CAPÍTULO 34

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No sé qué es lo que está sucediendo a mi alrededor. Toda la perspectiva sobre mi mundo está cambiando y junto con ella la estabilidad y poca cordura que me queda. La vida está llevándome a la realidad de una manera tan repentina que no me ha dado tiempo a asimilarla. Creí que podía acoplarme a los cambios, pero esto se me está yendo de las manos.

Exhalo todo lo que tengo en los pulmones y me inclino hacía delante mientras sostengo mis manos sobre mi pecho para poder calmarme. Mi pulso está demasiado alterado.

Levanto la vista cuando escucho nuevamente la puerta. Logan ha salido tras de mí y su mirada es de alivio al ver que no me he ido.

Avanza con cautela pero sin acercarse del todo, me daba espacio para decidir.

—¿Lo sabias? —espeto, vulnerable.

—Mencionaron algo, pero no tenía idea que se trataba de tu padre.

—Sabes a que me refiero.

Se mantiene en silencio, y eso me decía más que cualquier cosa. Lo observo, reteniendo mis lágrimas. Conocía la respuesta.

Miro hacia otro lado. Luchaba contra la dolorosa comprensión de sentirme traicionada.

—Sé como se ve, particularmente yo en medio de todo esto, pero créeme que mi intención al ocultarlo no fue para burlarme de ti. Necesitaba más tiempo. Sé que estoy pidiéndote demasiado al querer que confíes en mí sin más, pero solo debes esperar un poco más. Lo juro, te lo contaré todo.

Trato de respirar con calma. Lo que menos quería era un ataque de nervios. Era claro que si quería averiguar más sobre lo que pasaba, debía sobreponerme y pensar en frío.

—Solo dame algo por ahora y podré continuar.

—Por supuesto.

—¿Tuviste algo que ver?

Logan ya trabajaba con ellos para entonces y que ya lo supiera mientras estuvimos juntos me hacía sentir náuseas, pero imaginar que pudo haber estado ahí cuando sucedió lo complicaba todo.

Puedo notar en sus ojos como si le hubiera dado una puñalada, pero no era muy diferente a como yo me sentía. Ahora estábamos en sintonía, me sentía muy herida y quería que lo supiera.

—No —su respuesta es firme.

Medito por unos segundos, mientras nos miramos a los ojos. A pesar de cómo me afectaba esto, aún le creía.

—Está bien —murmuro.

Hoy había descubierto parte de una verdad que ha cambiado mi perspectiva sobre dos hombres que fueron importantes en mi vida.

Era increíble el grado en que todo esto se conectaba... a nosotros.

—Lamento que la investigación se dirija en esa dirección y ahora se centre en él. Pero debemos averiguar todo lo que podamos.

Viejos recuerdos aparecen y no puedo creer que la misma persona que más admiraba, hiciera lo que prometió nunca hacer. Creía conocerlo bien, creía saber cuando mentía, cuando algo lo mantenía sin poder dormir, pero no.

¿Cómo pudo soportarlo? Todo pareció normal. Al llegar a casa su actitud era la misma de siempre, incluso los días antes de su muerte todo fue igual. Imagino que por eso fue más dura la noticia, nunca lo vimos llegar. Sabía que amaba lo que hacía pero también que algún día podría pasar lo impensable, sin embargo él había prometido mantenerse lo más alejado posible de asuntos así para minimizar esas probabilidades, para no dejarnos solas.

Por eso se me hace difícil aceptarlo, su promesa era no dejar que su trabajo llegara a casa, pero el dolor fue quien tocó la puerta aquel día.

—Él siempre nos contaba todo. Jamás mencionó nada sobre esto.

Malas DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora