Se estaba dejando pisotear por el mayor. . Y si que de cierta forma se sentía bien permitírselo.
Si no sintiera todas esas cosas por él, vaya que habría ayudado.
Sin embargo al momento ya estaban ambos recostados en el reducido espacio que era el baño.
Osomatsu arriba y Kara abajo.
Le tomó las piernas y lo obligó a abrazarle la cintura mientras continuaba depositando besos y mordidas sobre su cuello.
El otro soltó un suave gemido y las manos empezaron a temblarle otra vez; apenas podía afirmarse. —O. . Osomatsu, No quiero. . No quiero, Por favor. —
Fue lo único que atinó a decirle entre jadeos.—¿Ah?,¿Como es eso de que no quieres? Eres un mentiroso, Karamatsu. . Sé que me quieres, anda..¿Es que eres tonto? Aprovecha, voy a hacerte sentir bien. —
Murmuró a la par que se inclinaba un poco para quitarle los pantalones; los bajó hasta la altura de las rodillas y seguido besó su abdomen varias veces.
El otro se cubrió el rostro con ambas manos y mordió su propio labio para evitar emitir sonido alguno.
. . .
Sus ojos se cristalizaron levemente y ya no sabía si era debido al placer o la pena. Ambas sensaciones le llenaban con la misma intensidad que ya era imposible "resistirse" a sus atenciones.Fue entonces que, Viendo Osomatsu que el menor no ponía resistencia bajó sus labios hacia la entrepierna ajena y le mordió por encima de la ropa interior con una risilla divertida.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
No, no podía permitirse algo como eso.—¡IDIOTA, DÉJAME TRANQUILO! —
Gritó Karamatsu. Probablemente llamaría la atención de sus padres o quien fuera que estuviera en casa ahora.
Osomatsu solo atinó a retroceder aún aturdido por el alcohol y se levantó sin decir una sola palabra.
Se arregló la ropa y salió corriendo del baño dejándolo ahí tirado y con la puerta cerrada de un portazo.