La siguiente mañana, consideré pararme en el cuarto de Hyunwoo, pero me acobarde y caminé hacía el comedor para comer el desayuno por mí mismo. Al menos se dónde está la cafetería. Verifique dos veces mi tarjeta de comida y abrí mi sombrilla. Está lloviznando. Al agua no le importa que sea mi primer día en el colegio.
Cruzo el camino con un grupo de estudiantes. No se dan cuenta de mí, pero juntos pasamos todos los charcos. Un automóvil, tan pequeño que puede ser uno de los juguetes de mi hermano, pasa y moja a una chica que tiene lentes. Ella maldice y sus amigas se burlan de ella.
Yo me quedo detrás.
La ciudad es gris perla. El cielo nublado y las piedras en los edificios, emiten la misma fría elegancia, pero delante de mí el Panteón brilla. Sus masivas cúpulas e impresionantes columnas suben hasta coronar la parte alta del barrio.
Mi nuevo barrio es el Latin Quarter o el fifth arrondissement. Según mi diccionario de bolsillo, eso significa distrito, y los edificios de mi arrondissement se mezclan unos a otros, formando una curva alrededor de las esquinas, con la suntuosidad de pasteles de boda. Las aceras están llenas de estudiantes y turistas.
Si estás fueran unas vacaciones, estoy seguro de que estaría encantado. Compraría recuerdos, tomaría fotos de los adoquines y ordinaria un plato de caracoles. Pero no estoy de vacaciones. Estoy aquí para vivir, y me siento pequeño.
El edificio principal de la Escuela de América está a solo dos minutos caminando desde la residencia Lambert, el dormitorio de los estudiantes de último y penúltimo año. La entrada es a través de de un gran arco, en un patio con árboles bien cuidados. Flores y hierba bajan desde las cajas de las ventanas de cada piso, y majestuosas cabezas de león están talladas en el centro de las puertas de color verde oscuro.
El techo en el primer piso es imposiblemente alto, goteado con candelabros y con figuras de ninfas coquetas y satiros lujuriosos pintados en él.
Toda la escuela es intimidante como es impresionante. Debería estar reservada para alumnos con sus propios guarda espaldas y ponis de las islas Shetland no para alguien que compra la mayoría de su vestuario en Target.
Aunque ya la vi en el tour de la escuela, la cafetería me detiene muerto. Yo solía almorzar en un gimnasio covertido que apestaba a cloro y suspensorios. Tenía largas mesas y bancos, vasos de papel y pitillos de plástico. Los que atendían servían pizza congelada, papas fritas congeladas y nuggets congelados.
Pero esto. Esto podría ser un restaurante.
Por el contrario de la apariencia histórica del vestíbulo, la cafetería es elegante y moderna. Está lleno de mesas redondas de abedul y plantas en cestas colgantes. Las paredes son de color mandarina y limón, y hay un hombre francés usando un sombrero blanco de cocinero que sirve una variedad de alimentos frescos.
Las sillas ya están llenas de gente chismeando con sus amigos. Me paro en la puerta. Estudiantes me empujan mientras pasan, yendo a todas direcciones. Mi pecho se aprieta. ¿Debería buscar primero una mesa o mi desayuno? ¿Y cómo se supone que voy a pedir si el menú está en francés?
Me sorprendo cuando una voz dice en voz alta mi nombre.
Mientras veo a la gente descubro a Hyunwoo saludandome desde el otro lado de la habitación. Hyunwoo señala una silla vacía al lado de él, y voy hacía allá, agradecido y aliviado.
—'Pensé en tocar tu puerta así podríamos caminar juntos, pero no sabía si eras de esos que se levanta tarde.'— Las cejas de Hyunwoo se unen en una expresión de preocupación.— 'Lo siento, debí tocar tu puerta, te ves tan pérdido.'
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«The French Kiss»
Romantik« París, la ciudad de la luz y el amor...» Es una adaptación. Publicada en Marzo 2018. Editada en Junio 2019.