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//Zayn.

De seguro hice el ridículo, empecé a reírme como tonto cuando los guardias de mi padre se le estaban acercando para hacerle preguntas. Entramos a mi casa y él sonreía mientras observaba todo.

- Linda casa. - Me dijo fijando la mirada en una de las pinturas de mi padre.

- Gracias. - Metí las manos en los bolsillos de mis pantalones negros y lo miré atentamente. - Mi madre lo decoró antes de morir.

- Lo siento. - Él quitó la sonrisa de su rostro y me miro serio. - ¿Vives solo con tu papá?

- Algo así... él nunca está aquí, viene una vez al mes. - Liam escuchaba con atención cada cosa que decía y no se distraía como todos la primera vez que veían mi casa.

- ¿Y quién se encarga de ti mientras él no está? - Preguntó mientras se cruzaba de brazos.

- María o William, ellos trabajan aquí y son como mi familia. María es la cocinera y William el jardinero, con los demás también me llevo muy bien. - Me sentí bien al decirle todo eso. Su rostro me parecía confiable... y atractivo.

Seguimos platicando sobre mí, él me preguntaba cosas simples como: ¿Cuál es tu color favorito? O ¿A qué hora te duermes? Sentía como si le hablara a mi mejor amigo, Liam era muy simpático, me hacía reír por lo menos una vez cada 5 o 10 minutos. Estábamos sentados en el piso de la sala mientras hacíamos el proyecto. Él me contaba de su familia y de lo que le gustaba hacer. Liam parecía tan maduro a comparación de mí, que me hacía sentir como un niño de 9 años. Me costaba trabajo creer que tuviera la misma edad que yo.

Yo recortaba y él pegaba todo. Se supone que yo debería estar concentrado en las fotos que cortaba y no en él. Liam se veía tierno cuando pegaba las fotos, fruncía la frente y sacaba un poco la lengua. ¿Qué diría si le tomara una foto haciendo eso? ¿Se enojaría? Probablemente sí, además de que sería bastante raro.

- ¿Qué tanto me ves? - Me preguntó riéndose. Aquello me tomó por sorpresa, pensé que él no se daba cuenta cuando lo observaba.

- Amm, yo, uh, sólo...- Empecé a tartamudear y antes de poder decir algo coherente me corté con las tijeras por accidente. Solté un pequeño gemido y aventé las tijeras al piso. Bien hecho Zayn, pensé que la torpeza se había ido de mi cuerpo.

- ¿Estás bien? -Preguntó con preocupación. – Deja te ayudo... - Él se le levantó y me jaló del brazo; poniéndome de pie.

Le dije en donde estaba la cocina y el botiquín de emergencias que nunca se usaba, bueno casi nunca desde hace un año. Liam subió las escaleras y bajó en menos de 3 minutos con la pequeña caja, yo solo miraba mi dedo sangrando. Desinfectó la cortada y eliminó cualquier rastro de sangre en mi piel, después sacó una pequeña gasa y la envolvió alrededor de mi dedo.

- Llevamos más de 3 horas haciendo esto, quizás ya estás cansado. - Dijo el sentándose junto a mí en el sofá.

- No estoy cansado, es solo que... no me fijé. - Le dije sonrojándome.

- Yo terminaré el proyecto, tu descansa. - Liam se sentó en el piso de nuevo.

- No tienes por qué hacerlo, no sería justo... - No terminé lo que iba a decir cuando él me interrumpió.

- Dije que yo lo hago, no queremos que pierdas un dedo o una mano por una simple tarea. - Dijo en tono burlesco.

.......


Liam terminó todo en menos de media hora, a pesar de que me seguía preguntando cosas para que yo no me quedara dormido.

- Ya terminamos. - Dijo mientras colocaba el collage sobre la mesa.

- Terminaste. – Le corregí con burla.

Su celular sonó escandalosamente antes de que pudiera responderme, se alejó un poco y contestó en pequeños susurros. Para no entrometerme en su conversación, comencé a tirar a la basura todos los recortes y lo que había sobrado de pegamento. Después de más o menos cinco minutos, Liam volvió con sus labios en una línea recta.

- Tengo que irme. - Me dijo algo molesto. – Mi, uh, mamá quiere que regrese a casa ahora.

- Está bien, te veo mañana Li. - Lo acompañé a la puerta, sin darme cuenta de que le había llamado Li.

- Nadie me dice Li. - Me dijo mientras se paraba en la salida de mi casa, su mirada fija en mí. Poniéndome bastante nervioso y curioso.

- ¿No te gusta? – Le pregunté tratando de escucharme relajado.

- Generalmente no, pero tú puedes decirme así. - Él se acercó y me dio un pequeño beso en la mejilla. - Espero que tu dedo mejore. - Él me dedicó una pequeña sonrisa antes de darse media vuelta e irse. Me quedé en shock que ni siquiera le dije "adiós","hasta mañana" ni ninguna despedida común, solo sentía como mis mejillas ardían después de su beso. 

Dangerous & Perfect (Ziam) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora