Capítulo 3: "Algo más caliente que el café"

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"Algo más caliente que el café"

1 Semana después.

El cuerpo aún dolía y no era ningún secreto que era torpe y por lo tanto, me costaba adaptarme a las muletas que debía utilizar los próximos meses gracias a la fracturas en mi pierna. Pese a ello, había algo positivo en todo esto y es que según lo que Vicky había visto ese penoso día en el hospital, estas personas estaban intentando engañarnos así que teníamos y debíamos hallar la forma de sacar provecho de esto y de sus mentiras sin que mi recompensa se limitara a dinero que terminaría por derrochar en un mes.

Con eso en mente, el tiempo que había pasado en casa lo había dedicado a averiguar todo sobre esa familia, su empresa, la famosa academia de la que eran dueños y sobre este joven en especial: Wesley Aiken. 

— He abierto como mínimo trece páginas y todas hablan de algún escándalo que protagonizó este crío.

— Es increíble todo lo que ha hecho, pleitos en bares, altercados con la policía, conducir ebrio — Ofuscada, fruncí mi ceño frente a la pantalla — Enserio pudo haberme matado Victoria.

》Ahora sí, estoy cabreada.

Victoria río y se lanzó al sofá, cuidando de no tocar mi pierna.

— Sé por experiencia que cabreada eres una total perra. ¿Qué piensas hacer entonces Tahely?

— Sacar provecho Vicky, sacar el mayor provecho y desde hoy te juro que nuestras vidas van a cambiar.

Mi telefóno comenzó a sonar sobre el mesón de la cocina y Victoria corrió a atender. Observó la rota pantalla por un momento y sin previo aviso lo lanzó en mi dirección para que yo contestase.

— ¡Aiken! ¡Aiken! ¡Contesta!

Vacilé un poco antes de contestar, entonces lo hicé.

— ¿Bueno?

Señorita Hazbún, me he quedado esperando su llamada.

Active el altavoz para que Victoria escuchara, así me ahorraba el tener que contarle después.

— Discúlpe la demora, no he tenido mente para algo más que no sea tolerar el dolor.

Guardó silencio al otro lado de la linea y Victoria asintió, aprobando la exageración con la que hablaba.

¿Ya ha tomado una decisión?

Sí, creo que sí sin embargo hay algunos detalles que quisiera discutir con usted. En persona. 

¿Le parece si hago que alguien la recoja a usted y a su madre a eso de las 6? Hay un lugar con un café buenísimo.

No, mi madre hoy trabajara toda la noche así que espero que no le moleste si le pido a Victoria que me acompañe. Ella es como una madre.

— Vale, vale. Creo que ambas parecen lo suficiente maduras para saber tomar una sabia decisión. Entonces, nos vemos.

Terminé con la llamada y vi en Vicky esa mirada complice que me había acompañado durante estos siete años de amistad. Que se sostuviera el mundo entonces, porque cuando estabámos juntas no había poder humano que nos detuviese.

Al reloj marcar las seis en punto, muy puntual un clapsón desde la calle nos llamó la atención. Como pude, alcancé las muletas que estaban recostadas sobre la pared y las puse sobre mis costados para poder caminar hasta la puerta.

— ¡Vicks, vamos!

A mi llamado, Victoria salió corriendo de mi habitación con ese vestido verde y tacones plateados que había usado siempre en los eventos que teníamos durante los últimos tres años. No éramos chicas que pudieran darse el lujo de estrenar nueva ropa cada vez que salían para una ocasión así que reutilizar, era nuestra filosofía de vida. Por mi parte, opté por llevar un pantalón negro de talle y una blusa blanca de manga larga que consideraba elegante pues aún tenía moretones alrededor de mi cuerpo y no tenía una mínima intención de exhibirlos. Además, gracias al yeso que llevaba desde mi pie hasta mi rodilla derecha preferí usar un tenni para no descoordinar de sobremanera.

— Ya sabes amiga, adolorida hasta el culo.

Recordó Victoria antes de abrir la puerta y con lentitud, me ayudó a bajar los cinco escalones que habían desde la entrada de mi casa hasta la calle.

Cuando pude finalmente levantar la mirada del suelo, vi por primera vez el pedazo de coche que había pasado por nosotras. Una camioneta blanca muy imponente, con vidrios polarizados y llantas del tamaño de un perro. El hombre que sostenía la puerta del automóvil para nosotras, con mucha decencia me despojó de mis muletas y me levantó del suelo adentrandóme al auto puesto que de otra manera no habría logrado subir. 

El camino hasta el café fue largo y durante el recorrido, noté el brusco cambio de ambiente que había entre mi barrio y este, haciendo que mi realidad me golpeara en el rostro. Todos los autos sobre la calle eran de altas gamas, las mujeres caminaban sobre altos tacones de diseñador y sus vestidos brillaban bajó las luces y reflectores de los costosos restaurantes. Por su parte los caballeros, la mayoría de trajes pulcros y con relojes bonitos en sus muñecas iban escoltando a estas hermosas mujeres a la vez que estos iban siendo escoltados por los guaruras.

— Esto está de locos.

Murmuré y entonces el auto se detuvó. El hombre que anteriormente me había ayudado a subir hizo lo mismo para ayudarme a bajar haciéndome sentir atentida sin embargo mientras caminabámos  hacia la mesa dentro del café me sentí observada por todos los presentes en el lugar. Victoria y yo descoordinabamos en todo el sentido. Parecía que olierámos diferente pues todos tenían su atención en nosotras, una despectiva.

— ¡Bienvenidas!

El señor Colton se levantó de su mesa entusiasmado y besó ambas de nuestras mejillas. Señaló las dos sillas frente a él y le ordenó a uno de los mozos que nos trajera dos cafés con apellidos nuy extraños.

— ¿Cómo te sientes, eh? Te veo con un mejor semblante Tahel.

Mantuve una expresión seria y no le respondí su pregunta.

— ¿Ha pasado algo, de lo que no me he enterado?

— Por el contrario señor Aiken, usted siempre ha estado muy bien enterado de toda la situación pero aún así se ha empeñado en mentirme.

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Este capítulo es largo, por lo que subiré un anexo para completarlo. Y no sé preocupen que en en Capítulo 4 por fin aparecera mi hemocho Wesley.

Así son mis historias, con un desarrollo lento pues no le veo gracia a esas hisorias donde se conocen y ya se enamoran.

Si les gustó, pleaseeeeeeeee denle a la estrellita.

Besos.

Success.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora