"Destruyánse"
Lo que pasó después de esa tensionante noche en definitiva no era nada de lo que esperaba. Al parecer, el señor Colton se había tomado muy enserio mis palabras y mis necesidades por lo que aparte de cubrir económicamente todos los gastos de mi recuperación, me invitó a vivir en una de sus residencias a las afueras de la ciudad durante el tiempo que estuviera imposibilitada por mi pierna.
Por otro lado, mi madre no se tomó muy bien la noticia. Gritó, lloró, se hizo la victíma y cuestionó en repetidas ocasiones que tan buena hija era pero mi decisión estaba tomada y ella no podía hacer nada al respecto.
— ¿Esto es todo señorita Hazbún?
Cuestionó Yusseff, el hombre que había venido a recogerme viendo la única maleta que llevaba. No sé que esperaba el tipo, soy una chica con muy poca ropa que llevar.
— Si Yusseff, sólo eso.
Asintió y tomó la maleta, salió de mi casa y cerró la puerta detrás de él dejandóme sola con mi madre quien se limitaba a verme inexpresiva esperando que en algún punto su mirada me hiciera arrepentirme y le dijera a ese hombre que regresara con mi maleta pues no me iría.
— ¿No vas a hablarme, mamá?
No recibí respuesta de su parte, me miró directo a los ojos y pude ver como se le habían cristalizado. Entonces, me acerqué a ella, pusé mis muletas sobre el sillón y le di un fuerte abrazo mientras susurraba: — Volveré pronto mamá y para entonces, no tendrás que volver a trabajar 20 horas por una miseria de sueldo.
Besé su frente y cogí de nuevo mis muletas. A este punto, ya tenía un poco más de control sobre ellas y se me era más fácil movilizarme. Cuando subí al auto y desde la ventanilla vi como mi madre cerraba la puerta, supe que esto era algo real y a partir de hoy mi vida realmente cambiaría.
El viaje había sido más largo de lo que esperaba, tanto así que la casa que había mencionado el señor Colton quedaba a las afueras de la ciudad. Cuando Yusseff me notificó que estabámos por llegar, bajé la ventanilla y analicé los alrededores a detalle.
Las casas de por aquí, todas eran el mismo estilo. Grandes, con vidrios muy amplios y entradas muy grandes. ¡Ja! Y ni hablar de los autos que adornaban los frentes de sus garages. Todo el vecindario parecía como de película y yo, me sentía como una princesa entrando a su nuevo reino. Cuando el auto se detuvó no quise siquiera esperar a que Yusseff abriera la puerta y como pude, me bajé del auto quedando atónita con el pedazo de casa que tenía en frente.
A diferencia de las casas que había visto en la zona, está tenía un estilo mucho más moderno. Con cielos altos, amplias ventanas, tonalidades grises y marrones y luces led amarillas que iban desde el garage hasta dentro de la casa, incluso desde afuera alcanzaba a ver la piscina.
Las palabras no salían de mi boca y aunque el día estuviera un poco gris, este de seguro era el día más feliz de mi vida.
Cuando pensé que la situación no podía ponerse mejor, la puerta principal se abrió dejandóme ver a quien sería el dueño de mis males. Las imagénes que habían visto de él en el internet no le hacían justicia y si no sintiera mi corazón acelerarse dentro de mi pecho podría jurar que había dejado de respirar.
Este ser humano tan simpático: Alto, fornido, de ojos azules, y que me quitaba el aliento me miraba sin el mínimo arrepentimiento. Todo lo contrario, me dirigía miradas llenas de prepotencia que me desconcertaban. Se acercó lentamente a mí con un telefóno en su mano y sin siquiera recibir una bienvenida o un saludo me dió el telefóno musitando un:
— Es para ti.
Me extendió el telefóno y tuve la leve tentación de rozar su mano como una obsesiva, sin embargo no sería el momento adecuado mientras los pensamientos positivos y negativos sobre él iluminarán mi mente simultaneamente.
— ¿Bueno?
— ¡Tahel! ¿Cómo estás, preciosa?
Sí, a este punto el hombre ya se sentía con toda la confianza del mundo sobre mí y las molestias de aquella noche, las había olvidado.
— Colton, ¿qué tal?
Desvié la mirada hacia el suelo puesto que la atención del muchacho comenzaba a incómodarme.
— ¡Feliz! ¡Estúpidamente feliz bonita!
— ¿Y eso?
— ¿Ves al cachorro cabrón que está frente a ti?
Levanté la vista y planté mi mirada directo en sus ojos, tolerando la tensión.
— Umju.
— Pues Tahely, te presento a mi primito Wesley. Un pendejo, fiestero, medio alcohólico, mamón, creído, cabrón pero putamente listo y quién será tu compañero de casa durante tu recuperación.
— Espera ¿Qué?
— Así como lo oyes mi linda. Wesley es un tipo muy importante e inteligente, y lo sabe pero aún así es un tío que necesita que la vida le escupa en la cara. Y tú mi linda eres un dolor de culo, un obstáculo, una obstinada carajita que necesita igualmente un escupitajo en la cara para aterrizar los piecitos en la tierra.
— Colton...
— No, no déjame terminar Tahely.
》Luego de nuestra estupenda cena, me diste la mejor idea de todo el mundo. Juntarlos en una sola casa. Para que tú te recuperes con todas las comodidades que necesitas y para que Wesley reciba el escarmiento que merece atendiendóte. Yo sólo quiero ver como arde el mundo al juntar a dos pendejos inmaduros pero listos. ¡Destruyanse! ¡Dense madrazos! ¡Cománse! Pero puta, olvidénse de mí a menos de que alguno de los dos esté muriendo.
Cortó la llamada, dejandóme con miles de preguntas en la boca.
— ¿De casualidad tu primo consume psicotrópicos?
El que decía ser Wesley, mi casi asesino, arrebató el telefóno de mis manos y se encogió de hombros.
— Nada de eso, te incumbe.
Se dió la vuelta dejandóme ahí de pie. Que faltade hospitalidad la de este tío.
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¡POR FINNNNNNNN!
Llegó mi lindo Wesley muchachas. Se van a enamorar de él, como yo ya lo estoy JUJUJUJU.
Pongánle mucha atención a personajes como el de Victoria o Colton. Personajes secundarios fácilemnte pueden ser los protagonistas.
Estoy tan entusiasmada con esta historia que estoy subiendo como loca.
Por favor, si leen. Voten. Thnx.
Besos.
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Success.
RomanceQuería éxito, fama, reconocimiento. - ¿Esto era lo que querías, Tahel? ¿Eh? Quería autos, casas, vestidos de diseñador. - ¡Mierda di algo! Lo quería todo. - ¡Me has cagado la puta vida, Tahel! Me has...matado en vida. Pero no así. No acabando co...