23.

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/Liam

- Pero hay una condición. – Le dije cuando sonrió triunfante. Di un paso hacia él con decisión y firmeza. - Déjeme verlo por última vez.

Su sonrisa se borró con la misma rapidez con la que había empezado. Miró a su alrededor con algo de enojo.

- Ya escuchaste al doctor, nadie puede pasar.

- Él doctor no tiene por qué enterarse. - Murmuré con tono grave y bajo.

Al ver que no me respondía, asumí que aceptaba la condición. Le di la espalda y me dirigí a la habitación. Los guardaespaldas me miraron asombrados, pero simplemente me abrieron el paso. Abrí la puerta lentamente, pero la cerré con rapidez cuando ya estuve dentro. Lo vi desde lejos, era como si me hubiera quedado enterrado en el piso cuando lo vi en ese estado. Estaba pálido, el aparato que estaba junto a él no dejaba de hacer un molesto ruido, se veía débil incluso estando dormido.

Me acerqué a Zayn con un extraño miedo; el miedo de saber que no lo volvería a ver. Había perdido la batalla, mis intentos por tenerlo a mi lado no habían sido suficientes y ahora todo había parado en esto. Apenas podía verlo fijamente, su cabello había perdido el brillo, sus labios habían perdido el color, estaba inconsciente por causa mía. Cosa que nunca hubiera pasado si yo hubiera salido de su vida. Tomé su mano y la besé suavemente, tontamente mantenía la esperanza de que despertara y me pidiera que no me fuera de su lado.

Me senté junto a él y apreté su mano. Lo observé por largo tiempo con un nudo en la garganta. Sin importarme si estaba permitido o no, me incliné y lo abracé posesivamente. Me sorprendí a mí mismo al sentir que una lágrima luchaba por salir de uno de mis ojos. Éste era el adiós... iba a dejar que Zayn rehiciera su vida con otro sujeto, un hombre que no le hiciera el daño que yo le hice. Iba a alejarme, pero no estaba seguro de poderlo olvidar.

Me apoyé en su cuerpo, recargué mi cabeza en su hombro. Deseé poder quedarme ahí por siempre, pero yo no estaba en posición de pedir o soñar nada. No estaba contando el tiempo, solo contaba los daños, tendrían que venir a sacarme de aquí. No estaba dispuesto a salir por voluntad propia. Me levanté mientras seguía apretando su mano. Besé sus labios fríos por unos segundos, antes de que la puerta se abriera con velocidad. El doctor de hace un rato me miraba furioso, detrás de él, el padre de Zayn permanecía con los brazos cruzados, al igual que los guardaespaldas. Todos los rostros parecían decir lo mismo: "Sal de ahí". Desde lejos podía ver que estaban listos para sacarme a la fuerza.

Volví mi rostro hacia Zayn e intenté grabar esa imagen en mi mente. Mientras más lo veía, más me hacía reconocer que debía irme de su lado.

- Te amo. - Susurré en su oído, solté su mano y giré hacia la puerta decidido. Observé al grupo de hombres confundidos. Nadie dijo una palabra mientras salía de la habitación sin más.

El doctor entró justo cuando yo salí, verificando que yo no le hubiera hecho nada. Miré a su padre con algo de resentimiento.


- Cuando despierte, no olvide decirle que lo amo. - Intenté decirlo con amabilidad, pero salió como una amenaza de mis labios.

- Claro, claro. - Murmuró con indiferencia. - Hora de irse.

Me dio una palmada en el hombre y me miró pensativo.

- Es lo mejor que pudiste hacer. - Frunció el ceño e inclinó la cabeza en señal de que me fuera. - Y si por algún motivo, decides volver a buscarlo, puedo acusarte a las autoridades de cosas que jamás imaginarías. - Dijo el hombre cuando yo ya le había dado la espalda.

Contuve las ganas de regresar y sacudirlo por los hombros, solo apreté las manos y seguí caminando hasta el elevador. Regresé a mi piso con pasos lentos, tenía que irme de ese hospital lo más pronto posible. No resistiría las ganas de volver con Zayn. Abrí la puerta de mi habitación y me encontré a toda mi familia junto al doctor. Todos esperándome.

- ¿Dónde estabas? - Preguntó mi madre con alivio. Hice un gesto vago y miré a todos fugazmente.

Dangerous & Perfect (Ziam) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora