Adelanto coches a gran velocidad. Muchos hacen sonar su claxon, pero poco me importa, debo darme prisa y llegar cuanto antes con Camille. John va de copiloto, con el cinturón puesto y aferrado a su asiento con las manos. Sabe lo maniático que puedo llegar a ser tras el volante, más ahora sabiendo lo que debía estar pasando.
John había pirateado la señal de radio de la policía para ayudarnos a estar al pendiente de todos los movimientos que realizaban en la zona. Pero esta vez, recibió el reporte de un disturbio en un domicilio, en cuanto lo reconoció, supo que se trataba del departamento de Sara. Posibles disparos, gritos y civiles involucrados. Camille también estaba ahí. Sabía que ella era el objetivo, no había tiempo que perder.
—¡Mierda! —exclamo cuando veo que hay tráfico adelante, y para colmo, los autos seguían llegando para alargar más la fila. Pero en vez de frenar, subí el auto al separador de la avenida para pasar por el costado, recibiendo más de esas protestas e insultos que tenía escuchando varias calles atrás.
Más adelante, en un cruce y con el semáforo en rojo, no pensé en detenerme. Me precipité a pisar el acelerador hasta el fondo y dirigiéndome hasta los coches que pasan en horizontal frente a mí, cruzo justo entre todos ellos. Por un microsegundo he estado a punto de ocasionar un accidente cuando un auto ha pasado casi rozando la defensa trasera de mi Dodge Charger. Solo se han llevado un susto y ya me he llevado mi dosis de protestas por claxon.
Los neumáticos derrapan en el pavimento cuando freno con brusquedad y paro justo al otro lado de la calle frente al departamento. Veo que hay demasiada gente rodeando el lugar y la policía recién va llegando. Varias imágenes desagradables vienen a mi mente y el principal impulso que tengo es buscar a Camille.
—¡Logan espera! —John viene tras de mí pero no puedo esperarlo. Necesito asegurarme que ella está bien.
Logro pasar a la gente y eludir a los policías antes de que cierren y controlen el área. Subo corriendo por las escaleras hasta llegar al piso correcto y al igual que abajo, aquí también había mucha gente, apenas si podía avanzar. Mis esperanzas descienden al darme cuenta de los curiosos que estaban frente a un apartamento en particular. Necesitaba equivocarme, aunque estaba claro lo que pasaba.
Dos policías tenían controladas a las personas que querían echar un vistazo dentro del apartamento ya que permanecía con la puerta abierta. Eso solo me asustó más. Ya esperaba lo peor. Muestro mi identificación a los oficiales y acceden a dejarme pasar, pero al cruzar el umbral me detengo, pasmado por el destrozo del lugar. Parecían signos de lucha, pero no había sangre a la vista. Sentí alivio por un segundo antes de que otro presentimiento me sobrepasara.
Busco con la mirada hasta que llego con un paramédico que se encontraba atendiendo a una mujer sobre el sofá que de inmediato reconocí.
Me acerco, Sara estaba recibiendo atención por una herida que tenía en la cabeza.
—¿Dónde está Camille? —pronuncio y se gira a verme. Ian aparece desde la cocina como un demonio queriendo abalanzarse sobre mí.
—Mejor pregúntate a ti mismo: ¿qué fue lo que ocasionaste? —se detiene a un paso de mí, pero no intenta nada más, aunque casi podía asesinarme con la mirada.
—Chicos, por favor... —dice Sara, visiblemente afectada. Me contengo, al menos por esta vez —. Logan... —me llama y dejo de lado a Ian. Me pongo en cuclillas frente a ella y le tomo la mamo. La pena en sus ojos ya me adelantaba lo que había pasado —hice lo que pude pero... se la llevaron —murmura, rompiendo a llorar causando un pinchazo en el pecho que apenas me permite respirar.
—No Sara, es mía. Ojalá yo hubiera estado aquí —inclino mi cabeza hacia abajo cerrando los ojos.
Esto no puede estar pasando... No debí separarme de ella, no debí dejarla desprotegida hasta asegurarme que abordara ese avión. Me pongo de pie apretando los puños intentando mantener la calma. No puedo perder la cabeza, no ahora. Necesito encontrarla.
ESTÁS LEYENDO
Malas Decisiones [EN EDICIÓN]
RomanceCamille creía saber cómo mantenerse fuerte ante las adversidades, sin embrago cuando una noche presencia un intento de asesinato y se ve envuelta en las consecuencias de haberse involucrado, su verdadera resistencia es puesta aprueba. Reviviendo her...