Capítulo 5: "No mi tipo"

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"No mi tipo"

Ver su ancha espalda, sus cabellos dorados al sol y su buen culo no eran para nada una mala vista pero en este contexto, sí lo era.  El tipo no era nada caballeroso al parecer, lo que resultaba ser bastante ilógico y hasta irónico porque primero que todo, era una mujer y segundo, era una mujer impedida. Y no cualquier tipo de mujer impedida, era una impedida por culpa de él.

Claramente y por las indecorosas referencias que había leído en el internet, no esperaba que el tío este me recibiera con rosas, fuegos pirotécnicos y me cargara en sus brazos hasta mi habitación pero lo mínimo que sí esperaba era una disculpa de su parte sin embargo, era obvio que no lo iba a conseguir. 

  — ¿A donde vas? 

Le cuestioné, levantando la voz para que me escuchase. Entonces se dio la vuelta y me volvió a inspeccionar de arriba a abajo, guardó sus manos en los bolsillos de sus vaqueros y en vez de responderme me replicó con otra pregunta.  

  —¿Necesitas algo de mí?

Lo pensé, quise decirle por un momento que quería que me llevara entre sus brazos hasta la habitación pero con plenas intenciones de conservar mi dignidad opté por guardar silencio y negar con mi cabeza,  

Volvió a darse la vuelta y desapareció de mi vista entrando a la casa.

  — No siempre el joven Wesley es así de cortante señorita, dejé que entré en confianza con usted y así conocerá al verdadero muchacho. 

—  Pensé que el arrollarme era confianza suficiente. 

Dije honesta y Yusseff río ante mi negro humor. 

—  ¿Puede entrar usted sola señorita, o requiere que le ayude? 

—  No, tranquilo. Yo puedo sola. 

Asintió y con mi equipaje en mano avanzó hasta la entrada de la casa dejándome atrás. Antes de entrar al que sería mi nuevo hogar, quise darle una última mirada a mi alrededor. Cerré mis ojos e inhale con profundidad, el estar tan lejos de la ciudad le daba al aire una sensación de pureza y mis oídos no podían percibir otro sonido que no fuera la de la naturaleza misma. Cuando un ventarrón golpeó mi rostro, despeinando mi cabello y levantando mi blusa abrí mis ojos abrupta mente y entonces vi como Wesley desde la segunda planta de la casa me observaba mientras hablaba con alguien por teléfono.  

No me hablaba pero sí disfrutaba del mirarme. 

Cansada de ser el objeto de atención del crío, tomé mis muletas y entré finalmente a la casa. Si por fuera este lugar era esplendido, su interior era una cosa de locos. El propio paraíso terrenal. 

  —  Ya he dejado la maleta en vuestra habitación. ¿La ayudo a subir? 

Me preguntó Yusseff apareciendo una vez más con su caballerosidad y hospitalidad, sin embargo no quería sentirme inútil y sabía que podía subir las escaleras por mi misma. Así que una vez más, me negué. 

— Entonces sí no es más, me despido — Caminó hasta la puerta principal y se detuvo —  Por cierto, María la ama de llaves no llegará a casa si no hasta el lunes sin embargo yo estaré siempre en la zona entre días de semana así que si necesita algo sólo llámeme. ¿Está bien?

Asentí y entonces se sintió en total libertad de marcharse. Quería explorar todo el lugar, quería entrar y tocar el fino mármol de la cocina, quería sentarme frente a la chimenea en uno de esos sillones gigantes e incluso quería sumergir mi cabeza en la piscina pero dejaría todo el proceso de descubrimiento para cuando Wesley no estuviera en casa. No quería que me tomará como la niñata que se emocionaba con detalles que él veía a diario. 

Lentamente y con mucha precaución de no caer, comencé a subir escalón por escalón. No quería esperar para llamarle a Victoria y contarle sobre todo. De seguro se moriría. Al subir el último peldaño hasta la segunda plata, levanté la mirada y noté la presencia de Wesley quién mi despreocupado se encontraba apoyado en una pared observando como me molía mis brazos para subir. 

  —  Es extraño que me observes tan descaradamente cuando ni siquiera te has tomado la molestia de preguntarme como me llamo. 

Solté, sin pensarlo. Pero al crío ni cosquillas le hizo. 

— ¿Para qué preguntarte? Si ya lo sé. 

  —  Es como la gente normal se relaciona tío, pero que vas a saber tú de normalidad.  

—  ¿Por qué pareces molesta, Tahel?  

Cuestionó sin tomar en consideración todo el contexto en el que estamos inmersos.

  —  ¿En serio me lo preguntas? Tengo un largo proceso de recuperación por delante gracias a cierto crío que me atropelló estando ebrio. 

Guardó silencio y pude ver como tragaba en seco. Al parecer, en algún lado de su inexpresivo ser guardaba algo de arrepentimiento por lo que había causado. 

  — ¿Aún sientes dolor?

Me lo preguntó pareciendo honesto. Así que lo intenté, y le di una respuesta casi honesta. 

—  Sí, a veces duele como el putas. 

Mentí. En este punto sí, todavía sentía dolor pero era uno tolerable y para nada era un impedimento sin embargo este chico necesitaba recapacitar y entender que pudo haberme matado. 

—  Vaya...

¿Dijo vaya? ¿Cómo que ¨vaya¨? Eso no era una disculpa decente. 

Un teléfono volvió a sonar desde el interior de alguna de las habitaciones y sin emitir una sola palera más Wesley salió de mi vista dejándome de pie en medio del pasillo. A parte de la habitación a la que había entrado Wesley existían tres puertas más. Dos de ellas estaban cerradas pero la que quedaba justo en frente de la habitación del rubio estaba abierta, por lo que supuse era la mía. 

Al entrar, una vez más mi respiración se detuvo ante la maravilla que tenía frente a mí. La cama era del cuádruple de la que tenía en casa, el suelo era todo alfombrado y a los costados de la cama rosa  tenía dos cómodas con libros, un reloj, y dos cajas envueltas en papel regalo con un sobre encima. Al final de la habitación, habían otras dos puertas y para mi sorpresa resultaba que tenía un baño privado y un armario vacío del tamaño de un cuarto para mí sola. 

  — ¿Cómo que estás emputada? ¿Por qué estás emputada ahora Elissa?

La voz de Wesley irrumpió en mis pensamientos y con la curiosidad empujándome como un motor, llegué a la puerta antes de que pudiera decir una sola cosa más. 

  —  Tú y tus malditos celos. Ni siquiera has visto a la chica y ya juras que me la he follado tres veces. 

Uh, creo que soy yo el tema de conversación entre Wesley y su interlocutor. 

— Fue idea de mi primo, me obligó literalmente a vivir con ella. Elissa, Elissa escucha...

¿Acaso tiene novia?

— ¡Ni siquiera es bonita la chica! ¡No es mi tipo!

Lo ha gritado. Estando aquí o allá lo habría escuchado. Ahora así me he cabreado, ¿cómo que no soy su tipo? Yo soy el tipo de todos, y él mismo lo va a ver.  

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Capítulo 5, y la cosa apenas comienza muchachaaaaaas.

Si les gustó, les agradecería que me dieran un voto y si se dieron cuenta. Tenemos nueva portada jujuju. 

Besos.

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