Dangerous & Perfect (Ziam) Adaptación

27.

|Liam

A estas alturas ya no importaba el hecho de que la acababa de conocer hace unas horas y tampoco importaba el hecho de que estaba utilizándola para olvidarme de otros labios. Bastó con rozar sus labios para alejarme de ella con agresividad. Ya estaba pensando en Zayn y ni siquiera la había besado todavía.

— Lo siento... de verdad. — Me disculpé. — Sé que piensas que es muy rápido y...

— No te preocupes — dijo sonriendo.

— Será mejor que me vaya. — Sin esperar respuesta de su parte, me di la vuelta y corrí de regreso a mi casa.

No la buscaría otra vez, la poca razón que me quedaba me decía que no la utilizara de esa manera. Llegué a la casa después del atardecer, era la hora en la que todos veían la televisión.

— ¿Cómo te fue? — Preguntó Harry en cuanto entré por la puerta.

— Pudo haber sido peor.— Murmuré serio.

— ¿Qué sucedió? ¿Descubrió que estás obsesionado con un chico?

— Cierra la boca. — Me dirigí a la cocina y tomé todo el jugo que pude.

|Zayn

Paul y yo salimos del cine quejándonos del final de la película que acabábamos de ver. Estaba disfrutando de su compañía, más de lo esperado. Me escuché riendo fuertemente como hacía mucho tiempo no sucedía.

— Ahora vamos a cenar. — Me abrió la puerta de su auto y la cerró de un solo empujón.

— Estoy seguro de que te gustará el lugar, es... de los mejores de la ciudad. — Encendió el auto y avanzó a velocidad normal. Recordé cómo manejaba Liam, lograba que me sintiera en una película de acción, manejaba siempre con la misma velocidad exagerada, cómo si todo fuera una emergencia... sonreí al recordar su perfil mientras conducía, con la mirada fija al frente y sus manos apretadas al volante... — ¿Zayn? — Preguntó Paul con preocupación.

— Disculpa... ¿Qué preguntaste?

— Dije que parecías un poco enfermo, estás pálido...

— Ah no, no es nada. Me siento perfectamente bien.— Respondí sintiéndome culpable por ir pensando en Liam.

Escuchamos la estación de música alternativa en la radio, solo con él sentía que los silencios eran cómodos. No sentía la necesidad de hablar todo el tiempo cuando estaba a su lado.

— Cierra los ojos. — Me ordenó — Quiero que sea sorpresa y no te atrevas a ver — advirtió riéndose.

— Está bien.

Abrió la puerta del auto, intenté fisgonear, pero todo lo que vi fueron imágenes borrosas y brillantes. Me guió un par de metros y después nos detuvimos.

— Puedes abrirlos. — Mantenía una de sus manos en mi hombro.

Abrí los ojos lentamente con una sonrisa que desapareció segundos después. El tiempo que me tomó ver claramente en dónde estábamos... el restaurante al que Liam me había traído varias veces, era su favorito. Se me formó un nudo en la garganta, luché con todas mis fuerzas contra las lágrimas.

— Por favor, por favor... ¿Podríamos ir a otro lugar? — Rogué con la voz temblorosa.

— ¿Qué pasa? ¿Hay algo malo aquí? — Preguntó preocupado.

— No me gusta. — Y esa era la verdad. Me estaba esforzando por Paul y él me traía a este lugar. No me gustaba volver a recordar los días pasados con Liam, aunque no podía culpar a mi cita por algo que desconocía. Paul solo me vio confundido, quizás pensaba que estaba loco.