CAPÍTULO 39

317 22 8
                                    

LOGAN

Una sensación de hormigueo se extiende por todo mi brazo izquierdo hasta la punta de mis dedos. Intento moverlo para aliviar el entumecimiento, pero noto que hay un peso externo sobre él. Una melena castaña es lo primero que distingo al abrir los ojos y una sonrisa aparece en mi cara al encontrarme con el rostro durmiente de Camille. Justo ahora estoy experimentando una de las mejores sensaciones que pueden tenerse al despertar, verla conmigo me recuerda que la noche anterior no ha sido obra de mi imaginación.

Aparto un mechón de su lindo rostro y pareciera que el tiempo se detiene mientras la observo, apreciando cada detalle. Se ve tan inocente, como un ángel. Aunque eso ya lo he pensado solo viéndola actuar; siempre ayudando a los demás, nunca se quedaba cruzada de brazos ante las injusticias. Era admirable cómo demostraba que era más valiente y fuerte de lo que aparentaba.

—Eres tan hermosa —murmuro, consciente de que no me escucha.

Fisicamente es irresistible, pero lo que me tiene capturado es su alma. Es tan bella que no la merece este mundo. Es ese tipo de persona que no puedes encontrar fácilmente. Por eso todavía me resulta imposible asimilar el hecho de lo afortunado que era de volver a tenerla entre mis brazos. Creí que no volvería a pasar, aunque después de recorrer un largo y doloroso camino, es algo que ambos merecíamos.

Sabía que sus sentimientos siempre fueron puros, pero no que no habían cambiado. Y es algo que creo jamás entenderé, no le hace bien el que yo esté en su vida, y sin embargo, me ha hecho un espacio en ella. A pesar de todo lo que ha sucedido y descubierto de mí, sigue aquí, dispuesta a entregar y arriesgarlo todo.

Lamento tanto que no escuchara antes lo importante que era en el momento que más lo necesitaba. La verdad es que nunca supe como describir en palabras lo que significaba para mí el estar a su lado. Llegué a creer que si aceptaba que era con quien bajaba mis escudos, podría llegar el día en que usarían esa debilidad en mi contra.

No sabía exactamente cuándo había empezado a sentirme así, o desde cuando dependió tanto mi buen humor de ella. Mientras más tiempo pasábamos juntos y más la conocía, más me hacía adorarla y no quererme ir. Llegó a tocar el lugar más oscuro de mi corazón y consiguió arraigarse, en lo más profundo. El vínculo se hacía más fuerte y eso llegó a aterrarme. Por más que intentaba estar neutral con ella, no podía evitar amarla cada vez más. Y tampoco podía quitarme la idea de la cabeza, tenía a mi alrededor gente dispuesta a lastimarme de cualquier forma posible, por eso pensé en hacer lo correcto de la manera incorrecta.

Pero ahora eso ya no importaba, he vuelto a caer ante ella, totalmente desarmado. La obligué a decir todas esas cosas tan dolorosas y verla así, sufriendo, simplemente no me pude contener. No estaba dispuesto a tolerar que se culpara y ofendiera a sí misma.

Y puede que estemos cometiendo un error, uno del que anhelo que ninguno de los dos se arrepienta desconsolado. Siempre creí que estábamos destinados a fracasar, desde un principio y por mi culpa. Pero Camille tenía razón, también estaba cansado, merecíamos tener nuestra oportunidad de ir en contra de todo y todos, por nosotros.

Todo tomó un rumbo totalmente diferente al que esperé. Camille hizo su elección, una muy valiente. Prefirió quedarse conmigo antes que cualquier otra cosa. Aunque eso la vuelva un blanco más notorio, juro que la protegeré con mi vida si es necesario. Y no volveré a contenerme para expresarle mis sentimientos. En la situación que estamos, es vital remarcárselo. Es lo que nos mantiene distraídos del exterior y nos hace pensar en lo positivo. Es lo que me da las fuerzas para seguir. Ver por la seguridad de alguien más además de la tuya, te hace verte más capaz de realizar tus objetivos. Incondicionalmente y sin importar las dificultades, lucharé por su bien.

Malas DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora