunté mirando sus labios.

- Normal. - Susurró. Después abrió los ojos y miró hacia el techo.

No sabía que decirle para hacerlo sentir mejor, ya que ni siquiera sabía que le pasaba. Lo único que sabía era que su estado del humor no era solo por el cansancio. Su expresión me preocupada, pero a la vez él se veía tan frágil que solo me daban ganas de abrazarlo. Y así lo hice. Me aferré a su cuerpo fuertemente para no dejarlo ir. Levantó mi rostro lentamente y nos miramos directamente a los ojos.

- Bésame. - Me ordenó con voz ronca.

Lo miré con una sonrisa por unos segundos y después mis labios empezaron a moverse sobre los suyos. El beso de la noche pasada parecía haber regresado, sus labios eran exigentes y suaves. Liam rodó un poco logrando que la mitad de su cuerpo quedará sobre el mío. Me miró con los ojos muy abiertos de nuevo, como si estuviese alerta a cada gesto que yo pudiera hacer.

Al mismo tiempo, miramos el reloj que estaba colgado en la pared. Era tarde, demasiado tarde. En su mirada vi que estaba a punto de levantarse e irse.

- No te vayas Liam, quédate conmigo esta noche. - Le supliqué al oído.

Liam me miró con el ceño fruncido por menos de 5 segundos. Después me abrazó dulcemente y me besó en la frente. Se quedaría.

Dangerous & Perfect (Ziam) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora